TABERNA

No era raro que existieran las tabernas, restaurantes o cafés para disfrutar el día, aunque pocos eran los usuarios que en un principio decidieron acudir a ellos, era tanto el estrés al ver que otros usuarios no soportaban la idea de esta nueva forma de vida que se les había asignado obligatoriamente sin un tiempo definido. Desde la muerte de kage, era normal que asistiera a estos lugares para despejar la mente, aunque en un principio todo se volvía turbio con su sola presencia... eso molestaba, aunque poco a poco parecía que la situación volvía a la normalidad y era un jugador mas que no tenia relevancia de ningún tipo.

Rara vez en el juego llegaba a simularse una lluvia, pero por capricho de los programadores, este día parecía haber llamado su atención para jugarles una broma a los usuarios con una llovizna apenas peligrosa, casi no era ruidosa, pero creaba un vacío en el aire, sin muchos ánimos camino por las ficticias calles del lugar hasta llegar de nuevo a esta taberna donde eran amenas las platicas de los usuarios ya un poco mas relajados al comenzar a formar grupos.

Sera bueno despejar mi mente charlando un rato

Murmuro para si mismo caminó a la mesa de siempre en espera de aquella chica con la que ocasionalmente se había encontrado aunque podría decir que aun era una desconocida para el, tal vez seria divertido, o al menos se convenció de eso.

Había perdido la cuenta de los días. Quizás había pasado una semana, o ni siquiera eso. Quizás sólo habían pasado unas horas... Pero para Akemi, ya era una eternidad.

Aún no encontraba a su prima, y eso cada vez la atemorizaba más. Con frecuencia creía verla, pero al final sólo se encontraba con chicas físicamente similares a ellas. La culpa la carcomía por dentro. Gracias a ella, su prima se encontraba en peligro. Aquellos pensamientos ansiosos la invadían con frecuencia, sin embargo, aquel día decidió despejarse por un momento. Si continuaba así, no lograría nada.

Caminó por la Ciudad de los Inicios lentamente, observando a la mayoría de los jugadores. Lo único que podía ver en la mayoría era miedo y temor, pero, por otro lado, había quienes se encontraban más relajados con todo lo que ocurría. Eso le inspiró algo de confianza.

Pasados unos minutos, una suave llovizna comenzó a hacerse presente. Se insultó a sí misma por no darse cuenta antes, pues a esas alturas se encontraba empapada por tan extraña lluvia. Entró en el primer lugar que puedo, siendo este una taberna.

"Siempre llego acá"... Caminó en dirección a la barra, ya que en las mesas habían jugadores conversando y ella aún no era conocida de nadie. Saludó con gran respeto a quien se encontraba detrás de la barra. Apoyó sus antebrazos en ella y cerró los ojos, esperando por algo. Aunque claro, no sabía bien qué era lo que quería que sucediera.

Fijo su mirada en la joven recién allegada a la taberna, sin poder evitar sonreír un poco aguantando una risilla al verla en ese estado, la llovizna le había tomado por sorpresa, pensó dirigiéndose a ella al ver que nadie parecía saludarle o mostrar alguna amistad

¿Se encuentra bien?

Sabia que era una pregunta algo tonta viniendo de un mundo ficticio como el actual, pero no pudo evitarlo, tenia mucho tiempo de no hablar con alguien y ese personaje parecía interesante a sus ojos.

Si no te molesta, ¿ podría acompañarte? mientras pasa la lluvia, me da la idea que solo te has refugiado aquí.

Le invito a sentar, le habían llevado una bebida a el, aunque le fastidiaba la falsa sensación de satisfacción al beber "aire".

Divagando en sus pensamientos, "sintió" la presencia de alguien a su lado. Abrió sus ojos y dirigió su vista a quien se encontraba a su lado: Un chico de aspecto curioso, quien le había hablada con un tono de voz bastante elegante para su gusto. Se sorprendió al ver que el chico se le acercara tan rápido... ¿En realidad podían suceder estas cosas en el mundo virtual?... Torpemente asintió, murmurando "s-sí... Estoy bien. Gracias".

Escuchó nuevamente al chico, esta vez, mirando todo lo que hacía en el proceso. Se encogió de hombros y volvió su vista al frente.

"No tengo otro lugar donde ir... Estaba tan ocupada en otra cosa, que ni siquiera tengo donde refugiarme". Con algo de nerviosismo y temor se sentó al lado del chico, pues nunca confiaba de buenas y a primeras en alguien más. Pero, dado el caso, suponía que era mejor charlar con alguien antes que tener que pasar todos los días que restaban sola, en busca de su prima --quien al parecer ya ni siquiera se encontraba allí.

La miro con atención, cada gesto que hacia. bajo su mirada a la mesa tocando un botón que desplegó un menú hacia la chica

Deberías pedir algo, podría ser de ayuda

Dijo casi restandole importancia a la bebida, la chica le resultaba conocida, tal vez la miro en algún otro lugar, pero en le momento no lo recordaba ni le interesaba mucho.

¿Es importante? Pregunto al escuchar la respuesta de la chica. Si se puede saber. Algunos lugares de aquí cerca son baratos y otros gratuitos para hospedarse. No tener un refugio podría ser peligroso.

Se pregunto que podría ser lo que a la chica le quitaba el tiempo, tal vez buscaba a alguien o buscaba alguna salida, incluso podría ser alguna misión entre varias opciones, no indago mucho en sus ideas sobre ello, agradeciendo al menos una persona que no pareciera tomarle mucha importancia a su señalador naranja.

Observó el menú del chico, sonriendo luego de ver todos los objetos en este.

-¿Y cómo sé que no es un engaño?.-- Preguntó segundos después, alzando su vista para observar al chico directamente a los ojos y con un notorio cambio de expresión. Ahora, se mostraba algo seria en comparación a la sonrisa que se le había formado luego de ver el menú. Se cruzó de brazos, dándose cuenta de inmediato de cuán mojada estaba. Bajó su cabeza nuevamente, para observar qué tan mal estaba.

-Rayos... --Murmuró. Luego, respondió distraídamente a la pregunta del joven.-- Busco a alguien que, por culpa mía, está acá. ¿Irónico no? De ser el mejor juego actualmente, ha pasado a ser un antro de muerte y... Desesperación. -Observó con más detalle al joven, al cual le dedicó una media sonrisa.-- Bonito color que tienes. -Dijo despreocupadamente, importándole poco qué cosas pudo haber hecho aquel chico para adquirir el tono naranja. La verdad, ni siquiera sabía porqué estaba conversando tan "animadamente" con él; siendo que debería temer o... Algo por el estilo.

Espero encuentres a esa persona

Dijo sinceramente acomodandoce en la silla mientras daba un trago a su bebida, tan solo un momento estallo en su mente la idea de que todos eran desconocidos, mas allá de eso, era una realidad, todos estaban solos en la vida real, y no era un solo juego que había adquirido un toque amargo.

Es un naranja simpático, espero desaparezca pronto

Arrojo lejos todos esos pensamientos, no quería llegar al punto de pensar sobre en que condiciones estaría su cuerpo al despertar de todo esto, el tiempo pasaba y eso era suficientemente real para su gusto. Ver cambiar la actitud de la chica a una mas seria lo hizo detener sus ideas.

¿Te parezco peligroso?

Escuchó con atención las palabras del chico, aunque no mantenía su vista tan fija en él. Quizás era porque le avergonzaba el hacerlo, o simplemente porque se sentía miserable de compartir sus problemas personales con aquel chico que apenas acababa de conocer. Esto la hizo pensar unos segundos... En efecto, había visto a aquel joven en otro lugar. Pero, ¿en dónde? Su círculo era bastante cerrado (por no decir nulo), así que sólo cabía que lo conociese de otro juego. O, quizás (y más probable), era que lo había visto aquellos días en el mismo lugar en el que se encontraban ahora, con la diferencia de que aquel color anaranjado no aparecía en él.

Eso la hizo volver a la realidad.

--¿Debería tener miedo? -Respondió de manera tosca y arrogante, formando una media sonrisa luego. . --No, no me pareces peligroso para nada-Suavizó su tono de voz, hablándole esta vez de manera educada. Lo miró a los ojos y acentuó su sonrisa de costado, lo que hacía que adquiriera un aspecto parecido al de una chica malvada. Sin embargo, no lo era en absoluto: Sólo se estaba divirtiendo con alguien que, gracias al Cielo, había tenido el coraje de hablarle sin nerviosismo alguno.
"Es bueno que no sepa quien soy"... Pensó. Aunque una parte de sí se sentía "lastimada", otra parte comenzaba a sentirse plenamente libre. A fin de cuentas, en el juego era sólo alguien más. Alguien común y corriente.

Escucho atentamente a la joven responder con ese tono arrogante lo cual provoco unas risas en el, para luego mirarla, logro devolverlo de sus ideas para luego negar ante la pregunta de la chica mientras se acomodaba para dar otro trago a su bebida

Si yo te dijera que no deberías tenerlo, no sonaría muy convincente en la vida real - Dijo con sencillez como si fuera algo muy normal, la miro con atención unos segundos como si la analizara

Me resultas conocida, eh visto a demasiada gente en mi vida que tal vez pueda ser solo una sensación.

Había llegado al punto de sentir como si hubiera visto antes a muchas personas, era un efecto de sus estudios, grababa en su mente cada rasgo de cada persona como si de una joya se tratase, y resultaba aun mas extraño para el sentir que ya había visto a alguien que seguramente era un desconocido.

Te vez mas tranquila que hace unos momentos, eso es bueno. desplegó el meno de comida, sin mucho interés, el ambiente le resultaba agradable, hablar con desconocidos aveces resultaba gratificante para su alma.

--¿A qué te refieres con que no sonaría convincente?- Preguntó con gran interés, como si acabara de "descubrir" a una persona interesante para ella. Ello ya debía suponer cierto peligro, pues para Danielle (conocida en el mundo virtual como "Akemi") no solía interesarse mucho en los demás. Quizás lo intentaba cuando era simplemente Danielle con su gran talento para la fotografía, sin embargo, era sólo una falsa imagen. Ahora no lo era, y eso fue el gatillante de que Akemi comenzara a experimentar ciertas emociones mientras hablaba con aquel chico.

--¿Sabes? Tú también me resultas conocido... -Comentó despreocupada, revisando por primera vez su menú para echar un vistazo. Suspiró cuando se dio cuenta que tenía ciertas cosas para comer y beber, pero no tenía nada de su gusto. De mala gana cerró el menú y apoyó su codo en la mesa, para luego poder apoyar su cabeza en su mano y así quedar "frente" al chico. Parpadeó un par de veces, examinando sus rasgos como acostumbraba hacerlo con todas las personas que conocía. Sonrió al recordar aquellos momentos de su vida... Momentos en los que todo era diferente.

--Sí, estoy más tranquila. Creo que tu color no tiene efecto en mí. -Respondió a modo de broma, y soltó una risita por lo bajo. Volvió a su postura anterior, aunque esta vez, comenzó a jugar con una coleta de su cabello.

Miro con atención a la chica resultandole entretenidos todos sus gestos, Ella debía ser una chica de clase sin duda alguna, desvió su mirada a un costado recordando detalles a lo cual miro de inmediato a la chica, mirándola con mas atención, toda ella, algo resonó en su cabeza a lo cual se volvió mas relajado.

¿Nada te apetece?

Dijo con sencillez terminando su bebida para luego ver el utensilio desaparecer, como era común con los items al ser usados. Suspiro sin mucho animo ante eso para luego girar su vista hacia afuera, notando que la llovizna había terminado, solo quedaba una ligera sensación a humedad.

Tal vez nos hemos visto en al vida real.

Sonrió al verla hacer referencia por su color a lo que negó divertido para luego encogerse de hombros estando completamente de acuerdo con aquello, ya que el no era nadie peligroso realmente, era muy pacifico.

Es un color amistoso después de todo.

-- ¿Apetecer... De qué forma? -Respondió algo confusa, arrugando el entrecejo para enfatizar sus palabras. En realidad, no sabía a qué exactamente el chico se quiso referir, o quizás para él aquella palabra tenía un significado distinto. Suspiró y se giró en la silla, para quedar completamente de frente al joven.

--¿Tú crees? Hubiese sido extraño... No tienes el aspecto de ser inglés. No lo eres, ¿verdad? -Preguntó en un tono totalmente amistoso, y, por lo demás, curiosa de su respuesta. Para su última frase asintió y, con algo de precaución, preguntó en voz baja.

--Sé que no es de mi incumbencia, pero... ¿Por qué adquiriste ese color?...

Apetecer, comer, este mundo sera falso pero el hambre es totalmente real. - Hizo señas de que no se preocupara sobre el tema, para luego analizar sus palabras , para luego parpadear un par de veces mirándola, recordando donde la había visto, vaya si era diferente a aquel entonces, había pasado mucho tiempo pero sin duda era esa persona. Negó antes de responder.

Nací en Grecia, eh viajado por toda Europa repetidas veces, en especial Italia, mi madre es de allí. Inglaterra es un curioso país, lo eh visitado muchas veces

Dijo con sencillez, el acostumbraba viajar a mirar exposiciones de arte de todo tipo y llevar sus propias creaciones por las cual era reconocido. Cerro sus ojos al escuchar la pregunta.

Hasta hace unos días era Rojo. Mate a un jugador. - Dijo serio pero un tanto resignado ya a esa idea que constantemente le robaba el sueño y lo obligaba a caminar por toda la ciudad para despejarse.

Se sorprendió bastante al escuchar las palabras del chico, no pudiendo dar crédito a todo lo que escuchaba. Sin embargo, su única reacción fue arrugar el entrecejo y expresar notoriamente su confusión.

--Oh, espera. Primero... ¿De verdad mataste a un jugador?... -Dijo con el tono de voz un poco más bajo de lo normal, mirándolo fijamente mientras llevaba su diestra a sus labios. Realmente había querido preguntarle sobre sus exposiciones, ya que, si ese era el caso, era muy probable de que lo haya conocido en una de las tantas exposiciones que su familia organizaba con regularidad. Pero debía admitir que aquella confesión le había erizado la piel, atrapándola en un cúmulo de pensamientos.

--De verdad no lo hubiese creído... Te ves muy pacífico. Bastante- Aclaró casi de inmediato, y se cruzó de brazos aún manteniendo su vista en él. Luego se percató de su incumbencia. -Oh, mis disculpas si te incomodé... --Realizó una pequeña inclinación de cabeza a modo de disculpa. Pero claro, el interés seguía vivo en ella.

La miro reaccionar de aquella manera, a lo que no dijo nada, era de esperarse una reacción de ese tipo, el también la hubiera tenido si estuviera en su lugar, pero estando en la realidad, tampoco era una frase sencilla de pensar.

Lamento si te eh asustado. -Dijo sin muchos ánimos, no quería incomodar mas a la chica, la platica y el ambiente le agradaban como para que desaparecieran tan fácilmente como parecía estar apunto de pasar. Escucho las disculpas de la chica a lo que sonrió un poco para luego negar.

No te preocupes, es normal. De igual manera. No pienso permitir que eso vuelva a pasar. No podría cargar con semejante pecado en mi alma. - Dijo tranquilamente, no era creyente de nada pero si podía sentir un peso sobre el, un nudo que constantemente había invadido su garganta, sintiendo asco de si mismo, pero ya nada podía cambiar eso y se hizo a la idea de que no podría hacer nada, así que tenia que continuar.

Comprendió (o al menos hizo el intento) al chico casi de inmediato, por lo que no continuó con el interrogatorio. Sin embargo, una vez que hubiese más confianza entre ambos, quizás continuaría preguntándole.

--En fin... ¡Oh! Así que has ido a Inglaterra.... -Cambió de súbito el tema, sonriéndole con amabilidad.- ¿Nunca has modelado? Tienes el perfil perfecto para hacerlo... -Comentó en voz baja, sonrojándose levemente debido a su "confesión". No es que le diera vergüenza decírselo, sino que en el mundo en el que se encontraban sumergidos no era precisamente un comentario acorde. Sonrió incómoda.

Se sorprendió ante los cambios de la chica mirándola unos instantes para luego reír levemente y sonreirle, recargándose a la mesa para mirarla mas fijamente. Agradeció la discreción y cambio de tema por parte de la chica, resultaba agradable.

Lo eh hecho. - Respondió con sencillez ante la pregunta sobre ser modelo, resultandole encantadora la reacción de la chica al avergonzarse por preguntar ese tema. El no se consideraba un modelo como tal, había ayudado a compañeros y compañeras de modas o fotografía en su universidad que era solo sobre artes, el pensaba que esa escuela era como un mundo aparte, podías encontrar personas de todo tipo haciendo de todo.

Inglaterra es un lugar encantador, ¿A ti te gusta?

Podía recordar a la chica, tan solo de vista en alguna exposición, pero nunca se había puesto a prestarle atención por lo cual le costo un poco ubicarla, no pensó encontrar a alguien así en un lugar como SAO.

Al ver al chico reír así, un suspiro se desprendió de sus labios y la comodidad volvió a ella. Creía que el chico lo tomaría a mal, pero, viendo que no fue ese el caso, lo agradeció infinitamente.

--¡Amo Inglaterra! Aunque tiene ciertos defectos. Lo amo en el sentido... Artístico. Pero -elevó su índice derecho y adoptó una postura más formal-. Detesto que todo... -Bajó su mano y cambió su postura nuevamente- Sea estrictamente restringido. En ese sentido, creo que Japón está igual. -Acabó con la voz un poco más baja de la normal, recordando su "vida pasada". Amaba todo lo que hacía pero, en cierta forma, una parte de eso le resultaba despreciable por completo.

--Así que has modelado... No me sorprendería. Tuvo que haber sido un buen trabajo. -Sentenció. Guiñó su ojo y luego rió.

Vaya si, Inglaterra fue sin duda un hermoso paisaje que admirar. - Dijo con nostalgia el tiempo que paso en ese agradable país tan abierto como conservador, ese aspecto le creaba asombro sin duda. Sin querer perderse mucho en su mente, se giro para mirar a la joven.

La mayoría de las veces no lo hice por dinero aunque me pagaban de igual manera. En mi universidad todos estamos en el mismo barco así que, cuando me pedían ayuda las alumnas de fotografía o modas, siempre aceptaba. - Dijo como si fuera algo de lo mas común, al menos para el lo era, siempre tenia una que otra actividad académica donde ayudaba semanalmente, pero eso dio paso a que profesionistas el medio lo contrataran algunas veces.

Y dime,¿ "actualmente" que es de tu yo en la realidad? seguro tienes mucho trabajo o tareas -bajo su mirada un momento hacia el menú, pensando seriamente en pedir algún bocadillo, atento a cualquier respuesta de la chica.

Vaya, comprendo. --Asintió frente a las palabras del chico. Sin duda era cierto todo lo que decía, hasta ella misma le hubiese pedido ayuda de tenerlo como compañero. Una vez aquel chico la intrigó. Si algunas chicas de su universidad le habían pedido ayuda con eso, sin duda era estudiante de arte o algo por el estilo. Mentalmente agradeció a los cielos por encontrar a alguien que pudiese comprenderla, al menos en un porcentaje bajo. Porque, en esos momentos, era lo que más necesitaba.

--Mi yo en la realidad... -Aquellas palabras le sonaban extrañas. Sentía como si hablase de alguien más; alguien a quien conocía bastante y poco a la vez. Se encogió de hombros y prosiguió-. Debo tener mucha tarea en el instituto... Y en mi clase de arte también. ¡Ah! Ni hablar del trabajo. Tenía muchas sesiones fotográficas... Creo que aquellos paisajes hermosos y esos modelos tendrán que esperarme por un tiempo. Supongo que a estas alturas estoy en Japón... -Lo último lo dijo en un susurro. No quería que todo el mundo se enterase de su procedencia.
--¿Y qué tal el tuyo?.

Entrecerró sus ojos al escucharla, se mordió el labio ya que el mismo había intentado evitar pensar en su yo real, pero fue su culpa, después de todo el inicio la conversación hacia ese tema.

Estos días estaría en una exposición, soy un estudiante común aunque me gusta trabajar mucho, crear cada vez mas obras que maravillen los ojos de las personas. . . aunque vivo solo.

Recordó eso ultimo casi en un susurro, preguntandoce si tal vez aun estaría allí o alguien lo habría buscado después de la noticia de este cruel juego.

Actualmente vivo en Venecia, pero vine a Japón por materiales y algunas exposiciones, así como este juego... Ambos son lugares magníficos, espero no sean los últimos que visite