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Relaciones de Doppelgänger
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Relaciones de Doppelgänger
DoppelgängerMasculino • Heterosexual • Tank • Beta
- Descripción Psicológica:
Kvothe es, sin duda alguna, una de las personalidades más peculiares que han poblado el universo en el cual, hoy día, existe. Es, con gran probabilidad, una de las mentes más curiosas que uno podría llegar a encontrar entre la basta población mundial. Para empezar a hablar de este hombre hay que hacer una especial alusión a un punto muy importante de su psique: que está corrompido por los diversos sucesos que se han producido a lo largo de toda su vida. Si uno no tuviese en cuenta esto no sería capaz de entender a Kvothe pues en ciertos puntos su personalidad es muy contradictoria y lo único que puede explicar esto es la corrupción de su alma por la situación.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede empezar a decir que Kvothe es un hombre poco amigo de las expresiones faciales y, o corporales. No posee en su ser un gran abanico de muecas con las cuales demostrar al mundo cuales son los sentimientos que abordan su corazón. Por norma general uno solo se podrá encontrar con un frío rostro enmarcado en una oscura neutralidad pocas veces rota. Solamente podría llegar a mostrarse más amable y abierto con aquellos a quienes considerase digno de su confianza, a no ser que tenga en cierta estima al receptor de sus miradas y palabras, no mostrará sonrisa mayor que la de la cordialidad o la de los protocolos sociales, pocos conocen su verdadera sonrisa. Bien es cierto que, influenciado por su lado más oscuro, puede llegar a dar otro tipo de expresiones, las de soberbia y arrogancia. Estas, pese a ser poco comunes, suelen ser expresadas cuando el receptor es alguien fuera de su agrado y a quien quiere molestar o desquiciar, suelen ser un elemento con el cual mostrar su distancia con alguien. Otra de sus expresiones favoritas es, tornándose como más un gesto corporal que del propio rostro, ladear la cabeza hacia un lado para expresar duda o encogerse de hombros para mostrar indiferencia o desconocimiento. Más allá de lo aquí mencionado es difícil encontrar otra expresión en él aunque, como en cualquier persona, existen excepciones en las cuales ofrecerá de otros recursos fáciles más sentimentales. Se podría decir que, hablando de forma directa, es una persona amable con aquellos aprecia, tiene estima o le han dado buena impresión mientras que, por contra, suele ser más frío y distante con aquellas personas a las cuales no conoce bien.
Pasando a un nuevo tema, los modales, habría que poner una linea de medir distinta. En el baremo de la educación uno podría encontrar a Kvothe en la cumbre puesto que, en líneas generales, goza de un respeto hacía los demás que roza la perfección y, en cierto modo, lo irritante. Esto es debido a que Kvothe, aunque sabe amoldarse muy bien a la situación, puede pecar de estricto. Conoce bien los distintos protocolos sociales, los de las distintas clases sociales y, a veces, es demasiado cerrado con los mismos. Sus modales le instan a seguir sin desvío alguno aquello que considera correcto y educado pudiendo llegar al punto de resultar molesto mas, por suerte, suele darse cuenta aunque bien es cierto que no lo logra siempre. Está versado en el dialogo, es un orador grandilocuente y no teme dar tanto edad como el nombre si así lo requiere la situación. Aquí, dicho de alguna forma, se encuentra una contradicción a su personalidad. Kvothe, pese a ser un hombre frío y serio, es amante de las buenas conversaciones y jamás cerrará las puertas del diálogo ante personas desconocidas o que le resulten gratas detonándose, gracias a esto, como una persona bastante sociable a su manera.
Estrictamente hablando es un hombre proclive a ser serio y meditabundo a la par que taciturno y reflexivo. Es muy medido a la hora de hablar y, o actuar aunque no es mentira el que, en ciertos momentos, puede tener arrebatos como a cualquiera le podría pasar. Su seriedad viene a plasmarse siempre con su porte y su semblante, el cual suele mantenerse en casi todo momento como un lienzo en blanco. Sus andares, fuertes y seguros, remarcan mucho su personalidad pues siempre va con la espalda bien recta y el rostro mirando al frente, demostrando que no tiene pensando dejar que nadie pueda pasar por encima de su persona pero que, por otro lado, no se cree superior al resto de habitantes del lugar. Dicha seriedad, así mismo, es trasmitida por la frialdad de sus miradas y por su correcta forma de hablar. Tiende a tomar como propio un tono de voz neutral y frío que suele a verse un tanto oscuro a causa de lo ronco y profundo del timbre de su voz.
Su humor requiere de una mención especial y es que, aun a pesar bastante escaso, no deja de ser un elemento existente en la personalidad de Kvothe. No es que sea una persona especialmente dada a las bromas pero bien es cierto que gusta de emplear frases con doble sentido así como el empleo de pronunciados sarcasmos que, en muchos casos, pueden resultar, cuanto menos, molestos. No es frecuente que utilice estas formas de humor en su día a día puesto que sabe que no todo el mundo las acepta de buen grado y, por ello, es que tan poco usual que se e escuche usando estas formas. En ocasiones, aunque tampoco con demasiada frecuencia, enunciará pequeñas bromas enmarcadas bajo leves rastros de amabilidad que no vendrían a ser más que pequeños dejes de su cara mas amigable, la cual tampoco es demasiado frecuente.
Pasando a otra parte de su psique uno se puede encontrar con que Kvothe es todo un profesional. Es una persona especialmente responsable y entregada, no le gusta dejar las cosas a medias ni hacerlas malamente, es de su especial agrado el hacer bien las cosas. Prefiere tenerlo todo planeado, el azar no es algo que llame especialmente su atención pudiendo sustraerse de esto que es un hombre reflexivo y que tiende a pensarlo todo antes de hacer algo. Actúa con gran metodismo saltándose pocas veces de las pautas marcadas o las líneas que han sido designadas a la hora de actuar. Esto hace que se pueda detonar como una persona muy cauta y que tiende a meditar las cosas dos veces antes de actuar, no es precisamente una persona que se guíe por los impulsos. Es más de sangre fría en ese aspecto.
Kvothe es un hombre culto, astuto y experimentado. Si a eso se le suma que ha visto la cara más oscura del mundo uno se puede encontrar con una persona diestra en el arte del engaño así como en el evitar el mismo. No es que sea una persona precisamente inocente, es un tanto desconfiado y no suele dar la espalda a los desconocidos. Es tranquilo y sosegado, bastante paciente así como relajado, pocas veces se le podrá ver perdiendo la calma pese a que afrenten su estima u honor, no le molesta que intenten hacerle daño, es demasiado "maduro" e inteligente como para caer ante meras provocaciones verbales o físicas. Eso si, hay que tener en cuenta que Kvothe, debido a su forma de ser, tiene pocos seres queridos y que, estos, son especialmente importantes para él siendo este uno de los motivos que hagan que no pase ni una cuando se trata de alguien a quien realmente quiere.
Sabe mantener la compostura y, pese a ello, no suele hacerlo siempre. Es más bien callado y reservado, no suele mostrar demasiadas expresiones corporales o fáciles pues piensa que eso le hacen alguien débil y fácil de manipular, cuando realmente no es así. Esto viene a raíz de su desconfianza general hacía lo desconocido, no le gusta establecer relaciones innecesarias y rara vez será el detonante de una nueva conversación aunque, también es cierto, que no rechazará a nadie sin conocerlo. Puede llegar a ser bastante directo si la situación lo requiere pero, por encima de todo, hay que resaltar que es una persona que no se amilana. Nunca le veras darle la espalda a los problemas o a refugiarse del peligro, aunque no lo parezca es un hombre que, en cierto modo, adora las descargas de adrenalina. Piensa las cosas dos veces casi siempre, pero es raro no verle actuar.
Hay que mencionar, también, que esa tranquilidad en la cual se encuentra tan inmerso puede entrar en conflicto con uno de sus rasgos más representativos, el orgullo. Su orgullo no radica en la creencia de ser superior, ese sentimiento se manifiesta en su continuo deseo de querer alcanzar mayores cotas personales, de autosuperarse permanente y de no aceptar la derrota y, o la rendición como posibles soluciones. Es del tipo de persona que prefiere morir antes que rendirse, de nada sirve librar una batalla en el futuro si se fue lo suficientemente cobarde para correr. Perder es admisible, correr inaceptable, levantarse es una obligación. Eso si, detesta perder y, pese a no ser mal perdedor, siempre buscará una revancha contra aquel que le venza para demostrar que su capacidad de esfuerzo, que no de genialidad, no es inferior a la de nadie. Al mismo tiempo, este orgullo se trasmite en su deseo de no quedarse quieto y tomar cartas en el asunto siempre que sea posible, ética y moralmente posible, hacerlo. Claro está que dicha ética y moral es muy propia y no se puede enjuiciar con los valores comunes y generalizados.
Kvothe es muy suyo, tiene unos valores muy personales que, debido a su edad, son difícil de cambiar. Creció bajo unas ideas y ya no puede separarse de ellas. Cree que la palabra, la modestia y la educación son las mayores virtudes del hombre pese a pecar de orgulloso y, por ende, muchas veces se tiende a enjuiciar a si mismo. Siempre se mostrará como una persona educada, pero normalmente fría ante desconocidos, que no tiende a faltar al respeto. Pese a esto, su humor se ve caracterizado por ser ácido y fuerte, muy influido por el sarcasmo, los dobles sentidos y las metáforas.
Es un ser apolítico, no cree en una justicia superior ni en la capacidad de otras personas para decidir sobre otras por lo que siempre se le ha considerado como un militar ejemplar pero, en cierto modo, peligroso. El no acatar la sociedad actual como una verdad total siempre ha provocado que sea mirado con lupa entre sus compañeros. Es por eso que se considera así mismo como una persona libre. Está en contra del gobierno en casi todas sus formas y, pese a ser una "buena persona", se pueden ver sus peores facetas en este aspecto puesto que no es raro verle discutir acaloradamente cuando se encuentra en situaciones que se apeguen completamente a lo escrito, por ejemplo, en la constitución. Cree que el poder es del pueblo y no de los gobernadores aunque, debido a su rango, no puede decir esto tan libremente como quisiera. Se caracteriza por gustar de la filosofía y la reflexión personal, sus puntos de vista están influenciados por que la vida y la muerte no son más que pasos intermedios en donde no existe lo gris, solo lo blanco o lo negro. No hay nada que sea medio bueno o medio malo, es positivo o es negativo. Cree que el fin justifica los medios en casi todas las circunstancias y es por ello que se le podría nombrar como una persona un tanto cruel, no parece tener demasiado apego por la vida de aquellos a quienes no conoce -cosa que es falsa- y parecen interponerse en lo que piensa que está bien. Esto hace que sea considerado por aquellos que defiende como una buena persona y, para los que se enfrenta, como un diablo de alma sucia.
Kvothe es una persona retrospectiva, tiende a fijarse en lo sucedido durante el pasado. A consecuencia de eso es una persona muy reflexiva y, a la par, un tanto rencorosa. Este rencor, y la costumbre de mirar siempre hacía atrás, hacen de él un hombre ciertamente impredecible. Pese a lo tranquilo de su personalidad, es alguien muy inestable en situaciones puntuales destacándose, entre todas, aquellas que provoquen grandes descargas de adrenalina. Tiende a analizar lo que está bien y lo que está mal pero lo hace de una manera subjetiva, bajo su propio entendimiento del bien y el mal. Su pasado le inculcó el valor de la compasión junto con otra serie de virtudes tales como la templanza, la prudencia, la fortaleza y la justicia, todo esto arraigado a su deseo de libertad, propia y común. No siempre sigue tales doctrinas y en más de una ocasión ha llegado a romperlas.
La compasión es su dogma, si es viable, pero es totalmente efectivo, mata si tiene que hacerlo a la hora de combatir y, a la hora de dictar sus opiniones, lo hace sin miedo a las repercusiones. Dice lo que piensa y en muchos casos no se da cuenta de que esos comentarios afectan a sus compañeros y adversarios. También se debe mencionar de él que es una persona testaruda a la par que celosa, el orgullo antes mencionado hace que no sea fácil que de su brazo a torcer una vez tome una decisión. No tiene motivaciones en la vida, simplemente vive el día a día.
Doppelgänger- Normal
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