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Teshigawara Kazuma ~ Kage.
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Teshigawara Kazuma ~ Kage.
por Invitado Jue Nov 22, 2012 12:14 pm
Kage
- Datos Básicos
- Nombre: Teshigawara Kazuma.
- Edad: 17.
- Sexo: Masculino.
- Nacionalidad: Japonesa.
- Orientación: Heterosexual.
- Datos de Juego
- Nick: Kage.
- Skill: -
- Clase: -
- Rango: Player
- Gremio: -
- STATS
- Puntos de Vida: 52
- Fuerza: 5
- Constitución: 8
- Destreza: 9
- Iniciativa: 8
Descripción Psicológica
Kage es un hombre tranquilo y pacífico. A pesar de eso, no es para nada hostil. Es amigable y bastante curioso, a su forma. Él no suele mostrar sus sentimientos más que una sonrisa que los cubre. Tiende a hablar siempre con un tono sabiondo, arrogante o irónico. Pretende saberlo todo y actuar como si nada pasase incluso en momentos de circunstancias extremas. Además, el pelinegro es bastante hablador. Puede sacar conclusiones al interactuar con las personas en segundos y es además muy analizador y reflexivo. Le atraen todo tipo de artes, de allí su amor por la lectura y la música, los cuáles le han proporcionado un conocimiento accesible. Kazuma no es para nada contradictorio. Siempre firme en sus decisiones y acciones, nunca da vuelta atrás o se retracta de alguna cosa. Siempre querrá recurrir al camino más fácil antes que el caprichoso o complicado. Es por eso que Kage resulta ser un gran estratega y pensador, liberando planes y acciones muy fácilmente coordinadas en segundos, de acuerdo a lo demás.
A pesar de todo esto, Kage nunca se ha mostrado atraído por una mujer o un hombre. Su orientación sexual es heterosexual, sin embargo, él nunca se ha preocupado por una mujer ni mucho menos ha tenido una en su vida. Esto se puede deber a que pocas veces se le ve por los pueblos deambulando o en sitios de interés común presentándose. Es un hombre misterioso y muy reservado a pesar de ser tan sociable y buen orador. Puede resaltar su piel, pues su tés es tan blanca que distingue en la oscuridad, siendo algo brillante y pálida. Ha adquirido muchos apodos de este modo, siendo tratado de pícaro aunque nunca ataque por la espalda.
Kage, a pesar de todo, sabe como tratar a las mujeres. Tiende a ser un poco romántico frente a ellas, aún cuando no sienta algún tipo de atracción. Prefiere trabajar solo y conseguir sus propios logros. Confía plenamente en sus capacidad, por lo que nunca se le verá rendido o quizá negativo, pesimista.
Kage ama la comida. Su afición es crear, probar y todo lo relacionado con la gastronomía en sí. Prefiere los dulces y golosinas, por lo que a veces se le vé con alguno de éstos en la boca.
Kage, también tiende a tener afición por el licor. Cuando está ebrio, su personalidad cambia drásticamente, tornándose burlesco y bastante obstinado. Bromista por excelencia.
A pesar de todo esto, Kage nunca se ha mostrado atraído por una mujer o un hombre. Su orientación sexual es heterosexual, sin embargo, él nunca se ha preocupado por una mujer ni mucho menos ha tenido una en su vida. Esto se puede deber a que pocas veces se le ve por los pueblos deambulando o en sitios de interés común presentándose. Es un hombre misterioso y muy reservado a pesar de ser tan sociable y buen orador. Puede resaltar su piel, pues su tés es tan blanca que distingue en la oscuridad, siendo algo brillante y pálida. Ha adquirido muchos apodos de este modo, siendo tratado de pícaro aunque nunca ataque por la espalda.
Kage, a pesar de todo, sabe como tratar a las mujeres. Tiende a ser un poco romántico frente a ellas, aún cuando no sienta algún tipo de atracción. Prefiere trabajar solo y conseguir sus propios logros. Confía plenamente en sus capacidad, por lo que nunca se le verá rendido o quizá negativo, pesimista.
Kage ama la comida. Su afición es crear, probar y todo lo relacionado con la gastronomía en sí. Prefiere los dulces y golosinas, por lo que a veces se le vé con alguno de éstos en la boca.
Kage, también tiende a tener afición por el licor. Cuando está ebrio, su personalidad cambia drásticamente, tornándose burlesco y bastante obstinado. Bromista por excelencia.
Descripción Física
Kazuma es un tipo alto de tés clara y fina. A la ligera parece muy sencillo y frágil, pero resulta ser un tipo bastante duro y persistente. Su cabello es negro como la noche resaltando completamente sobre su color de piel el cuál es un tanto pálido. Siempre viste un poco peculiar, tratando de ir a la moda en gran parte de sus ocasiones. Sus ojos son de color gris, un color tan extraño que a simple vista se puede confundir con el negro. Su cabello es en medida abudante y peinado a su manera. Tan sedoso y oscuro forman una perfecta alianza con sus ojos, los cuáles casi nunca coinciden con la ropa que utiliza.
Kage, a menudo se le puede ver una expresión facial arrogante que a simple vista se le confunde con Euforia. Pocas veces se le ve enfadado o fuera de sí, pues su semblante siempre es calmado y nunca precipitado. Tiende a ser muy extraño cuando está junto a desconocidos, y aparte del tono burlesco, siempre tendrá un semblante agradable en su rostro, siempre sonriente. Kazuma pesa unos setenta kilos y su estatura es de 1,77 metros. Es flaco pero no desgarbado y no tiene una musculatura marcada pese a su fuerza verdadera. No posee cicatrices de ningún tipo y tampoco tiene tatuajes alrededor del cuerpo.
En Aincrad, Kage no suele llevar algún tipo de ornamento extraño. Debajo de sus ropas, suele usar una cota de malla liviana y unas hombreras de cuero. Casi no son notables puesto que le gusta llevar abrigos y vestidos junto con algunas camisas de finas telas. Kage confía más en los sastres antes que en los herreros, y es esa la razón por la que usa más tela antes que metal. Sus botas, guantes y adornos como cinturón, brazaletes y otros, suelen ser de cuero negro, siempre acompañando el color de su ropa, la cuál es un tanto "divertida".
Kage, a menudo se le puede ver una expresión facial arrogante que a simple vista se le confunde con Euforia. Pocas veces se le ve enfadado o fuera de sí, pues su semblante siempre es calmado y nunca precipitado. Tiende a ser muy extraño cuando está junto a desconocidos, y aparte del tono burlesco, siempre tendrá un semblante agradable en su rostro, siempre sonriente. Kazuma pesa unos setenta kilos y su estatura es de 1,77 metros. Es flaco pero no desgarbado y no tiene una musculatura marcada pese a su fuerza verdadera. No posee cicatrices de ningún tipo y tampoco tiene tatuajes alrededor del cuerpo.
En Aincrad, Kage no suele llevar algún tipo de ornamento extraño. Debajo de sus ropas, suele usar una cota de malla liviana y unas hombreras de cuero. Casi no son notables puesto que le gusta llevar abrigos y vestidos junto con algunas camisas de finas telas. Kage confía más en los sastres antes que en los herreros, y es esa la razón por la que usa más tela antes que metal. Sus botas, guantes y adornos como cinturón, brazaletes y otros, suelen ser de cuero negro, siempre acompañando el color de su ropa, la cuál es un tanto "divertida".
Historia
Teshigawara Kazuma nació en la región de Kanto, más exactamente en la prefectura de Saitama, pero se crió en Osaka. Su nacimiento probablemente provocó la muerte de su madre, aunque nunca supo realmente la razón de su muerte y no esperaba saberlo. Fue el primero de dos hijos gemelos que nacieron del vientre de una mujer hermosa muy joven y llena de vida. El padre de los niños nunca se presentó realmente. Luego del parto, al quedar desamparados, fueron enviados a un orfanato en Osaka, donde les recibieron con mucha bondad. Hasta los siete años se mantuvieron en dicho orfanato, educados de la mejor forma, con una voluntad de hierro y un corazón indoblegable. Él era el hermano mayor y como era su trabajo proteger a su supuesto hermano menor, pues realmente solo fueron unos minutos para que éste naciera, le adoraba como ninguno. Llegaron a ser grandes amigos, a pesar de que el menor provocaba desorden, escándalo y golpeaba a los demás niños. No era muy popular, pues era temido. En cambio, Kazuma, era visto como una figura de popularidad y bastante sociable entre los niños. A pesar de eso, Kazuma nunca sucumbió a su “fama” y se mantuvo siempre con su hermano, siendo una pareja implacable que resolvía todo tipo de situaciones y se las ingeniaba para llegar a cualquier lugar con su tremendo amor fraternal.
Todo iba bien. No podría decirse que en cuanto apareció una familia para el hermano de Kazuma empeoró. Kazuma se alegró demasiado con la partida de su hermano, pues se veía que era una familia muy hermosa y que sus nuevos padres sin duda cuidarían de él como un verdadero hijo. No le afectó en lo absoluto su partida, aunque su hermano lloraba y suplicaba que también se llevasen a Kazuma. Entonces el mayor le prometió al menor: “Nos volveremos a ver. Te estaré esperando… En ese lugar que te prometí.” Había una posibilidad de que se volviesen a encontrar, pero eso sucedería dentro de muchos años, probablemente cuando ya sean adultos. Kazuma esperaría paciente, aún en el orfanato, pensando todos los días en aquella promesa y en la felicidad de su hermano.
Ya había cumplido doce. Su cumpleaños había pasado hace un mes y recibió una llamada de su hermano. Él parecía estar muy feliz y lleno de bendiciones, pero Kazuma no se sentía muy conforme con su tono de voz. Abandonó el orfanato y con algunos ahorros que había logrado concretar a lo largo de su vida en el orfanato, tomó un tren directo hacia su tierra natal, esta vez a la prefectura de Tokio, la capital. Ni siquiera los demás huérfanos conocían la razón de su partida. Kazuma era aún un niño y no razonaba bien. Simplemente entendía por felicidad hacer lo que él deseaba, así que prefería arreglárselas el solo para continuar con su vida. En una tarde muy calurosa, empacó sus pocas pertenencias en una mochila y llegó a la estación.
Mucho le debía a los del orfanato, pues había cosas que no esperaba aprender y que logró perfeccionar al máximo. Muchas de ellas eran útiles, por lo que se las arregló para mantener una vida en las calles con algunos talentos que había desarrollado. Nuevamente, todo iba bien. Había conseguido unos cuantos camaradas. Éstos eran de su edad y le acompañaban en su labor por las calles. Lograron conseguir un techo para un grupo de cinco amigos, incluyéndole, en el que se repartían las ganancias y llevaban una vida bastante grata para todos. El grupo de cinco amigos se dedicaba a realizar alguno que otro trabajito y hasta habían llegado a un circo, en el que fueron estrellas. Todo iba bien, hasta que el mayor de ellos empezó a actuar algo extraño. Kazuma lo notó, pues este cambió en apariencia y en comportamiento. No era el mismo y los demás ya lo habían notado. En un momento de total incertidumbre, Kazuma se atrevió a preguntarle. Éste se enojó, tanto que intentó golpearle. Kazuma siempre se había destacado por ser un tremendo luchador y temido entre los que le rodean, a pesar de ser amigable y nunca demostrar algún tipo de comportamiento hostil. Fácilmente le derrotó y este juró vengarse. Partió de la morada que construyeron con tanto esfuerzo. Nunca supieron la razón de su cambio, pero al pasar unos meses, él volvió. No de la forma que esperaban y no con quién esperaban.
La casa de los jóvenes quedaba en las afueras de la ciudad. Era fácil reconocerla e imposible no distinguirla. Era más fácil distinguirla cuando estaba envuelta en llamas y una explosión acompañaba lo que sería el fin de sus gratas vidas. Kazuma solía estar en el patio trasero a medianoche mirando la luna. Era una de sus aficiones mirar la luna fuera de lo normal, en su máximo esplendor. De pronto, esa luna se comenzó a derretir y fue intercambiada por un coloso sangriento repleto en llamas. Su casa y lo que habían logrado era reducido a cenizas. Kazuma notó que sus amigos seguían dentro. Aunque intentó salvarlos, no logró conseguir salvar a ninguno y tuvo que escapar a la ciudad.
Se sentía muerto. Sentía como si otra vez estuviese solo y rondaba en su cabeza la idea de que tuvo que haber muerto con sus hermanos. No supo cuando había sucedido todo eso, pero siempre habían sucedido cosas como esas en lo que tiene de vida. Era su cumpleaños. Justo el día en que lo perdía todo. Sin duda un cumpleaños horrible. Sin embargo, no todo fue tristeza. Una mano cálida le tocó el hombro. Al darse cuenta, notó su rostro en frente. No era un espejo. Realmente era él. Su hermano era una viva representación, pues eran idénticos. Le abrazó con muchas fuerzas. Sus ropas estaban andrajosas y aún se podía sentir el olor a quemado y suciedad comprimidos. A su hermano parecía no importarle y caminó con él durante un rato. Le explicó todo, aunque evadió el tema de sus amigos. Prefería no recordarlo, aunque era imposible ocultar su cara de tristeza.
Su hermano menor parecía pasarlo bien, por el contrario. Llevaba ropas finas y su cara feliz le delataba. Éste, al ver que Kazuma no poseía un hogar, inmediatamente le llevó a casa de sus padres. Éstos parecían no tener objeción alguna con que Kazuma se quedase por unos días, así que le acogieron como un hijo más.
Un año después, Kazuma ya se había olvidado de todas sus desgracias. Su hermano era un fiel amante de los videojuegos, al igual que sus amigos. Kazuma solía gastar gran parte del dinero que conseguía en las calles en una tienda de juegos y de bateo que había cerca de su casa. Era un gran jugador por lo que casi igualaba a su hermano en todo. Sin duda el era mejor que él en muchos juegos, pero Kazuma siempre le había ganado en la vida real. Fue cuando llegó con dos grandes cajas y le mostró a Kazuma el Nerve Gear.
A partir de ese momento, su vida cambió. En el momento en que se puso el Nerve Gear, nada volvió a ser lo mismo. ¿Qué le deparaba esta vez el destino? No había forma de salir y no estaba seguro de dónde estaba su hermano. Aunque intentaba contactarlo, es como si no existiese. Kazuma estuvo a punto de perder la tranquilidad cuando de pronto fue muy tarde. Colapsó y una sonrisa se dibujó en su rostro. Aún era muy tarde para un “Game Over”.
Todo iba bien. No podría decirse que en cuanto apareció una familia para el hermano de Kazuma empeoró. Kazuma se alegró demasiado con la partida de su hermano, pues se veía que era una familia muy hermosa y que sus nuevos padres sin duda cuidarían de él como un verdadero hijo. No le afectó en lo absoluto su partida, aunque su hermano lloraba y suplicaba que también se llevasen a Kazuma. Entonces el mayor le prometió al menor: “Nos volveremos a ver. Te estaré esperando… En ese lugar que te prometí.” Había una posibilidad de que se volviesen a encontrar, pero eso sucedería dentro de muchos años, probablemente cuando ya sean adultos. Kazuma esperaría paciente, aún en el orfanato, pensando todos los días en aquella promesa y en la felicidad de su hermano.
Ya había cumplido doce. Su cumpleaños había pasado hace un mes y recibió una llamada de su hermano. Él parecía estar muy feliz y lleno de bendiciones, pero Kazuma no se sentía muy conforme con su tono de voz. Abandonó el orfanato y con algunos ahorros que había logrado concretar a lo largo de su vida en el orfanato, tomó un tren directo hacia su tierra natal, esta vez a la prefectura de Tokio, la capital. Ni siquiera los demás huérfanos conocían la razón de su partida. Kazuma era aún un niño y no razonaba bien. Simplemente entendía por felicidad hacer lo que él deseaba, así que prefería arreglárselas el solo para continuar con su vida. En una tarde muy calurosa, empacó sus pocas pertenencias en una mochila y llegó a la estación.
Mucho le debía a los del orfanato, pues había cosas que no esperaba aprender y que logró perfeccionar al máximo. Muchas de ellas eran útiles, por lo que se las arregló para mantener una vida en las calles con algunos talentos que había desarrollado. Nuevamente, todo iba bien. Había conseguido unos cuantos camaradas. Éstos eran de su edad y le acompañaban en su labor por las calles. Lograron conseguir un techo para un grupo de cinco amigos, incluyéndole, en el que se repartían las ganancias y llevaban una vida bastante grata para todos. El grupo de cinco amigos se dedicaba a realizar alguno que otro trabajito y hasta habían llegado a un circo, en el que fueron estrellas. Todo iba bien, hasta que el mayor de ellos empezó a actuar algo extraño. Kazuma lo notó, pues este cambió en apariencia y en comportamiento. No era el mismo y los demás ya lo habían notado. En un momento de total incertidumbre, Kazuma se atrevió a preguntarle. Éste se enojó, tanto que intentó golpearle. Kazuma siempre se había destacado por ser un tremendo luchador y temido entre los que le rodean, a pesar de ser amigable y nunca demostrar algún tipo de comportamiento hostil. Fácilmente le derrotó y este juró vengarse. Partió de la morada que construyeron con tanto esfuerzo. Nunca supieron la razón de su cambio, pero al pasar unos meses, él volvió. No de la forma que esperaban y no con quién esperaban.
La casa de los jóvenes quedaba en las afueras de la ciudad. Era fácil reconocerla e imposible no distinguirla. Era más fácil distinguirla cuando estaba envuelta en llamas y una explosión acompañaba lo que sería el fin de sus gratas vidas. Kazuma solía estar en el patio trasero a medianoche mirando la luna. Era una de sus aficiones mirar la luna fuera de lo normal, en su máximo esplendor. De pronto, esa luna se comenzó a derretir y fue intercambiada por un coloso sangriento repleto en llamas. Su casa y lo que habían logrado era reducido a cenizas. Kazuma notó que sus amigos seguían dentro. Aunque intentó salvarlos, no logró conseguir salvar a ninguno y tuvo que escapar a la ciudad.
Se sentía muerto. Sentía como si otra vez estuviese solo y rondaba en su cabeza la idea de que tuvo que haber muerto con sus hermanos. No supo cuando había sucedido todo eso, pero siempre habían sucedido cosas como esas en lo que tiene de vida. Era su cumpleaños. Justo el día en que lo perdía todo. Sin duda un cumpleaños horrible. Sin embargo, no todo fue tristeza. Una mano cálida le tocó el hombro. Al darse cuenta, notó su rostro en frente. No era un espejo. Realmente era él. Su hermano era una viva representación, pues eran idénticos. Le abrazó con muchas fuerzas. Sus ropas estaban andrajosas y aún se podía sentir el olor a quemado y suciedad comprimidos. A su hermano parecía no importarle y caminó con él durante un rato. Le explicó todo, aunque evadió el tema de sus amigos. Prefería no recordarlo, aunque era imposible ocultar su cara de tristeza.
Su hermano menor parecía pasarlo bien, por el contrario. Llevaba ropas finas y su cara feliz le delataba. Éste, al ver que Kazuma no poseía un hogar, inmediatamente le llevó a casa de sus padres. Éstos parecían no tener objeción alguna con que Kazuma se quedase por unos días, así que le acogieron como un hijo más.
Un año después, Kazuma ya se había olvidado de todas sus desgracias. Su hermano era un fiel amante de los videojuegos, al igual que sus amigos. Kazuma solía gastar gran parte del dinero que conseguía en las calles en una tienda de juegos y de bateo que había cerca de su casa. Era un gran jugador por lo que casi igualaba a su hermano en todo. Sin duda el era mejor que él en muchos juegos, pero Kazuma siempre le había ganado en la vida real. Fue cuando llegó con dos grandes cajas y le mostró a Kazuma el Nerve Gear.
A partir de ese momento, su vida cambió. En el momento en que se puso el Nerve Gear, nada volvió a ser lo mismo. ¿Qué le deparaba esta vez el destino? No había forma de salir y no estaba seguro de dónde estaba su hermano. Aunque intentaba contactarlo, es como si no existiese. Kazuma estuvo a punto de perder la tranquilidad cuando de pronto fue muy tarde. Colapsó y una sonrisa se dibujó en su rostro. Aún era muy tarde para un “Game Over”.
Extras
Kage destaca por ser un buen comerciante y un gran orador, estando siempre dispuesto a dar un gran discurso con fin de convencer, atraer, o sea cual sea la razón, sobre los demás jugadores. Aunque prefiere trabajar en solitario, uno de sus sueños siempre ha sido formar una "familia", sueño el cuál nunca pudo concretar en el mundo real y probablemente pueda lograr en el mundo virtual.
Kage no es el tipo de persona que le gusta destacar sobre los demás o que resalten sus logros. Tiende a ser siempre perfeccionista en sus acciones y en su actitud, inflexible. Es todo un galán, además. El cree que sería imposible conocer verdadero amor en un juego virtual que ha esclavizado a tantos, pero nunca sabe que le depara el destino. Tiene muchos gustos.Le encanta el alcohol y en un gran bebedor. También ama la cocina y gran parte de las artes. Hay pocas cosas que odia, por no decir que la cantidad es nula. Ama rotundamente la noche y la luna vista desde Aincrad. A decir verdad, prefiere el paisaje virtual al deteriorado real.
Kage no es el tipo de persona que le gusta destacar sobre los demás o que resalten sus logros. Tiende a ser siempre perfeccionista en sus acciones y en su actitud, inflexible. Es todo un galán, además. El cree que sería imposible conocer verdadero amor en un juego virtual que ha esclavizado a tantos, pero nunca sabe que le depara el destino. Tiene muchos gustos.Le encanta el alcohol y en un gran bebedor. También ama la cocina y gran parte de las artes. Hay pocas cosas que odia, por no decir que la cantidad es nula. Ama rotundamente la noche y la luna vista desde Aincrad. A decir verdad, prefiere el paisaje virtual al deteriorado real.
Última edición por Alvaro Garay el Vie Nov 23, 2012 10:15 pm, editado 3 veces (Razón : 1- Cambio total de la ficha. Nueva apariencia, nuevo personaje; 2- Añadidos los Stats de Personaje.)
Invitado- Invitado
Re: Teshigawara Kazuma ~ Kage.
por Yui-MHCP001 Lun Nov 26, 2012 10:20 pm
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