SAO RPG
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Palabras claves

Últimos temas
» A veces
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyLun Mayo 13, 2013 9:29 pm por Ai-MHCP000

» Duelo: Gabranth & Hei
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyMar Mar 26, 2013 9:24 am por Cardinal

» Encuentro inesperado.
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptySáb Mar 23, 2013 11:36 am por Cardinal

» Duelo: Dioscuro & Oga
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyVie Mar 22, 2013 1:28 pm por Ai-MHCP000

» atraso en respuesta
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyVie Mar 22, 2013 1:16 pm por Ai-MHCP000

» Ficha Ramza
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyMiér Mar 20, 2013 8:47 pm por Ai-MHCP000

» Planes importantes [Hei - Libre]
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyVie Mar 15, 2013 7:56 pm por Alvaro Garay

» una fria mañana[alvaro-priv]
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyVie Mar 15, 2013 7:21 pm por Alvaro Garay

» Tema
¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] EmptyMar Mar 12, 2013 11:41 pm por Hei

Estadísticas
Tenemos 83 miembros registrados
El último usuario registrado es yusuke

Nuestros miembros han publicado un total de 3935 mensajes en 584 argumentos.
Septiembre 2024
LunMarMiérJueVieSábDom
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30      

Calendario Calendario


¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

3 participantes

Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ishida Mei Lun Dic 03, 2012 12:16 pm



Se giró para mirarla y clavó en ella unos ojos marrones y enormes, llenos de vida y de cierto atisbo infantil, incluso juguetón. Si sus palabras confirmaban la regla que Mei aplicaba a las personas con bonita sonrisa el descubrimiento de aquel muchacho habría sido su posible salvación y su mayor alegría. Nerviosa por escuchar qué era lo que iba a decirle cuando se acuclilló frente a ella, se mordió el labio inferior, expectante. Sin embargo, tras escuchar sus primeras palabras se puso en pie de un salto, maldiciéndose interiormente por haber sido tan ingenua. Fijó sus ojos ambarinos en los del chico, elevando el rostro para poder hacer eso. Iba a responderle cuando escuchó su risa cristalina y se detuvo, un tanto sorprendida.. Era obvio que había sido una broma, pero...aquellas palabras que tanto dolían…Se sonrojó deliberadamente y tomó aire, inflándose para contener su ira.

Pero no tuvo resultado alguno. Las palabras se atropellaron entre sus labios, y las lágrimas se deslizaron desde sus ojos, como corrientes fluviales desde los lacrimales, mejilla abajo, como si surcara valles puros y limpios.- ¡No soy ninguna niña! – Fue lo primero que dijo, a viva voz. - ¡Tengo diecisiete años! ¡Y maldita sea, tampoco soy ningún violador! ¡Estúpido! – Remató finalmente, y se secó las lágrimas con su brazo rápidamente, sin apartar la mirada de la de él. Acabó dándole una patada en la espinilla, bastante cabreada, aunque no logró hacerle ningún daño, así que acabo cruzándose de brazos y poniendo morritos.- Tienes una sonrisa preciosa, pero por dentro no eres tan bueno como pensaba…- Murmuró para sí misma, sin querer que el otro la escuchara, dispuesta a abandonarlo. Sin embargo, algo la ataba a él...¡no podía violar la norma establecida por su escala de nivel de sonrisas! ¡y él era el primero en conseguir el 100%! ¡Era un hecho indiscutible! Como se había girado, regresó a su posición inicial y señaló con el dedo al chico, alzándose de puntillas, llegándole aproximadamente a la altura del pecho.- ¡Mira, necesito que seas de mi equipo! – Le confesó, extremadamente sonrojada, como una de aquellas personajes de los anime que son tan tsundere y tan monas que apetece achucharlas…¡como esas!.- Quiero decir que…¡bueno, que te unas a mí, y ya está! – Inquirió finalmente, moviendo las manos, restándole importancia incluso a sus pensamientos. Después, enroscó uno de sus dedos en su cabello, justamente con el que lo había señalado. - ¿Te apuntas o no? En mi escala tienes un 100%. ¡Sería un desperdicio que no vinieras conmigo! – Terminó su discurso, y volvió a su posición natural, ahora siendo muchísimo más bajita que el chico. Se giró, dispuesta a irse, o eso parecía. Pero en realidad simplemente se cruzó de brazos y esperó a que el chico decidiera, queriendo decir con aquella postura que dejaba tiempo para que él pensara qué debía hacer.- Jm.JM. ¡Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeno, ya han pasado dos minutos, has tenido tiempo de sobra! – Y se giró de nuevo, colocándose frente a él.- Me llamo Meishi en el juego, aunque de verdad mi nombre es Mei. No quiero que me llames por mi verdadero nombre a no ser que estemos solos: regla número uno.

Le tendió la mano con una resplandeciente sonrisa, muy diferente a las expresiones anteriores que había en su rostro, definitivamente contenta por encontrarlo.- ¿Te vienes? – Y dejó escapar entre dientes una risita divertida, mientras se sonrojaba.
Ishida Mei
Ishida Mei

Mensajes : 43

Inventario
Skills:
Logros:

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ezio Mar Dic 04, 2012 4:54 am

Ella, ante sus comentarios, no dudó en pararse en un pequeño saltito que sin duda alguna Ezio siguió con los ojos, era una niña veloz y pequeña, casi escurridiza, que instantáneamente comenzó a tornarse colorada ante los comentarios del muchacho de cabello amarronado y extenso atado por una coleta detrás, bastante desmechado y desordenado por todos lados al igual que las marcas blancas de su banda naranja, aquellas que estaban por manera predeterminada al seleccionar la misma para las ropas del personaje, observando como ahora...las mejillas de la muchachita se inflaban deliberadamente, pareciendo dos brillantitos globos rojos de aquella pequeña, mientras que ahora...repentinamente, observaba como aquellas pequeñas lágrimas que se habían reposado tranquilamente en el rabillo de su ojo no dudaron en derramarse -¡! ¡Oye, no llor- intentó reaccionar mirándola con la cabeza un tanto en alto por culpa de que ella estaba parada, no demasiado, mientras estiraba en un movimiento espasmódico y alarmante sus brazos, pero se detenían al escuchar la tintineante y bastante aguda voz aniñada de la pequeña rubiecita frente a Ezio, descendiendo lentamente hasta ponerse en su posición original, sin quitarle la mirada sorprendida y estupefacta de encima -...- pestaneando una y otra vez, a veces incluso dos veces en el mismo instante, incluso dejando segundos de puro silencio, observando como ella se quitaba las lágrimas -...¡¿QUÉ?!- Exclamó sorprendido, abriendo la boca de par en par, sumamente sorprendido -¡¿Q-qué tienes 17?! ¡Pero pareces una cría!- exclamó señalándola acosadoramente con una expresión clara de confusión y terrible sorpresa, para que, ¡THUMB! -¡Au!- sintió una patadita en su espinilla que claramente modificó su rostro a una reacción defensiva bastante humorística, sorprendida y ligeramente adolorida, sin quitarle los ojos de encima a la rubiecita que ahora, de manera casi repentina, parecía estar murmurando para ella sola con una especie de mofletes marcados en su rostro -...Pero qué coño le pasa...- pensó en ese instante mientras la miraba con suma confusión y sorpresa, con expresión claramente perdida aunque sin quitarle el ojo de encima...a pesar de que su mente estaba divagando -Me he perdido.- comentó parándose, demostrando que, claramente, la diferencia de altura allí presente era sumamente notable, teniendo que bajar bastante la cabeza para poder encontrarse con los ojos de la muchachita, su avatar era bastante pequeño a diferencia del de Ezio, que tenía un poco más que su altura real, teniendo una separación de 40 centímetros uno del otro...hasta que ella, fugazmente, se volteó, señalándole ahora al joven de banda naranja al igual que unas diversas palabras se liberaron por los labios de la niñita, las mismas que le dejaron un tanto...sorprendido, un poco perplejo -...Eh? ¿Yo?- preguntó ahora, mientras se auto-señalaba con el dedo índice a la altura de su barbilla, su expresión perdida y totalmente inentendida se mantenía, con los ojos fijos en ella, pestañeando varias veces de vez en cuando -Pero...- intentó contestar ante sus palabras, pero nuevamente, fueron interrumpidas otra vez por la aguda y hasta chillona voz de la niña frente a él...hasta que finalmente ella se daba la vuelta con sus palabras finales, como si...no sé, su proposición fuera algo imperdible, algo insuperable...algo genial, superior, casi insospechable -¡Bien!- se escuchó una exclamación de alegría por parte del joven de extenso cabello marrón, para q-¿Eh? ¿Ezio, a dónde vas? ¡Ey! Bueno...-¡Oye! ¿Dónde hay un mercadito o alguna cosa así? No entiendo un pomo.- a partir de su "Bien" espontáneo y alegre...instantáneamente, apenas la chica se voltease, lo único que quedaría de ese anaranjado ser sería su silueta titilando una y otra vez, sin un mínimo ápice o rastro de su ser puesto que, sin duda alguna, había aprovechado su tiempo para caminar hacia lo que sería el Nor-oeste de la niña, hablando con un sujeto de prendas violetas y cabellos amarillento, con esa pregunta salida de la alegre voz de Ezio...parecía que, claramente, le había desinteresado totalmente lo que la chica le había dicho y, es más, la había dejado hablando sola como una loca a varios metros más lejos de él...sin siquiera dejarla terminar.

-Pues ni idea, soy tan nuevo como tu.- le contestó aquel pelirubio al instante ante la pregunta del muchacho de banda naranja, para que, a los segundos, se separase de aquel y comenzara a observar tanto a su izquierda como derecha con una expresión más bien neutra en su ser, tranquila y incorruptible, buscando a alguien que, no lo sé, fuese capaz de darle un mínimo de guía, algo para hacer, lo que sea...habiendo dejado a...¿Cuánto? ¿10 metros? a la niñita abandonada, dejando de prestarle atención hace un buen rato -...Mierda...a dónde voy...-.
Ezio
Ezio

Mensajes : 37

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ishida Mei Mar Dic 04, 2012 1:17 pm

Abrió la boca para proseguir con su discurso al sentir la calidez de la mano del otro chic…¿dónde demonios se había metido? La expresión de Meishi cambió de la más plena felicidad a una en la que el predominante ceño fruncido y unos labios apretados caracterizaban su expresión, de obvia molestia. – Respira diez veces. Respira diez veces. Uno. – Tomó aire lentamente.- Dos. – volvió a tomar aire, esta vez sintiéndose igualmente enfadada.-Tres…-Y sus ojos volvieron a fijarse en la figura de aquel chico, que se alejaba cada vez más, buscando seguramente algún lugar adónde poder ir. Ella abrió los ojos y recordó que había oído hablar a algunas personas sobre un puesto de mercancías en un pueblito al lado de la Ciudad de los Inicios. Se mordió el labio inferior, de nuevo nerviosa. No sabía muy bien qué hacer en aquel momento, y perfectamente podría perseguir aquel destello naranja y hacer que se uniera a ella fácilmente o podría marcharse, dado el enfado que todavía se estaba gestando en su cuerpo al haberse sentido ignorada. Sin embargo, antes de que pudiera pensar nada más, había echado a correr, sintiendo cómo sus coletas volaban mientras hacía esto mismo. En el juego, su avatar era casi idéntico a ella misma, porque así la había ayudado a meterse más en la historia. ¡Y mira lo que conseguía! Pisotones, preguntas conmocionadas creyendo que era una niña pequeña que se había perdido, risas hacia su persona, y un sinfín más de expresiones que le importaron bien poco para el propósito que tenía. Aquella sonrisa valía más que cualquiera de los insultos que podían dedicarle. ¡La había encontrado por fin, y no iba a perder la oportunidad de conocer a alguien con esa calificación en su escala de sonrisas! ¡Jamás!

Respirando entrecortadamente, sintiéndose ya más calmada debido al sumo esfuerzo de alcanzar al muchacho ( que avanzaba rápido debido a que obviamente era de mayor tamaño), Meishi se detuvo tomándole de la camiseta que llevaba puesta, pensando que lo detendría. Tomó aire, mucho aire, para poder hablar a voz en grito, para que su voz llegara a aquellos oídos que se separaban de ella unos cuarenta centímetros.- ¡Sé dónde hay un puesto mercante! – Exclamó, poniéndose de puntillas. En realidad, la razón por la que había seguido a aquel muchacho no había sido sólo su sonrisa. Además, se sentía un poco asustada y no quería verse sola en aquel mundo desconocido, a pesar de haber elegido comprar el juego sin saber nada sobre lo que le esperaba en su interior una vez lo pusiera en marcha. Tragó saliva, con la boca seca, deseando con todas sus fuerzas que él no la rechazara de nuevo o se volviera a mofar de su aspecto. Sentía unas ganas tremendas de llorar, en parte de alegría y en parte de miedo, y apretó su mano fuertemente asiendo la tela de los ropajes del joven. Movió los labios, como queriendo decir algo, aunque no pronunció palabra alguna. No podía decirle que tenía miedo. No podía decirle que también estaba perdida. Si conseguía que él se le uniera…Parecía un joven fuerte, atlético…al menos, su avatar. Volvió a morderse el labio, desviando su mirada hacia el cielo un momento y después hacia arriba, esperando ver el rostro del que quería que fuese su compañero de nuevo, sintiendo también unas intensas ganas de volver a insultarlo o golpearlo por haberla ignorado y por haberse burlado de ella momentos antes. – Lo pasado, pasado está, Mei…olvídalo y todo irá bien. – Expiró una bocanada de aire, más parecido a un suspiro que a un simple producto de su respiración, y no aflojó su mano un solo momento. – He oído…-Continuó diciendo, un tanto sonrojada, con una cara sumamente adorable (tanto que algunos, sorprendidos por el grito de antes, se habían parado a mirarlos y ahora hablaban entre ellos y opinaban que la muchachita era bastante mona).- …He oído que hay cerca un puesto donde podremos comprar objetos…al menos, donde podremos informarnos de cómo funciona todo. De todas maneras, no me fiaría mucho…porque también he escuchado que lo mejor es ir a subir nivel a unos campos cercanos matando a algunos animalillos…eh…esto…-Y se detuvo, presa de una enorme vergüenza, que sólo acentuó aún más el color rosado de sus mejillas paliduchas. Lo que quería decirle a continuación le resultaba más incómodo que la vez anterior, cuando él la había ignorado por completo, así que empezó a desviar su mirada de nuevo, buscando tal vez una salida o tal vez palabras con las que pudiera expresar su solicitud.

En esto, se adelantó uno de los personajes que estaba viendo la escena, y se colocó justo detrás de Mei, con un aspecto un tanto serio, y que parecía…bueno…un simple pervertido de preparatoria.- ¡Tío, como desperdicies la oportunidad de caminar con una belleza como esta, no te voy a tener ningún respeto! – Y después, se inclinó para sonreír de forma muy forzada a la chica, para “caerle en gracia”. - ¡Oyeeeeeee~! ¿Por qué no abandonas a ese pringado que te ha insultado y te vienes conmigo? Lo pasaríamos b…¡AGH, DEMONIOS! – Exclamó, llevándose una mano a su entrepierna. Se tiró al suelo, quejándose del dolor agudo que lo invadía. Mei se quedó mirando cómo se retorcía, sin saber muy bien por qué. Cuando se encontraba tan confusa, era capaz de golpear a cualquiera.- …D-d-déjame…¿quieres?...-Repuso ella, totalmente sonrojada. Los otros jugadores increparon la actitud del “pervertido”, y el mismo volvió con un grupo de amigos, contándoles la historia. Mei, que se sentía avergonzada al mismo tiempo que bastante más cabreada que antes, buscó con la mirada al chico de la bandana para irse con él, la hubiera abandonado a su suerte o no.
Ishida Mei
Ishida Mei

Mensajes : 43

Inventario
Skills:
Logros:

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ezio Mar Dic 04, 2012 4:22 pm

Llevó su mano izquierda acariciando su barbilla, la misma recubierta por una ligera capa de pelos, como una barba de varios días, diría de un poco más de una semana, sin ser lo suficientemente intensa como para taparle la totalidad de la cara pero si dejando notablemente sus rasgos faciales peludos -...Por dónde...- pensaba y pensaba, mirando a todas direcciones como lo venía haciendo, hasta que...precisamente, otra vez -¿?- algo extraño se sintió justo detrás de sus ropas, casi como si las mismas se hubieran quedado enganchadas en algo o, mejor dicho, como si alguien estuviera tironeando de ellas. No dudó en voltear justo hacia atrás de él para observar qué era lo que ahora le interrumpía, para que...notablemente, AQUEL GRITO ENSORDECEDOR -¡!- le dejase con una expresión de completa sorpresa en ese instante...sin contar a todas las personas que reaccionaron al instante por culpa de ese terrible alarido, aunque sin que el joven de la banda naranja le de una importancia siquiera significante -Oye, eres el de hace un ratito, ¡"El violador disimulado"!- exclamó al cruzar mirada con "Él", para el joven de barba y cabello extenso la observaba con una de sus típicas y inocentes sonrisas blancas con su hilera de dientes blanquitos, cerrando sus ojos y...luego de tal llamada de atención, que la niñita se quedara simplemente callada, notándose como su rostro...apaciblemente, iba cambiando su tonalidad, tornándose un tantito colorado pasados los segundos y abriendo los ojos al sentir esos segundos de pura calma y ninguna palabra, tranquilo aunque ahora cambiando su expresión a una confusa, nuevamente -¿? Vamos, habla, que no muerdo ni nada de eso.- comentó mientras le miraba, cruzándose de brazos con la cabeza no tan baja gracias a que la rubiecita parecía estar de puntas de pie, si que era enana, nisiquiera parecía decir la edad que tenía...Ezio seguía desconfiando de ella, era demasiado adorable y linda como para ser normalmente "quien aparentaba ser".

Un suspiró se despidió de los labios de ella enseguida y, luego del mismo, prosiguió con unas cortitas palabras -Has oído...?- contestó al instante, mientras la observaba ante las expresiones y reacciones bastante bonitas y, como decían los japoneses, "Kawaii" que la describía perfectamente -...Hmmm...- no dudó en mantener una expresión de clara reflexión, aunque serena y neutra, quitándole la mirada a la muchachita apenas sus palabras finales fueron liberadas de sus labios, así Ezio observaba hacia el cielo unos segundos, aquellas nubes que estaban perfectamente bien plasmadas en ese cielo despejado azul y esa sensación de calor increíblemente bien interpretada, aunque no agobiante -Si es cierto lo que dices, ¡Vamos!- dijo ahora bajando su mirada para enfocarla en ella -Unos cuantos monstruos no nos harían nada, aunque todavía no me fío del todo de ti, viola-pulpos- terminó de decir con una sonrisa bastante picarona y los ojos casi entre-cerrados, con una expresión clara para aprovechar molestarlo/a -Pero bueno, indícame para don- y ahora, para mover su cuerpo hacia lo que sería su izquierda, observaba como un individuo casi a los alaridos altaneros se aproximaba hacia la conversación de ambos pj's en ese preciso instante, sorprendiéndole un tanto su aparición -¿Eh? ¿Qué coño dices? ¿Acaso te gustan las niñas de jardín maternal?- contestó de manera un tanto peleona, como si buscara picarle en ese instante...aunque en parte tenía razón, aquella muchachita parecía ser demasiado pequeña, aunque Ezio todavía seguía con sus cabezones conceptos -Es más, nisiquiera sé si es una niña como muestra ser.- terminó de decir volteando para verla a los ojos cristalinos y amielados que ella tenía, fugazmente, volteando nuevamente hacia él y, al instante que él lo hizo, ya estaba agachado frente a ella mientras que...asquerosamente, intentaba parecer persuadirla para que vaya con su party, aquella que, a lo lejos, podían divisarse otros dos players (Uno con ropajes azulados y otros verdosos opacos) -...?- sin duda alguna, el joven de banda naranja, se quedó atento hacia aquella escena...un tanto desagradable, si, pero la reacción de ella...fue más sorprendente, ¡PUMB! un buen rodillazo en la entre-pierna bastó para que él terminase patéticamente en el suelo gimiendo de...¿Dolor? -He leído que aquí no existe el "dolor" con los golpes, así que deja el "acting" en otro lado...por otro lado, me he equivocado con la chica ésta.- comentó mientras lo miraba retorcerse cual gusano en el suelo, "adolorido".

-Oye- la llamó, para que le prestara atención, sin dudar de acuclillarse nuevamente para estar a la altura de los ojos de ella, nuevamente -¡Parece que me he equivocado contigo!- Exclamó con una sonrisa mucho más diferente a la de antes, la que antes parecía desafiante y poco liberadora ahora se mostraba brillante y agradable, como si ahora tuviera una clara aceptación hacia ella, con el detalle de su barba de varios días -Yo no me fío de las Pj's lindas y más si tienen poca ropa, esos son los típicos "Caza-bobos".- terminó confensándole su preocupación, el "Porqué" tan solo la había ignorado como antes -¡Y solo, claramente, una mujer hecha y derecha reaccionaría ante ese comentario!- terminó de decir sonriendo muy agradablemente ahora, casi abarcando todo su rostro en una hilera de dientes blanquitos y los ojos cerrados, para volver a una expresión simple aunque con los labios deliñados en una expresión cálida -Soy Ezio tanto aquí como en la vida real. Si, tengo el mismo nombre que el personaje del videojuego...laaaaarga historia.- terminó de decir liberando una pequeña carcajada, simple, alegre, no demasiado llamativa, pero si lo era su notable alegría y simpatía que ahora tenía para con ella, muy diferente a como era antes -Entonces, ¿Eres una cría en serio o tan solo pareces una?-.

Todo iba bien, hasta ahora.
Ezio
Ezio

Mensajes : 37

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ishida Mei Mar Dic 04, 2012 5:48 pm

Tras la exhibición de la patada y del numerito del tipo revolcándose por el suelo sintiendo un dolor obviamente ficticio, se había quedado parada sin darse cuenta muy bien de lo que había hecho y de lo que tendría que hacer. Por eso, cuando enfocó su vista para entonces buscar al chico de la bandana naranja (que pensaba que se habría marchado, como antes había hecho), descubrió que al contrario de lo que pensaba, él se encontraba allí, frente a ella, y sorprendentemente, a su misma altura, acuclillado para poder llegar a hablar cómodamente con la chiquilla. Tenía los dientes muy blancos y rectos, y formaban una inmensa sonrisa, muy grata a la vista. Aunque supiera que se trataba de un avatar…dentro del juego, seguramente las sonrisas serían un reflejo de la persona que llevaba el Nerve Gear. Y si aquel chico era tan simpático en SAO, ¿por qué no podía serlo en la vida real? Meishi se quedó un momento prendida de esa sonrisa suya, y después, sonrojándose mucho, una nueva información la arrancó de su ensimismamiento. - ¿Eh? ¿Te llamas como el del Assasin’s Creed? – Preguntó retóricamente, emocionada por este hecho. Entonces, él tenía que ser de origen italiano…bueno, supuestamente. Porque el nombre era indiscutiblemente italiano, o sonaba a algo así, claro, tampoco es que Mei supiera mucho de idiomas. Y después se inundaron sus oídos con su grata y dulce risa, con un sube-baja reconfortante que provocó que se formara también en el rostro de Meishi una sonrisa igualmente amplia, muy adorable e incluso infantil, como correspondía con su fisonomía. La pregunta que siguió a aquella risa compartida por ambos resultó un tanto incómoda para la muchacha, aunque después de pensarlo durante dos segundos, decidió no enfadarse con Ezio para no empezar con mal pie con él. Al fin y al cabo, acababan de conocerse y…ella había decidido antes de jugar no dejar que la opinión de nadie se interpusiera entre su “yo” pasado y el que sería su “futuro yo”. Desvió su mirada unos instantes del rostro del muchacho, pero luego la devolvió al mismo sitio, con una media sonrisa, muchísimo más sonrojada que antes, porque tratar aquel tema le dolía profundamente en el alma.- Esto…verás…`- Comenzó a decir, ruborizándose cada vez más. Como estaba algo nerviosa, empezó a enroscar uno de sus dedos entre su cabellera rubia y brillante.- En realidad tengo diecisiete años…pero sólo mido un metro y treinta y nueve centímetros. – Tras esto, se detuvo un momentito, ruborizada al máximo.- …Podría haberme hecho un avatar que midiera un metro ochenta centímetros y que tuviera los pechos enormes…pero preferí parecerme más a mí misma.- Y dejó escapar una leve risita, para restarle un poco de importancia al tema y tranquilizarse.- …También es una historia muy larga que algún día te contaré si viajamos juntos…Por ahora, te aseguro que puedes confiar en mí. No soy ningún viola-pulpos, como has dicho antes. De hecho, se ha demostrado con mi…incidente con ese player que soy una mujer de verdad…¿fui demasiado agresiva con él?…- Dijo en un tono más bajo lo último, algo arrepentida, mirando hacia atrás, donde momentos antes había pateado a aquel player.- Qué vergüenza…seguro que me estaba mirando todo el mundo…-Y de nuevo, se giró hacia Ezio, sonriéndole un poco, aunque su mente estuviera en otra parte, pensando en aquella sonrisa de nuevo.

Pasados unos segundos, sacudió la cabeza para aclararse el pensamiento y tomó del ropaje del torso a Ezio, señalando hacia el norte.- …Son los players que hablaban del puesto mercante…- Informó a su nuevo compañero, mirando a unos cinco players que iban juntos hablando escandalosamente y alejándose del lugar, atestado de nuevos jugadores. - …Antes de seguirlos…- Mei abrió el menú de su consola y eligió la opción de invitar a Ezio a una party para que fueran juntos a buscar el puesto mercante.- ¿Vamos juntos? – Preguntó mientras le enviaba la invitación con una sonrisa radiante, comenzando a caminar con las manos en forma de avión, extendidos en cruz, detrás de aquellos chicos, dispuesta a conseguir encontrar el puesto del mercader para poder comprar algunas pociones y armamento necesario para comenzar a subir de nivel. De alguna forma se sentía segura al lado de Ezio, y sentía que podía confiar plenamente en él. No había tenido esa sensación desde que…desde que conoció a Kai. El evocar la imagen de su amigo provocó que se le retorciera el alma, que detuviese su caminata, y para no pensar en ello, se giró y empezó a mover el brazo en el aire, con una sonrisa muchísimo más resplandeciente que antes, como si saludara a su compañero, haciéndole señas para que la siguiera. El ser pequeña le otorgaba ciertas ventajas en cuanto a rastreo o a actividades que requerían gran agilidad o velocidad. Tenía la sensación de que Ezio y ella se complementarían muy bien.

Pasados unos veinte minutos, llegaron por fin a una población cercana a la Ciudad de los Inicios, mucho más pequeña y con un montón de NPC’s caminando de forma realista por las calles, taberneros que anunciaban los menús del día y el coste de las habitaciones que ofrecían, etc. Hacía ya cinco minutos que habían perdido de vista a aquellos muchachos, porque al parecer caminaban más rápido de lo normal o se habían creído que los seguían para robarles o algo por el estilo. Con un suspiro un poco cansado, Meishi buscó de nuevo con la mirada algún mercader, recorriendo con sus ojillos ambarinos la calle una y otra vez. – ¡No veo nada! – Dijo, tirando de la manga a Ezio para que le prestara atención, alzando un poco la voz.- ¡No veo con tanta gente! – Completó su oración anterior, mordiéndose el labio inferior con una mezcla de impotencia y nerviosismo. Algunas personas chocaban contra ella y ni siquiera se disculpaban, y dudaba mucho de que pudieran verla apenas. Ya ni se molestaba en llamarles la atención, por lo que, con los ojos llenos de lágrimas, y apretando mucho los labios para aguantar sin llorar mientras buscaba su compañero un puesto de mercancías, se agarró con su manita a la manga de la ropa de Ezio, con el fin de no perderse y en parte protegerse de todos los empujones y pisotones que le propinaban los NPC’S. Confiaba en que él pudiera ver algo y los condujera rápido a un sitio apartado o moriría por asfixia o por dolor…o tal vez por aguantarse aquellas lágrimas tan adorables que querían derramarse por su aniñado rostro. – No veo nada…- Murmuró, sintiéndose inservible, apretando más la mano en torno a los ropajes de Ezio, impotente.
Ishida Mei
Ishida Mei

Mensajes : 43

Inventario
Skills:
Logros:

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ezio Miér Dic 05, 2012 8:18 am

Finalmente parecían que comenzaban a conversar y que, al menos, a Ezio le había despertado el interés a diferencia de antes, que tan solo la había ignorado ya que mantenía su postura de que ella sería un bicho raro, un viola-pulpos como él la nombró varias veces. Su sonrisa estaba envuelta en aquellos pelos que suponían ser su barba, aunque in-opacable gracias a su relucir y franqueza, la misma que él era capaz de hacer brillar como, cuándo y dónde quisiera ya que siempre tenía el suficiente buen humor como para poder dedicársela a la persona que él deseara -¡Así es, Ezio Audiore Da Firenze!- exclamó cambiando el tono de su voz, dejando escapar su acento italiano al instante, aquel que el traductor de idiomas incorporado al juego no fue capaz de traducir ya que suponía ser tan solo un nombre, para que...luego de sus palabras, ella desviase la mirada hacia uno de los lados, notando como ahora, el rostro de la niñita, parecía colorearse nuevamente de su aparente verguenza, cosa que...lógicamente, con su inocencia, el muchacho de cabello largo y atado por una coleta no era capaz de notar -¿Hm?- comenzó a prestarle atención ante lo que aparentaba ser aquella respuesta de su última pregunta mientras que, la niña, lógicamente, se sentía sumamente apenada por siguiente que dijo -¿?- sin duda alguna, modificando la expresión del muchacho de banda naranja a una más confundida, ligeramente perdida, aunque enfocado en lo siguiente que liberó de sus aniñados labios...quedándose sorprendido, como si aquel último comentario realmente fuera sumamente valorable y casi ignorando aquella risita que se liberó casi por nerviosismo de sus comentarios.

Le dejó un ápice de intriga ante sus palabras siguientes -¿Una historia muy larga?- repitió aunque sin necesariamente querer ser contestado, tan solo que aquello le quedase ligeramente gravado en la cabeza, ya que, por suerte, Ezio resultaba ser demasiado despistado como para que la intriga le carcomiese, aunque él miró hacia atrás de la niña como ella lo había hecho, avergonzada por su reacción anterior contra aquel innecesariamente estúpido sujeto, escuchando las últimas palabras de la niña. Sus manos se extendieron rápidamente, algo pesadas y con dureza, ¡PUMB! cayeron sobre los hombros de la niñita cuando ella volvió a girarse para mirarle con esa pequeña sonrisita, mientras que el joven barbudo le miraba -¡Oye, es muy admirable lo que dices, en serio!- Exclamó nuevamente sonriéndole, agradable y cálido, cerrando sus dos ojos para nuevamente sonreír con su típica hilera de dientes blanquitos durante al menos un segundo, para cambiar su mirada a una más...pervertida, atrevida tal vez, con una sonrisa repleta en la picarez al igual que sus ojos más empequeñecidos y sin aquella señal de parecer inocentes y aniñados -Aunque podrías haber aprovechado y...ya sabes...~...- decía elevando las cejas una y otra vez, para que, sin duda alguna, liberando una pequeña carcajada que se escapó de entre sus dientes, cerrando y apretando los ojos ahora -¡Nah, estoy de broma!- terminó de decir, volviendo a una expresión mucho más neutra aunque con una curvita que recorría su mentón, a modo de pequeña sonrisa de sus labios -Hablando en serio, es admirable que te baste con ser tu misma, yo inclusive- y quitando ambas manos de los hombros de la niña, se señaló con ambas, casi apoyando la yema de sus dedos a la altura de su corazón sin quitarle los ojos de encima -tan solo soy parecido a mi verdadero yo, pero por ejemplo, aquí, tengo barba...- y ahora, llevando su mano izquierda hacia la misma, comenzó a frotarla de un lado al otro -Ah~, se siente TAN bien...- decía con una expresión casi de goze mirando casi hacia arriba, maravillado por esa sensación peluda y "agradable" para su gusto que la misma le daba, al igual que un aspecto mucho más heróico -...Pero en la vida real...- y ahora, cambiando su expresión a una más tétrica, aunque muy lógicamente humorística, remató -...SOY UN PREPUBERTO SIN PELOS.- terminó de decir bromeando con respecto a su aspecto físico, aunque exagerando con el hecho de su "hombría" que resultaba para él tener bellos hasta por la piel entre los dedos de los pies -Así que- bajó la mirada hacia ella, para volver a mirarla a los ojos -ya sabes, ¡La vez que nos veamos en la vida real seré un nórdico bien machote!- terminó de decir casi como si tuviera la suficiente autoestima como para confiar en las pro-incoherencias que estaba diciendo una y otra vez, todas tan solo para entretener a aquellos que tenía alrededor sin buscar lastimar a nadie más que hacerse burla a él mismo, llevando ambos nudillos cerrados a los costados de su cintura, con orgullo y los ojos cerrados, elevándolos más hacia el cielo que hacia el rostro de la chica. Finalmente, decidió volver a reincorporar su cuerpo con normalidad y dejar de hacer morisquetas estúpidas para mirarla finalmente a los ojos, con tranquilidad y equilibrio -Eres admirable, aunque para mi seguirás pareciendo una niña tierna, como si fueras mi hermanita menor.- terminó de decir, con una fugaz y simpática sonrisa, amplia y demostrativa al igual que su tono de voz chispeante y emocionado -¡Así que, te protegeré, te lo prometo!- Terminó de decir guiñándole el ojo sin quitarle la mirada de encima, alzando su pulgar atento y decidido y utilizando la misma frescura de su hilera de dientes blancos para culminar con sus palabras.

Sus ropas fueron tomadas ante el siguiente comentario, debían ir supuestamente hacia el norte según lo que la niña decía, Ezio aprovechaba las palabras de ella para poder levantarse, mirándola mover su mano de arriba a abajo, -¡! ¡Hey, así que así era!- exclamó con sorpresa, él no sabía cómo abrir el menú (Concepto básico y que estaba en el manual de comandos) así que al verla, no dudó en chocar su puño cerrado contra su palma abierta a modo de martillazo, como si aquello se lo hubiera aclarado, mientras la veía decir su comentario final que, sin duda alguna, le hizo voltear para coincidir mirada con la niñita -¡Claro que si!- contestó con el pulgar hacia arriba y una gran felicidad encima, observando como ella terminaba de tocar los botones para seleccionar la "Party" y finalmente, ¡Tu-lung!, "Meishi quiere unirse a tu grupo." junto con dos botones circulares, uno rojo y otro azul que parecían representar claramente un "Aceptar" y "Cancelar" -...A ver...éste es, ¿No?- acercó su dedo índice hacia el azul con confianza, para que, en un toque, luego de ello apareciera justo arriba suyo la barra de HP de la que ahora sería su compañera, junto con su nombre -Así que eres Meishi,- volteó a verla, mirándola a los ojos -¡Es momento de romper cráneos!- terminó de decir cerrando su palma abierta y haciendo un gesto hacia abajo con el brazo en forma de L, como si estuviera accionando la palanca de la bocina de un ferrocaril.

No tardaron demasiado y llegaron hacia su destino final: Aquel pueblito cercano a la ciudad de los Inicios, el "Pueblo Torubana" -¡Guau, ésto está repleto!- Exclamó el joven de banda naranja que miraba por doquier con un gran entusiasmo, le gustaba mucho las multitudes de personas aunque...aquella, realmente era sumamente agobiante y más que ambos estaban persiguiendo a aquel grupo de muchachos -Mierda, se alejan rápido.- musitó aunque de manera audible sin presindir de perderles el rastro de encima, caminando y caminando mientras esquivaba a los diferentes NPC's y Players por doquier, sintió una fuercita que le empujó hacia abajo y eran las manos de la niña que tironearon de la manga de su muñeca -¿? ¡No tengas miedo!- y con un ágil movimiento de su mano, ¡CHACK!, atrapó la mano pequeña de ella con la grande y tosca de él -¡Así te sentirás segura y no te perderás!- terminó de decirle al voltearse para verla con una suma y amistosa mirada, protectora y enternecedora tal vez, dejaban en vista una clara mirada al verlos: "Hermano y Hermana" o "Pedofilia".

Cada vez se adentraban mucho más en aquel poblado y, lentamente, aquellos tres se perdían claramente de vista, incluso parecían estar casi saliendo del pueblo y cosa que, lógicamente, el sistema avisó, "Usted está saliendo del Pueblo Torubana" -Oye, los tíos éstos están saliendo del pueblo...- comentó el barbudo Ezio mientras observaba a aquel trío, aferrado a la niña, queriendo cuchilleárselo pero...por la diferencia de altura, lógicamente, decírselo casi en voz alta...¿A dónde estaban yendo?.
Ezio
Ezio

Mensajes : 37

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ishida Mei Jue Dic 06, 2012 9:40 pm

Sorprendida por el hecho de que Ezio la hubiera tomado de la mano tan fácilmente, no abrió la boca y se dejó guiar por su nuevo compañero. Se convenció a sí misma de que al ser europeo su carácter era mucho más liberal y cálido que el tradicional japonés, educado y disciplinado, a la vez que algo tímido. De todas formas el que él hubiera prometido protegerla resultaba ser ya un tanto confuso y sorprendente a la vez. Abrumada por las muchas experiencias que vivía en aquel momento, Mei se encontraba en una especie de nube, alejada de las circunstancias, dejando que su cuerpo volara, conducida por el robusto avatar del chico italiano. Y ya no le importaban ni los empujones ni los pisotones, porque habían simplemente desaparecido al haber sido protegida por él. Sin embargo, esta sensación de paz le duró poco tiempo. Miró hacia arriba para poner sus ojos en el rostro de su compañero que había comentado que los players del grupo que seguían estaban empezando a abandonar el pueblo. – Qué sospechoso…- Comentó la joven, mordiéndose el labio inferior, como siempre hacía cuando se sentía presa del nerviosismo. Aferró su mano fuertemente alrededor de la calidez de la de Ezio, sintiéndose así también mayormente protegida mientras pensaba adónde podrían dirigirse aquellas personas. Por su mente pasaron muchas cosas distintas, y debía hablar con Ezio antes de que cometieran ninguna tontería. Estaban en el nivel 1, si se metían en un lío probablemente los moderadores del juego los expulsarían. No sin cierta incertidumbre continuaron su camino, persiguiendo a aquella party de players que se alejaban cada vez más del pueblito donde se encontraban. Poco a poco, las voces de los NPC enmudecieron y llegamos a una callejuela que parecía no tener final. Al llevar caminando unos cuantos minutos, Mei se percató de que había un cartel en el que se podía leer “Taberna” y le propinó unos golpecitos en la cadera a Ezio para que le prestara atención.- ¡Ezio! ¡Es una taberna! – Exclamó, y cuando supo que él estaba atento a lo que decía, prosiguió con sus suposiciones.- ¡Tal vez dentro estén ellos! O quizás…podamos encontrar a alguien que venda objetos…¡vamos a averiguarlo! – La curiosidad movía sus pequeños pies, y tiró de la mano de su compañero apresurada e impaciente por saber qué tipo de local sería por dentro.

Una vez traspasaron la puerta del mismo, aunque Mei había sido muy valiente al querer entrar, se aferró fuertemente a la mano del joven y cerró los ojos un momento, tomando lentas bocanadas de aire, el cual notó viciado y soporífero a causa del calor que hacía en el interior de la taberna. Pronto, una de las muchachas lozanas que atendían a los clientes se acercó a ellos con una pícara sonrisa. - ¿Deseáis empapar el gaznate, viajeros errantes? ¿O tal vez llenar la panza? – Y acercándose a ellos, de forma más confidencial, prosiguió - ¿O quizás…estáis aquí para ver a Luscinda? – Y dejó escapar de entre sus labios una risita, mostrando una hilera de dientecillos puntiagudos y muy blancos, tanto que parecían relucir como las estrellas. Mei tragó saliva, un tanto asustada al principio, pero como le extrañó la reacción de la camarera ante la última pregunta, sin moverse de su sitio (con la mitad del cuerpo tras el fornido avatar de Ezio), decidió interrogar a la mujerzuela, que se atusaba los pelirrojos cabellos con brío y una gracia propia de las pícaras.- ¿Quién esa Luscinda de la que hablas? – Ambas se miraron mutuamente, pero la moza dirigió después sus ojos al muchacho de gran estatura, sin borrar aquella sonrisa. De forma imprudente e indiscreta, posó sus manos en el pecho del avatar de Ezio y dejó reposar su cabeza sobre su hombro. Su aroma pegajoso y dulce de fresas y jazmines inundó el ambiente de forma embriagadora. – Luscinda podrá adivinar vuestro futuro…por sólo unas cuantas monedas…- Dijo, haciendo circulitos sobre la pechera de Ezio. Mei empezó a tirar de la mano de Ezio para salir de allí, pero el bigardo muchacho no se movía un ápice de donde se encontraba. Ella bufó, algo molesta. El estar allí no presagiaba nada bueno…se había activado el instinto de peligro o de “Situación de terrible importancia y problemática” de Mei. Mordiéndose el labio inferior, siguió intentando mover a Ezio, sin resultado, resollando de cansancio.

-Karin. Basta.- Una voz surgió de entre las tinieblas que sumían a la taberna en la oscuridad más tenebrosa. Después, en las sombras se contorneó la figura sinuosa de una mujer muy atractiva. –Déjalos conmigo. – Al caminar dejaba tras de sí un rastro de purpurina dorada en el suelo y un tintineo como de campanillas se desprendía de su pareo, que cubría solamente su piel hasta la mitad de sus muslos. De piel era mulata, y sus ojos eran rasgados y de un verde muy intenso e hipnóticos; sus labios carnosos destellaban con aquel carmín sanguíneo con el que los había delineado. Ahora, la estancia se inundó de un fragancia como de aceite de almendras, muy suave. Mei se quedó mirando a la mujer que acababa de entrar en escena. Frente a ella apareció un menú.

¿DESEA ACEPTAR UNA TRANSACCIÓN CON LUSCINDA?

Movió los ojos para observar a Ezio, frente al cual también había aparecido la misma pregunta. Debajo, había un botón rojo y otro azul. Ella tragó saliva. – No tenemos dinero.- Mintió, mirando a la pitonisa, algo desafiante, aunque temblorosa en el fondo. La mujer de ojos verdes torció su boca en una sonrisa hermosa.- No quiero vuestro dinero…hoy me siento generosa. Sólo necesito que aceptéis la transacción. – Mei se mordió el labio inferior, apretando bastante. No miraba a Ezio en ningún momento porque su mente viajaba muy lejos de allí, girando alrededor de la idea de que aquella mujer quería timarlos. – Mira, niña, no pretendo timaros…-Abrió los brazos y volvió a formar aquella sonrisa amplia en su cara morena.- Sólo…he sentido una conexión con vosotros en cuanto entrasteis a esta tienda…-Tragó saliva. No la había importado siquiera que la llamase niña. No le importaba nada. Debía denegar la petición, ¿pero por qué no podía?...Elevó su mano y pulsó el botón de cancelar.

LA TRANSACCIÓN SE HA PRODUCIDO SATISFACTORIAMENTE.

Mei apretó su puño derecho, mirándola. ¿Qué demonios estaba pasando allí? Revisó su inventario y comprobó que tenía una pócima de color azulado en el interior de su bolsa. Dirigió su mirada de nuevo a la extraña mujer. - ¿Qué…qué has hecho? – Preguntó sin más miramientos, confusa y cabreada por la situación.- ¿Quieres matarnos? ¿Qué estás buscando? – La risa cristalina y cantarina de Luscinda anegó la sala entera, mezclándose con la de la camarera.- Simplemente pretendo revelaros parte de vosotros mismos que no conocéis…o tal vez un futuro cercano…o tal vez un amor…¿quién sabe? La magia es impredecible. Sólo tú sabrás lo que debes hacer con la pócima…o la bebes ahora, o la tiras.

Aquella maldita sonrisa. Aquellos malditos ojos verdes que la hipnotizaban con aquel brillo especial que guardaban en su interior. Aquel ambiente que se cargaba cada vez más, y donde el calor la asfixiaba de forma agobiante. Empezó a acuciarla una sensación parecida a la sed, y al ir a echar mano de su cantimplora, se percató de que efectivamente no había agua en su inventario. Sólo estaba la poción…¿qué debería hacer? Estaba tan obcecada en lo que debería hacer, que no se percató de lo que había hecho Ezio. Sacó la pócima de su inventario y descubrió que había un cartel pegado en el cristal: bébase sorbo a sorbo, como la vida; bébase como ambrosía, licor de los dioses, y disfrútese como debiere para cada ser; y descubrierénse los pasados, presentes y futuros de los que así decidieren empapar el gaznate con su fresco e intenso sabor. ¡Alabada sea la vida para los que pueden poseerla! ¡Alabados sean aquellos que pueden poseerse a sí mismos! Alabados…aquellos que se conocen y saben conocerse.

¿Qué significaba todo aquello?















Ishida Mei
Ishida Mei

Mensajes : 43

Inventario
Skills:
Logros:

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ezio Vie Dic 07, 2012 8:52 am

Sintió rápidamente unos pequeños golpecitos que atentaron contra su cadera (Lógicamente, los cortos brazos de la niña no llegaban a más), escuchando su nombre de la aniñada voz de Meishi, aferrada a su mano europea y siendo alertado a lo siguiente que apareció al costado de su pantalla "Taberna de Torubana" -¡Así que aquí era!- Exclamó el jovial muchacho barbudo mientras miraba la entrada con entusiasmo, decididos a ingresar, ambos, ante el final comentario de la niña aferrada a su mano -Vamos allá.- terminó de decir, para finalmente adentrarse en la misma.

-Guau...qué bien ambientado está ésto,- decía mientras observaba en todas direcciones y sentía tanto en su piel como en su nariz el ambiente viciado, algo pesado...un ambiente que no le gustaba tanto muchacho de cabello extenso sino, todo lo contrario: La sofocación era casi su talón de aquiles, lo frustra y lo hace sentir MUY furibundo con cualquiera -¡Incluso parece un verdadero barzucho de mala muerte!- Exclamó con bastante entusiasmo y una sonrisa embriagadora en alegría e inocencia con sus ojos cerrados...notándose, de entre las sombras, unas miradas malignas, brillantes y hasta con aspecto depredante...las cuales Ezio ignoró totalmente y, peor aún, nisiquiera notó que estaban allí (Si, a veces resultaba ser alguien encimado en su propio universo). No demoraron demasiado en la puerta, ya que una muchachita de cabellos colorados no dudó en posarse justo delante de ellos, con voz un tanto altanera y extraña aunque, lógicamente, era un NPC -¡Em- y cuando estaba por hablar, fue interrumpido por un último comentario casi disimulado por parte de la pelirroja que, sin duda alguna, llamó la atención del heróico joven anaranjado -¿Eh? ¿Luscinda?- volvió a preguntar, como si se aseguraba de lo anteriormente dicho, un tanto confundido y ligeramente sorprendido, mirando a la muchacha frente a él -Parece el nombre de una marca de cosméticos.- acotó finalmente mientras todavía sentía la calidez de la pequeña manito de su compañera de Party, la misma que ahora se encontraba con su cuerpo detrás del joven, como si se tratase de un escudo humano, aunque el joven de cabello extenso y desordenado de color marrón no se volteó, sino, que se quedó clavado en los ojos de la NPC mientras escuchaba lo que tenía para contestar...para que, repentinamente, aquella invadiera el espacio personal que todos tenemos tanto Online como Offline, sintiendo las manos de ella empujándole ligeramente el pecho y, luego, la cabeza de la misma sobre su hombro -¿? No intentes seducirme pelirroja.- comentó mientras la miraba de reojo con un tono bromista claramente, al igual que esa pequeña sonrisita que demostraba bastante alivio y falta de nerviosismo...¿Cómo se iba a poner nervioso con un programa de computadora? -¡¿En serio?!- preguntó con suma sorpresa mientras el joven que se encontraba capturado por dos mujeres (Una bloqueaba su pecho y la otra una de sus manos) ante aquel último comentario del NPC, llamativo y sorpresivo a la vez.

Así que había alguien que sería capaz de adivinar el futuro...pensando con lógica, eso sería extraño: El juego está formado por una estructura de códigos y diversidad de caracteres que los hacen a todos ser quiénes son, algo como "El destino", ¿También recaería aquí? Esa extraña duda pasó por la mente del muchacho de banda naranja, rápida y atenta pese a ser despistada de vez en cuando -Pues quiero ver eso, ¿Dónde está?- preguntó quitándole los ojos de encima a la pelirroja mientras él sentía esos circulitos hechos con el índice que recorrían su pecho una y otra vez, ignorándolo totalmente hasta que...otra voz pudo escucharse, no demasiado lejos -¿?- levantó cabeza, viendo hacia adelante como una joven morena de ojos verdes como si se tratasen de dos esmeraldas perfectas coincidieran durante unos segundos con los ojos negros y opacos de Ezio, como dos esferas brillantes de piedra negra -...Se supone que tu eres Luscinda, si no me equivoco.- comentó el joven pelimarrón que la observaba acercarse, con esas estelas que despedía con su simple presencia recorriendo cada centímetro del lugar, como si se tratase de un ser místico y sumamente increíble.

Se posó delante de ellos dos y, en un parpadeo, aquel cartel apareció: "¿Desea aceptar una transacción con Luscinda?" bastante llamativo y similar al anterior de la Party con Meishi, incluido los botones rojo y azul de antes -¿Una transacción?- leyó rápidamente lo que el cartel decía para alzar cabeza y volver a mirarla a los ojos -¡Parece div- y con su típico entusiasmo y alegría incondicional, sus palabras fueron interrumpidas y su rostro comenzó a cambiarse a uno más confuso, interrogante y ligeramente molesto de Ezio al escuchar las palabras de la niñita aferrada a su mano -¡Hey! ¡Si que tenemos!- Le contestó volteándose para verla curvando la cintura y colocando una de sus manos en la misma para mirarla con cierta molesta y el ceño humorísticamente fruncido, aunque su "pequeña discusión" terminó ante las siguientes palabras de la ojiverde -¿?- el joven de banda naranja volteó a verla mientras mantenía su arqueada posición, escuchándola -¡Wow! ¿En serio?- preguntó bastante maravillado mientras volvía a su posición original, observándola, escuchando las palabras siguientes y la notable y OBVIA desconfianza que su compañera estaba teniendo, mientras que...como usualmente pasaba, el muchacho barbudo escuchaba lo que tenía ganas de escuchar -¡Eso, Meishi!- comentó volteándose para verla nuevamente en aquella postura, arqueándose nuevamente, con su enanez -¿No ves que ha tenido una con...Qué?- parecía un hermano mayor queriendo corregir a su hermanita, pero sus palabras se cortaron casi al final de la frase que le dejó bastante sorprendido, volviendo a su posición inicial y así acercarse hacia los botones adecuados, tocando claramente el azul.

Ezio recordó que si movía la mano de arriba hacia abajo podía observar sus opciones y estadísticas, seleccionando el apartado de "Inventario" pudo notarse una poción azulada y...¿Con destellos? No parecía una imagen estática como algunas de las armas eran, sino, que parecía tener un resplandor y movimiento propio, como las imágenes .Gif, con un movimiento mágico en él -Qué demonios...- musitó de entre sus labios para que, al seleccionarlo, en su mano comenzara a formarse la botellita en un simple destello que fue quitando su brillo hasta ser aquella seleccionada, con la palma extendida y el brazo recto, la misma tenía el tamaño de una bolsa pequeñamente llena de Col -Tranquila Meishi, ¡Es tan solo una pócima!- comentó ante su pensamiento perseguido y atemorizante, no debía ser tan desconfiada de todo el mundo aunque sin mirarla, enfocado en aquella brillante y extraña poción -Epa, trae una etiqueta...- comentó al notarlo, un papelito pegado en la misma que, luego de acercar su mano contraria, lo plegó para poder notar esa caligrafía muy bien representada, parecía una letra antigua aunque sin dejes de demasiada belleza como sería la inglesa -"Bébase sorbo a sorbo...ambrosía", ¿Qué es eso Meishi?- comentó volteándose para verla por culpa de su cavernícola ser que desconocía cierta cantidad de palabras complicadas como esa, aunque...volteando para ver a la niña con su rostro confundido, ella parecía estar sumida en su propio mundo, sin saber que hacer, incluso parecía que había ignorado el comentario de Ezio -...Bueno, parece que no me va a contestar, ¡AL DIABLO!- pensaba mientras arrastraba la mirada nuevamente hacia la pócima y, con la misma mano que tenía extendido el papelito lo acercó a aquella pequeña tapa brillante y luego de tirarla al suelo, lanzó aquel alarido de batalla que culminó con tragos y tragos y tragos de aquella pócima, bebiéndola a una gran velocidad tal como si habría sido meses que no tocaba ni una gota de agua, terminándose hasta la última gota y liberando un refrescante -¡AH! ¡Qué refrescante!- exclamó mirando la botellita vacía y transparentosa que, obviamente, había perdido todo su brillar anterior -...Es extraño, tiene un sabor muy dulce, pero...a medida que iba tragando...- y volteo, observando a la mulata de ojos verdes como diamantes -...A veces era amarga, un poco ácida, iba cambiando...- y finalmente, liberando su típica y hermosa sonrisa -¡Pero seguía siendo dulce como las fresas!- terminó de decir alegre y emocionado...

Sin saber qué era lo que le iba a deparar...a ver tomado "su vida demasiado rápido".
Ezio
Ezio

Mensajes : 37

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Ishida Mei Vie Dic 07, 2012 9:48 pm

Aún seguía desconfiando enormemente de la mujer de ojos verdes. El líquido del frasco temblaba, accionado por el movimiento incesante y nervioso de las manos pequeñas de Mei, que lo sostenían mientras su mente se veía asolada por pensamientos increíbles y muy probables. Nadie llegaría de buenas a primeras y te entregaría una pócima de tales características gratis. Frunció los labios en señal de disgusto, pensando en la etiqueta del frasco. Miraba alternativamente tanto a Luscinda como al frasco, una y otra…y otra vez más, sin entender un ápice de lo que estaba pasando allí. Se mordió el labio inferior y dejó escapar desde su garganta un “tsk” de clara molestia. Beberse la vida sorbo a sorbo…conocerse a uno mismo…¿beber aquel líquido suponía unos detalles tan enormes? Eran símbolos complejos, ideas intrincadas en un laberinto de metáforas y simbologías un tanto desconocidas para Mei. Tal vez sólo se trataba de uno de los obstáculos del juego para darte puntos de coraje debido a tu capacidad de tomar decisiones; tal vez sólo se trataba de un NPC que había sido programado para entregar pócimas a diestro y siniestro; tal vez sería un bug; o tal vez…¿podría tratarse de…? Señaló a la mujer de ojos verdes.- ¡Eres una p…! – Y se detuvo porque vio por el rabillo del ojo cómo su compañero tomaba el líquido del interior de su frasco rápidamente. Mei, asustada, llevándose las manos a la boca, cubriéndola a causa del espanto y de la repentina y poco sopesada acción del muchacho, lo tomó del brazo, tirando fuertemente de él para impedir que bebiera…pero fue demasiado tarde.- ¡E-eh! ¿Qué estás haciendo? – Exclamó, frunciendo el ceño, a la defensiva, y se giró apretando los dientes, fijando su mirada en la de Luscinda. Ella simplemente sonreía con aquellos labios rojo sangre y con aquellos ojos iluminados por un fuego indescriptible que crepitaba y se encendía a medida que pasaban los minutos. Las campanitas comenzaron a tintinear, y la pitonisa reanudó su marcha, esta vez dirigiéndose hacia Ezio. No cambió para nada la expresión de su rostro, tan serena y tan sensual y femenina como cuando había aparecido en escena la primera vez. Movía su figura sinuosa con una gracia poco común y atrayente, como si hubiera sido una cobra en alguna vida pasada. Reptando, alcanzó al muchacho, y abriendo la palma de una de sus manos (concretamente la derecha), extendió el brazo hacia la dirección donde se encontraba Mei y la apartó, empujándola, para alcanzar finalmente su objetivo. Colocó sobre los hombros de Ezio un paño de color rojo, de un tono parecido con el que había delineado sus labios. Después, con sus propias manos cerró los párpados del muchacho y aproximó su rostro, sellando una sarta de recitaciones en un lenguaje incomprensible y que el traductor del juego no supo codificar con un beso. Al separarse de él, con un suspiro, dejó sus labios próximos al oído derecho de Ezio.- …Serás alguien grande, muchacho…Te espera, como a todos, un duro momento que abordar y serios sentimientos que asimilar, así como importantes decisiones que tomar si quisieres regresar a casa de nuevo…Pero no desesperes, habrá muchos que quieran ayudarte y otros muchos que simplemente se crucen en tu camino…Tienes ansias por vivir, y te aceleras…te consumes rápido…pero inspecciona atentamente cada rincón de tu ser mientras puedas y sabrás quién eres y quién querrás ser. Ahora...mira en tu interior. – Y se separó finalmente de él, dejando que la pócima acabara de surtir el efecto que debería. Había algo que sin embargo preocupaba en mayor medida a Luscinda…aquella pareja podría llegar a ser realmente fuerte. Ella había descubierto en realidad quién era, y él…impulsivo y fuerte…sin duda serían inigualables en los obstáculos que se les presentaran delante. La conexión había sido clara. En SAO aquellas cosas no sucedían, era un mundo virtual, y los impulsos de las energías que se podían sentir fluyendo en un entorno real eran difíciles de captar en aquel mundo tan distinto y alejado de la realidad palpable.

-¡Eres una Beta Tester! – Exclamó Mei, señalándola, después de haber visto lo que le había dicho a Ezio y cómo este parecía como perdido en sus pensamientos y con la mirada perdida (probablemente fijo en alguna visión que le había provocado la poción). Luscinda dejó que de entre sus dientes perfectamente alineados se dejara entrever una risita casi de complicidad.- Vaya. Esto sí que no me lo esperaba.- Comentó simplemente, acercándose a la muchachita.- Tu amigo tiene actitudes para el liderazgo, ¿sabes?...Más te vale no perderlo como compañero. Además, su capacidad tan rápida para decidirse Ha resultado ser positiva para él mismo: yo le he ayudado a ver en su interior (aunque muy difusamente) lo que podría pasarle en un futuro muy próximo. No estamos hablando de eso.- Inquirió con voz cortante la pequeña, caminando hacia atrás para que la mujer no la rozase siquiera. - ¿Y qué debo decir?...Sí, soy una Beta Tester, y digamos que no una de las menos importantes…-Sonrió satisfecha por sus comentarios.- Es un placer saber que SAO no está plagado de adolescentes sin dos dedos de frente…- ¿Por qué dices eso de que puedes ver el futuro? En realidad no puedo hacerlo. – Se echó a reír, un tanto juguetona, pero se frenó en seco. - …Sin embargo, la combinación de elementos de las pócimas que os he regalado parece que funciona. - ¿Nos has utilizado como conejillos de indias? Algo así. Y el experimento ha resultado ser todo un éxito. Ya has visto que con mi poder como Beta (y algunos rangos más) y con parte de mi ingenio he podido crear algo interesante que cambiará drásticamente mi futuro dentro del juego. Sé que algo gordo se acerca, porque lo presiento…pero siempre he sido presa de alucinaciones y visiones, desde que era una cría. No me importa lo que piensen de mí…sólo me dejo guiar por mis instintos y mi inteligencia. – Mientras dejaba caer estas palabras, se había puesto a caminar alrededor de la pequeña Mei.- ¿Qué le ha pasado exactamente a Ezio? Bebe y lo sabrás.- Exijo…u-una respuesta.- Dijo una temblorosa Mei, que se empezaba a enervar al encontrarse en medio de los círculos que trazaba Luscinda a su alrededor, tragando saliva compulsivamente.- Simplemente…digamos que los componentes que lo forman virtualmente y los que lo conforman realmente se han difuminado por un momento y ha podido visualizar algo sobre él que no conocía. Lo que no sé es el qué. Ya he dicho antes que la magia es imprevisible. ¿No sientes algo de curiosidad? – Preguntó la mujer, acercándose a Mei cada vez más. La muchacha asintió con la cabeza, sin apartar la mirada de sus hipnóticos ojos verdes y después destapó el frasco. Le dedicó una última mirada a Ezio y dejó que el líquido azul se deslizara por su garganta. Era dulce y ácido al mismo tiempo. Cuando hubo terminado, sintió cómo todo le daba vueltas un poco y cómo las imágenes que tenía delante se esclarecían, como si estuviera mirando a través del cristal de unas gafas graduadas especialmente para ella. Y después, la voz embriagadora y cantarina recitó en sus oídos una letanía misteriosa y pausada, un leit-motiv que se repetía constantemente, una misma oración en toda la predicción:

Recibirás la visita del pasado…

OFF ROL:
Ishida Mei
Ishida Mei

Mensajes : 43

Inventario
Skills:
Logros:

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Invitado Vie Dic 07, 2012 10:46 pm

Kai había decidido inspeccionar el lugar de manera sosegada, sin prisas, tenía la sensación de que Mei se encontraría en el juego. En la plaza, se había encontrado con otros players que le habían invitado a una Party, y después de que él aceptara, supo que le habían plantado. -Ts, menuda gentuza.- Pensaba mientras caminaba, con las manos en los bolsillos y dando grandes saltos mientras caminaba. Tan distraído era, que cuando levantó la mirada del suelo, se encontró en un lugar completamente desconocido. Volvió la mirada hacia atrás, para comprobar cuánto se había alejado de la plaza, y tuvo la sorpresa de que ya nada podía verse al alcance de su mirada. ¿Tanto había caminado, que ni siquiera se había dado cuenta? La verdad es que a Kai le daba igual que no supiera volver, sólo tenía una misión, y no podría completarla estando en la plaza, tendría que abrirse camino por esta nueva realidad que tan aferrado a ella le tenía.
Después de un rato siguiendo un sendero virtual, se paró delante de un cartel que decía: "Pueblo Torubana". -¡Vaya, parece que por fin he llegado a un lugar decente!- Se adentró en aquel pueblecito, estaba vacío. La verdad, comparado con la Plaza anterior, este parecía un lugar tranquilo. Pero, de repente, después de estar un tiempo visitando el pueblo y sus calles, Kai decidió entrar en una taberna de por allí y divisó a tres personas. Sonrió al saber que podría comunicarse con alguien, y corrió rápidamente hacia ellos. Según se acercaba se sentía como si su misión estuviera llegando a su fin, hasta que se dio cuenta de que una de esas tres personas era...

-¡MEI!

Kai sintió como todos los recuerdos del pasado volvían a su mente después de volver a ver el rostro de Mei, recuerdos que nunca había olvidado aún después de todo el tiempo que había estado sin ella, después de que él mismo la hubiera abandonado. Por fin la volvía a ver, y eso le hizo feliz, aunque fuera por un videojuego. Corrió sin dudarlo hacia allí y se abalanzó sobre la pequeña, alocado. -¡Mei! ¡Sabía que te encontraría!- Exclamó Kai, entre risas y lleno de felicidad, abrazándola sin cesar. -¿Me recuerdas? ¡Soy yo, Kai Abukara!- Continuó diciendo, sin dejar de borrar esa sonrisa amplia que exponía constantemente. Seguía siendo el mismo chico despistado, alocado y "salvaje" y él no tenía ninguna duda de que Mei no dudaría en reconocerle.

Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Yui-MHCP001 Sáb Dic 08, 2012 1:30 am


Ya han pasado aproximadamente cinco horas desde que has entrado al juego... Interesante, has paseado por las praderas, has explorado castillos embrujados, has visto fantasmas por los alrededores, y te has divertido, pero quizá tengas cosas que hacer a las seis, como ver a tu novia o alimentar a tu mascota... Es una lástima, ya que no encuentras el botón de deslogueo.

Quizá lo hayas notado y has pensado que es un extraño error, pero ahora comienzas a preocuparte porque no hay manera, tú única esperanza es que llegue alguien y te quite el NerveGear...

Miras hacia el Aincrad, hacia el cielo, preocupado. Justo entonces, cuando comienzas a pensar realmente en ese hecho, sientes un hormigueo en tus dedos... los miras y estos comienzan a desaparecer... Te sientes arrastrado hacia todos lados, pero a la vez comprimido... ¿Qué está pasando? Tan pronto como comienza aquella sensación desaparece... Y cuando abres los ojos, temeroso quizá, ves la plaza donde comenzaste... a tu lado se encuentran bastantes jugadores, y siguen apareciendo más... ¡Qué cosa tan extraña!

TRAMA GLOBAL
Yui-MHCP001
Yui-MHCP001
Sistema - Sao
Sistema - Sao

Mensajes : 580

Inventario
Skills:
Logros:

Volver arriba Ir abajo

¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio] Empty Re: ¡No soy ninguna niña! [Priv-Ezio]

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.