Respirar para pensar y actuar

11 Noviembre, 2022 ~~

Aún me cuesta acostumbrarme a este lugar. No puedo creer que esto esté pasando. No puedo. Creo que sí sigo así, esto me tomara más de la cuenta. Pero había quedado en que cambiaría de actitud frente a esto, pero ... Quiero pensar que esto es una pesadilla, en la cual pronto despertaré. ''Onii-Chan ...''. Pensé en mi hermano y algo dentro de mí, hizo que reaccionara. Fruncí un poco el ceño.

- ¡¡¡Suficiente!!!- Dije a plena voz mientras estaba sentada en una banca cercana a la plaza central de Aincrad. Sentía la mirada pesada de algunos jugadores, los cuales observaban con extrañeza aquella reacción. Pero, sin importarme nada, caminé firmemente y busqué cualquier ruta dentro de las calles que visualicé. La verdad no tenía idea a dónde iba, pero necesitaba respirar y sentir menos ahogo dentro de mí. Pasaron unos cuantos minutos, hasta que salí de la ciudad de los Inicios. Seguí un sendero tranquilo, en donde las praderas con colores alegres y vivos decoraban el camino. Al parecer, no todo es tan malo después de todo.

Al rato visualicé con un poco de dificultad una zona que parecía un pueblillo. Tenía una pinta muy particular y aceleré el paso para llegar aquel lugar. Cuando llegué a la entrada del pueblo, encontré un pequeño cartel de madera, algo rústico que decía:

''Villa Horunka: Un lugar para descansar y divertirse.''

- Ya veo ... - Y como turista, me encontraba anonadada por el lugar. Claro, era una villa más pequeña que la ciudad de los Inicios, pero se sentía muy acogedora. - Este lugar es ideal para pensar y desahogarme. - Musité mientras vi una posada muy pintoresca, y sin mucho pensar, decidí entrar. Al abrir la puerta de aquel hostal, no vi mucha gente. Algunos jugadores paseaban por el hall riendo a carcajadas, mientras que algunos NPC hacían ciertas labores domésticas. Sin demora, hablé con el encargado de la posada. Me dio un valor aproximado de una corta estadía, y sin demora salí para recorrer el lugar. Pasaban los minutos encantada por el lugar en sí, que me alejé un poco de la villa para encontrar una pradera, y en el centro de ésta, un árbol grande y frondoso. Al pararme al lado de éste, podía tener una vista panorámica de Horunka. Mi mano se apoyó en el tronco de aquel árbol y musité.

- Me encantaría que alguien viese esto ... - Entrecerré mis ojos al sentir una brisa cálida y refrescante, alborotando un poco mi cabello.

Mi espalda se apoyó en el tronco de aquel árbol. Entrecerraba mis ojos, mientras una de mis manos tomaba mi pelo y lo llevaba detrás del lóbulo de mis orejas. La brisa, a pesar de todo, era relajante, justo lo que necesitaba para estar más centrada y hacer de una buena vez por todas, algo para avanzar en SAO. Había visto a algunos jugadores entrenar y subir de nivel. Quizás me falta hacer ese tipo de cosas para no deprimirme ni sentirme ahogada. Por ahora ... Quiero estar bien.

Poco a poco el sol bajaba lentamente, tornándose el cielo con tonalidades salmón y rojizas. Supuse que faltaba muy poco para que anocheciera. Lancé un suspiro al aire. Este día a pesar de todo, tuvo una gota de cansancio. Despegué mi espalda de aquel árbol para partir nuevamente a la posada, hasta que sentí un golpe seco al suelo, como si se hubiese caído una rama muy pesada o un animal de por aquí. Me sobresalté un poco, y algo temerosa vi de reojo que era. Y para mi sorpresa, era un chico. Nunca me imaginé que hubiese alguien más en este lugar. Me acerqué un poco. El joven de cabellos oscuros me miró un momento y elevó una mano, al parecer en señal de saludo. Su barra de HP bajó pero se detuvo rápidamente.

Ladeé mi cabeza, me agaché un poco mientras alzaba mi mano derecha, esperando que él la tomase para que se repusiera de aquella caída.

- ¿Te encuentras bien? - Parpadeé un poco esperando que no le haya pasado nada grave. Aunque una caída como esa, puede que le haya dejado alguna secuela. Reí un poco tímida para comentarle algo más. - Nunca pensé que hubiese alguien más aquí. Disculpa si te interrumpí en algo.

Al ver que el joven se paró solo, sin la necesidad de tomar mi mano, me sentí como idiota o que no debí hacer eso. El chico de cabellos oscuros llevó sus manos a su cuerpo para verificar si tenía alguna herida o algo que tuviese que preocupar, respondiendo un poco cortante y frío.

- Puede que tengas razón, pero ... A pesar de ello, nada nos librará de morir en una u otra circunstancia. Quizás no estés malherido o que tu cuerpo ''falso'' no sufra ninguna clase de dolor, pero ... - Empecé a recordar a mi hermano y que aún está perdido, o en el peor de los casos, quizás no éste aquí. - Es mejor sobrevivir de alguna u otra forma, ¿No lo crees?

Mi vista se enfocó en la vista de Horunka, la cual comenzó a iluminarse con pequeñas lucecillas de diferentes colores. Las luces de algunas casas, posadas, calles y demás, hacían que tuviese un aspecto encantador, mientras el sol se escondía en el horizonte y el cielo se tornaba azul marino. Cuando el joven se disculpo y comentó que me espiaba, me ruboricé automáticamente. Moví mi cabeza para hacer que el rubor desapareciera y que el chico de cabellos negros no lo notara. Quizás pensaría tonta al reacción así.

- La verdad, no me percaté de tu presencia, hasta que caíste del árbol. - Dije entre risas, tapándola con mi mano izquierda. Cuando paré de reír, me animé a preguntar más. - ¿Estabas entrenando o algo similar? - Dije con algo de curiosidad. Desde mi corta estadía en SAO, no había podido entablar conversación con nadie. Más que nada, por miedo y preocupación a lo que le pudo haber pasado a mi Onii-Chan. Pero quizás esto me ayude a desinhibirme un poco.

Ahora, la voz del joven de cabellos oscuros había cambiado. Estaba más calmado y su pregunta no fue tan defensiva. Antes de contestar, el cielo estaba totalmente oscuro y lo más impresionante era que el firmamento estaba cubierto de estrellas. Es hermoso y a la vez tan confuso, como las dudas que tengo al respecto de este juego y la última situación con mi Onii-Chan. Pero me dije a mi misma que eso iba a cambiar, pero necesito estar con la cabeza fría. Cuando eso ocurra podré entrenar y volverme cada día más fuerte.
Suspiré sin despegar la vista del firmamento, y con una amplia sonrisa contesté sin trabas.

- Vine a respirar y meditar un poco. - Entrecerré mis ojos para sentir esa brisa tan cálida, que me costaba asimilar que este juego tuviese esa capacidad de sentir ciertas cosas. O ... Me estoy sugestionando tanto, que creo sentir la brisa en mi rostro. - Oye ... ¿No te sientes como asfixiado de estar aquí?¿ O miedo de que cualquier cosa inesperada pueda matarte? - Coloqué mis manos detrás de mi espalda y miré fijamente al chico de cabellos oscuros. Ahora me sentía menos intimidada por él.

- Mmm ... Creo que tienes razón. - Sin más que acotar. La muerte puede estar a la vuelta de la esquina, tanto aquí como en el mundo real. Eso no cambia en ningún lado, pero el sentir que acá a diferencia del mundo real, yo nunca andaría con una espada mientras cruzo la calle y necesite matar a alguien para sobrevivir. Pero ... Este es un nuevo mundo y las reglas son así. - Habrá que acostumbrarse a estar acá ... - Lancé un bostezo mientras seguía mirando el cielo estrellado, o aquel conjunto de datos configurados para visualizar este cielo tan hermoso.

Cuando el joven de ojos azules me preguntó el por qué estaba aquí, me entristecí demasiado. Se me apretó un poco el pecho y la garganta. Puse mis manos en el pecho, y bajé mi cabeza. Lancé otro suspiro al aire. Tosí un poco para aclarar la garganta y contestar.

- Por mi Onii-chan ... - Dije mientras bajaba más la cabeza, soltando una pequeña lágrima. Por suerte la oscuridad podía envolverme de tal forma que mi rostro se perdía en él. - Kenji, así se llama mi hermano, es fanático para este tipo de juegos, y me convenció para jugar y que experimentara lo genial que se sentía estar aquí. - Apreté más mis manos evitando que mis lágrimas cayeran. - Llegamos acá, y todo era tan maravilloso. Pero ... - No pude continuar y mis lágrimas cayeron sin parar. Traté de no hacer mucho ruido para que no viera nada. Sequé mis lágrimas con las mangas de mi polera. Coloqué mi mejor sonrisa y cambié de tema.

- Ya es tarde. Será mejor que vuelta a la posada. - Creo que aún no puedo dejar de lado lo que pasó aquel día.

- Lo siento ... - Dije, mientras limpiaba rápidamente aquellas lagrimillas que brotaban de mis mejillas. No tenía por qué demostrar ni dar a conocer lo que me estaba pasando. Pero ... Mi rostro se puso un poco pálido. No quería recordar aquel día ni nada similar. Fue demasiado el impacto que causó este juego como para seguir divagando. Moví de un lado a otro mi cabeza para dejar de recordar. Sonreí de medio lado y respondí un poco apenada por lo ocurrido.

- Muchas gracias. Y disculpa lo anterior. Lo que pasó ese día, aún me afecta demasiado. - Dí unos cuantos pasos, en dirección a Horunka. Mostré mi mejor sonrisa, aunque la noche no lograse ver nada en absoluto.

Coloqué mis manos en mi espalda, y levanté mi mentón. Suspiré y se me ocurrió preguntar algo, como para pasar el mal rato que había causado. - ¿Es posible que me des tu nombre? ... - Dije con un pequeño rubor en mis mejillas. - Ya hemos estado hablando un buen rato, y me es extraño no decir tu nombre al hablar.

OFF: Disculpa la tardanza y lo breve del posteo >.<