Inohara Yamato

El perfil psicológico de Yamato es el perfecto arqueotipo de persona reservada. Sin llegar al extremo de ser asocial, o presentar dificultades a la hora de relacionarse con otros seres humanos, es un muchacho que rara vez habla si no conoce bien al individuo con el que está tratando. Esta fachada de frialdad y simpleza difiere mucho con su auténtico ser. En verdad un tipo amable, bondadoso y atento, con grandes dotes de observación y análisis, que nunca dejaría a un amigo en la estacada. Desgraciadamente, solo escasas personas han logrado superar su barrera de insipidez y ganarse su auténtico aprecio.

Joven de complexión delgada, midiendo 1.80 centímetros y pesando poco más de 70 kilogramos. Tez "común", ni especialmente tostada, ni especialmente pálida. Sus cabellos son de un llamativo color plata, producto de una anomalía genética hereditaria, muy común entre los de su familia por parte de padre. Estos son lacios y cortos, cubriendo no más allá de su nuca. Orbes de un misterioso y extraño color grisáceo, a juego con su pelo. Muchas personas a lo largo de su vida le han preguntado si sufre de albinismo, mas no parece ser el caso, según los médicos. Su condición física es buena, aunque no tanto como para considerarse una persona atlética. Lo mismo se aplica a sus músculos, que a fin de cuentas no destacan.

Yamato tuvo una dulce infancia, como cualquier otro niño lo suficientemente privilegiado como para crecer y aprender con una familia que lo quería, y le concedía caprichos. Sin embargo, todo ello cambió cuando atravesó la confusa época de la adolescencia. Desde que alcanzó a desarollar un sentido común y personalidad propios, vivió desmotivado, sin pizca alguna de ánimos para labrarse un futuro. En su lugar, perdía el tiempo leyendo manga, dibujando, o jugando a videojuegos. En el instituto siempre fué de los peores alumnos de su clase, alcanzando aprobados por los pelos en tal de que no se le viera como un delincuente, catalogación que no habría soportado recibir. Nunca se relacionaba con aquellos con los que compartía aula, por lo que a menudo se le trataba como al raro, al marginado. A Yamato le traía sin cuidado mientras no lo molestasen. A la edad de 16 años, comenzó a dibujar en serio, poniendo todo su empeño en algo por primera vez en su vida. Sorprendentemente, su talento afloró, colmándole de éxito. En poco menos de unos meses, ya era un mangaka de éxito que publicaba capítulos de su serie todas las semanas, bajo un nombre de pluma. Eventualmente, decidió revelar su identidad, lo que provocó rumores masivos en el instituto. Muchos no creían que de verdad fuera él, a la par que otros lo adoraban. Pero Yamato continuó con su actitud de siempre. 

Entonces ocurrió el "incidente" de Sword Art Online. Por supuesto que Yamato estaba jugando; adora todo lo que tenga que ver con el NerveGear. A diferencia de muchos otros jugadores, el pánico no hizo mella en él. La situación se le antojó interesante, aunque por supuesto, no quería ver a gente morir, si es que de verdad lo harían. Para él, todo es una aventura como la vida misma, porque los aventureros también pueden perecer si el peligro los supera, es parte de la emoción. Disfruta cada momento de su vida en Aincrad, a pesar de que es muy consciente que su cuerpo, en el mundo real, no debe de estar en condiciones óptimas. 

Pero si la muerte tiene que llevárselo, adelante, que lo intente. No venderá su piel barata. Puede que no tuviera muchos ánimos para vivir en el mundo real, pero SAO es una historia muy diferente.