Yuzurika Usagi

Desde que era una niña mostró una actitud distante con la sociedad. Es reservada, callada, nunca ha expresado sus ideas; siempre se ha adaptado a las ideas de los demás. Se mantiene alejada de los problemas, es pacífica y tranquila. Le gusta estar sola, no se siente a gusto cuando hay muchas personas a su alrededor –no simboliza que huya de la gente, pero cuantos menos, mejor-. Quizás parezca una chica fría, pero no es así, su gran problema es la gran timidez que padece –lucha intensamente por superarla-. Es incapaz de relacionarse con desconocidos, aunque eso no significa que ella no lo deseé hacer. Por ello, siempre que puede intenta mostrar una faceta simpática y ayudar al prójimo. Aunque por fuera no lo parezca, es una chica bastante alegre y positiva, pero esa cara la reserva.
Como en la mayoría de los casos de timidez, cuando ella llega a tener una buena confianza hacia alguna persona, todo cambia. El cambio no es muy drástico, pero entablará una conversación más fácilmente con la persona e incluso llegará a sentirse a gusto a su lado.
Su sensibilidad también destaca, se le puede hacer llorar fácilmente pero igualmente es fácil hacerla sonreír, incluso el más mínimo detalle hacia ella le saca una sonrisa. Y no solo la psicológica, no le gustan los ruidos fuertes y tampoco le agrada el contacto físico en los desconocidos.
Es bastante centrada, le gusta aprender y dedicarse a varias cosas. Por ello, es una persona bastante curiosa y suele investigarlas sola.

Su físico es lo que normalmente llama la atención a la gente; su apariencia es bastante rara –algo que le molesta bastante, ya que no le gusta ser el centro de atención, y mucho menos que se metan con ella por ser diferente-. Esta albina -como todos los albinos- posee unos extraños ojos rojos bastante expresivos y un inusual pelo blanquecino, el cual llega a la altura de las rodillas y está ligeramente ondulado. Suele llevar dos mechones de pelo por delante y el resto por detrás, además de llevarlo adornado por una cinta. Por problemas en la sangre, tiene la piel bastante pálida. Sus facciones son delicadas.
Tiene una altura un poco menos de la media -1’58-, pero eso nunca le ha supuesto ningún problema. Es delgada y débil, pesa unos 49 kg. Posee una buena talla de pecho, pero sin embargo sus curvas no están bien pronunciadas. Aunque extraño, su físico es adorable y la hace bastante mona.

Nació el 5 de mayo junto a su hermano mellizo Kuroi, con el cual se lleva dos minutos de diferencia. Tan pronto como nacieron fueron dejados al cuidado de un orfanato; sus padres por problemas de dinero no los podían mantener a ambos. Todo transcurrió normal, aunque únicamente se relacionaba con su hermano, demostrando ser una persona tímida. Fue a la tierna edad de los 5 años cuando empezaron a meterse con ella. ‘Eres rara’, ‘No queremos que un monstruo juegue con nosotros’, ‘¡Fuera!’, eso era lo único que escuchaba al intentar jugar con los demás. Así que eso le hizo cerrarse a la gente, mostrar una actitud fría y hacer como si lo le importasen esos comentarios, pero por dentro estaba destrozada. Aprendió a disfrutar de la soledad, se dedicaba a leer y aprender nuevas cosas. Su hermano siempre estaba ahí para ayudarla, él era el único que le ofrecía su mano para jugar. Se prometieron estar siempre juntos, ‘ellos dos contra el mundo’. Tristemente, a la edad de 12 años todo cambió. Kuroi empezó a juntarse con malas influencias, no había noche que no intentara fugarse. Usagi estaba preocupada, tenía miedo y terminó alejándose de él, acabó totalmente sola.
Pasó un periodo con depresión, pero este no duró más de un año. Le llegó la noticia de que iba a ser adoptada. Se trataba de una familia humilde, vivían alejados de la ciudad y se dedicaban a la agricultura. Y no solo adoptaban a ella, sino también a su hermano. Los primeros años le fueron difíciles; ella se comunicaba poco con sus nuevos padres y Kuroi solo decía quejas. Pero cuando se adaptó todo fue bien. En el colegio siguió sufriendo el acoso escolar, así que sus padres decidieron darle una educación en casa. Ella era lo único que hacía; en cuanto se despertaba empezaba estudiar, así era su día a día. Sus padres estaban entristecidos con ese comportamiento, querían que ‘su’ niña disfrutara más de la vida. Varias veces la llevaron al psicólogo, y convencidos por gente de su alrededor decidieron comprarle un juego MMORPG; podía conocer a gente y su timidez no sería un problema. Fue una gran idea, Usagi se hizo una verdadera fan de este tipo de juego y siempre que salía uno, ella era de las primeras en comprarlo. Se convirtió en una gamer.
Cuando se anunció la salida del gran juego Sword Art online, ella fue de las que hizo cola para comprarlo. Invitó a su hermano a jugar al juego, el cual aceptó. Cuando ya estuvo dentro del juego todo le pareció genial. Kuroi tomó su propio camino y no duró mucho a su lado. Ella disfrutaba de todo a su alrededor; gráficos, jugadores, skills… Había jugado poco más de 1h y ya se había enamorado de aquel juego. No sabía el terrible destino que tenía el juego. Fue tele transportada al pueblo de los Inicios y allí escuchó al creador del juego, estaba asustada. Cuando su apariencia virtual cambió a la suya real se asustó, tenía miedo de volver a recibir burlas. Decidió cubrirse entera bajo una capa la cual solo dejaba ver su cara –y un poco de su flequillo-. Con miedo a morir, decidió intentar tener una vida ‘normal’ y esperar a que todo pasase.

Le gusta mucho la cocina, en especial la repostería. Ama los animales pequeños y peludos como los hamsters, perros, conejos etc… Y odia y teme a los gatos. Le gusta la música suave –clásica y un poco de pop- y detesta la ruidosa.