En busca de la mazmorra... [Libre]

No había salido del pueblo Torubana desde que había llegado allí, abandonar la ciudad significaba exponerme a peligros de los cuales no sabía si saldría con facilidad. Sin embargo hoy había despertado con ganas de aire fresco y caminar sin rumbo como solía hacerlo cuando estaba en casa. Oga y yo nos habíamos separado cuando salimos de la posada donde nos alojábamos, él quería recolectar información sobre el piso y yo haría algunas compras. Después de ello me dirigí hacia las afueras de la ciudad a paso tranquilo, le envié un mensaje a Oga diciéndole que no estaría en la ciudad por unas horas, no quería que se preocupara más de la cuenta por mi.

A los pocos minutos de haber salido del pueblo, una sonrisa juguetona surcó mi rostro, comencé a correr como no lo hacía desde hacía días. Aquella sensación de libertad me alegraba hasta el extremo, me hacía sentir viva a pesar de que solo fuera una ilusión. Corrí sin detenerme durante quizá cuanto tiempo, tenía una resistencia considerable, podía ser porque en el mundo real solía practicar atletismo en la escuela. Continué hasta encontrarme con un paisaje realmente hermoso. Los árboles eran enormes y proyectaban una sombra realmente agradable. Se escuchaba el canto de algunas aves que parecían descansar en las ramas superiores de algunos árboles.

Por un instante me pregunté que clase de aves habría en el Aincrad, quizá era un poco arriesgado por mi parte, pero la curiosidad era más fuerte de lo que alguien hubiera podido imaginar. Miré el tronco de uno de los árboles y con cuidado comencé a trepar el árbol, al principio era difícil y sentía que en cualquier minuto terminaría en el suelo; pero a medida que subía parecía hacerse más fácil. "No te confíes" me dijo mi conciencia una y otra vez. Me detuve cuando llegué a la primera rama, estaba a unos siete, quizá ocho metros de altura.

Me senté sobre la rama con cuidado de no caer, cerré los ojos para disfrutar de la suave brisa que corría entre los árboles, el canto de las aves y los rayos del Sol que hacían que el ambiente fuera realmente agradable. No sabía cuanto tiempo había permanecido en ese estado, pero unos pasos hicieron que mi cuerpo se tensara poniéndome en alerta. No muy lejos de donde estaba vi a un chico unos años mayor que yo caminando a paso tranquilo, se le vía un tanto intranquilo. Al igual que yo llevaba los ropajes básicos del juego, no parecía ser una amenaza, sin embargo tampoco podía confiar en las apariencias.

Estaba tan metida en mis pensamientos que cuando un ave pasó volando rápidamente a mi lado, no pude evitar soltar un pequeño grito de sorpresa además de perder un poco el equilibrio. Me acosté sobre la rama y me afirmé con fuerza para no caer, -eso estuvo cerca- murmuré luego de haber soltado un suspiro de alivio.

Una vez que recuperé el equilibrio me senté en la rama como estaba antes. Busqué al chico con la mirada, lo encontré caminando sin rumbo aparente en posición de defensa, por un momento creí que había algún peligro en la cercanía. Giré mi cabeza en todas direcciones intentando encontrar alguna criatura que fuera capaz de hacer algún daño. Busqué una y otra vez, pero no encontré nada, desde la altura a la que me encontraba no se podía ver nada sospechoso a decenas de metros de distancia.

Al oír su pregunta apareció la respuesta de su "temor" en mi mente, probablemente el grito que había dado le había hecho creer que había sido atacada por algo o alguien. -Aquí arriba- dije con suavidad alzando una mano mientras con la otra me apoyaba en la rama, le dediqué una sonrisa amable, -lamento que me grito te haya preocupado- agregué sin apartar la vista del chico.

Desde donde yo lo veía, no parecía que estaba aquí para dar un paseo. Su reacción ante mi grito había sido mucho más drástica de lo normal. Si hubiera estado en su lugar, más que una reacción defensiva habría sido más pensativa. -¿Hay algo en estos lugares que sea peligroso?- pregunté con leve curiosidad mientras me sentaba con las dos piernas colgando de un mismo lado; quizá él me tachara de ignorante, pero la verdad era que no sabía y quería aliviar poco a poco mi ignorancia sobre el juego. Aquel chico era bastante curioso desde mi punto de vista, su presencia en un lugar así no era sospechosa, pero sus motivos me parecían curiosos.

No pude evitar dejar escapar una leve carcajada, casi imperceptible para cualquiera. Parecía que aquel chico quería hacer pasar desapercibida su reacción, no lo culpaba, cualquier jugador que se encontrara en un bosque así pensaría que había alguna criatura cerca. Yo era distinta, demasiado distinta, las probabilidades era lo que definía en cierta forma mi actuar; por ello era que podía mantenerme relativamente serena en situaciones de estrés.

No sabía si era recomendable confiar en él todavía, estaba solo en la mitad de la nada con una apariencia un tanto sospechosa. Sin embargo su forma de sonreír me parecía bastante sincera dentro de todas las que había visto. Recorriendo las calles de Torubana había aprendido a diferenciar muy bien distintos tipos de actitudes por parte de los jugadores, habían muchas sonrisas, de las cuales unas pocas resultaban ser reales.

No parecía del tipo de jugador que obligaba a otros a tener duelos, Oga me había contado sobre ellos y lo que menos quería era encontrarme con uno. Vi como se acercaba a la base del árbol, con cuidado me afirmé del tronco y comencé a bajar de la rama con extremo cuidado de no dar pasos en falso; "la bajada es más difícil que la subida" pensé, mi hermano solía decirme aquello siempre. Tardé unos minutos hasta que mis pies tocaron el suelo.

Una sonrisa dulce surcó mi rostro al oír su presentación, -Harumi, el placer es mío- me presenté cordialmente haciendo una leve inclinación de cabeza, los modales de mi hogar no los había olvidado y tampoco quería hacerlo; era lo poco que podía tener de allá aparte de mis recuerdos. -Si no te molesta mi pregunta Lyud, ¿qué hacías por aquí?- pregunté, no era cotilla, pero el hecho de encontrar a alguien en un lugar sin jugadores llamaba la atención de cualquiera.

- Maldición - dijo jadeando

Había estado persiguiendo a un par de jabalíes desde hacia ya bastante rato, pero siempre que iba tras uno, ambos huían del player de cabellos castaños. Debido a toda esta persecución, se encontraba muy lejos de donde había comenzado y es más, no tenía ni la más remota idea de por que lares andaba caminado.

Su aspecto era algo agitado, tierra en la ropa, el cabello un poco revuelto y su espada en la mano derecha por si alguno de los animales que cazaba aparecían; en pocas palabras parecía un vagabundo, salvo por la espada.

- Muero de hambre - se quejó mientras caminaba mirando a todos lados esperando ver algo que le ayudara - ¿Donde rayos estaré?

Caminaba en medio de árboles, hierba y vegetación que por partes se hacía espesa, y dificultaba la visión; aparte del hecho que ser silencioso en este lugar era prácticamente imposible debido a todos las plantas, ramas y hojas que movía tras su paso. Se ayudaba con la espada para mover algunas ramas con el fin de poder ver mejor, y en efecto funcionó; ya que a unos diez metros de donde estaba le pareció ver un lugar algo más despejado y si el oído no le fallaba, había escuchado voces.

Lo miré con cierta extrañeza cuando respondió a mi pregunta, los motivos de mi actitud eran dos: el primero, su honestidad...otros jugadores habrían sido un poco más evasivos para contestar, aquello hablaba muy bien de él. Me agradaba el hecho de que fuera honesto conmigo, lo que no quitaba mi extrañeza. Y segundo, el motivo. Buscar al Boss por cuenta propia era algo bastante irresponsable, por no decir suicida, si nadie había pasado al piso 2 todavía era por algo. -Es un poco arriesgado hacer esa búsqueda por tu cuenta, ¿no crees?- pregunté mirando la copa de los árboles un tanto abstraída, -además, ¿qué te hace creer que el Boss está por estos sectores?- si era cierto, si no te arriesgas no ganas, sin embargo arriesgarse demasiado significaba acercarse peligrosamente a una muerte innecesaria.

Desvié la vista hacia Lyud cuando me formuló la misma pregunta, parecía que había querido omitir una palabra pero ignoré aquel detalle. Me quedé pensando unos segundos mi respuesta, -de paseo- contesté con sencillez, -no había salido del pueblo desde hacía un par de días- agregué alzando los hombros sin darle mayor importancia al asunto. Él me miraba a los ojos, acto que hizo que me sonrojara levemente, mi personalidad un tanto retraída no me hacía fácil aguantar ese tipo de miradas. Estaba siendo honesta con Lyud, esperaba que me creyera a pesar de no ser capaz de mirarle a los ojos.

Escuché algo de movimiento entre los matorrales, debía ser algún animal que vivía por allí. Sin embargo era sospechoso, ya que los únicos animales que había visto hasta el momento eran pájaros que anidaban en la parte superior de los árboles. Fruncí levemente el ceño, tomé la empuñadura de mi espada con firmeza sin moverme de mi lugar. No pregunté nada, si había una persona, probablemente se nos acercaría; si era algún animal, desviaría su camino. Cualquiera de estas opciones era factible, pero estaba preparada para atacar si se presentaba algún peligro.

Alguien había hablado tras unos arbustos y ramas que estaban frente a el, que si bien eran abundantes, dejaban ver algo tras ellos ya que se estaba acercando a un claro. Podía ver que eran dos personas que estaban relativamente cerca una de la otra aunque no estaba seguro si eran hombres o mujeres, pero lo que si podía estar seguro era que uno de los individuos tenía su arma desenfundada, ya que el brillo de sol que producía el metal podía ser distinguido por el joven Hei.

Por la cabeza del castaño cruzaban varias ideas de que podrían ser aquellas personas, tal vez ladrones, simples players o hasta player killers; no podía confiarse. El también tenía su espada en mano por lo que podría utilizar el factor sorpresa y salir de frente por ellos, era lo mejor que se le ocurría al joven en aquellos momentos.

Estaba apunto de salir y arremeter contra ellos, cuando se le cruzó por la cabeza que unos criminales no preguntarían tan abiertamente si había alguien más por allí y menos con una voz un tanto dudosa. No sabía que hacer, pero debía pensar rápido, así que al cabo de unos segundos se decidió a actuar...

Dio un salto par salir de los matorrales y caer con los pies un poco más separados que la altura de los hombros y la espada en la mano derecha. El codo apuntaba al suelo y el resto estaba extendido hacia adelante, aprovechando la longitud de su brazo más el de la espada; era la típica posición de esgrima. Ni bien cayó se impulsó hacia adelante con el fin de que la punta de su espada quedara a unos 3 metros del tío de la espada listo para cualquier cosa. Al parecer se trataba de un joven y una niña algo pequeña.

Me quedé pensando en sus palabras, buscar la guarida del Boss parecía ser mucho más complicado de lo que parecía. Imaginaba que Oga intentaba hacer lo mismo, por ello se dedicaba a recopilar información que otros players podían darle. Era un tanto extraño que Lyud partiera en búsqueda de aquel escondite sin saber mayor información, "de alguna forma se tiene que partir" pensé un tanto más animada.

Lyud demostraba tener un mucha más iniciativa de la que tenía yo, ya que no había dudado en preguntar quien estaba allí. A pesar de que su voz denotara algo de nerviosismo, su seguridad me hacía sentir que no habrían mayores problemas. Hice lo que me dijo, sin embargo no saqué la mano de la empuñadura de mi espada, al contrario la apreté con más fuerza en caso de tener que utilizarla.

Sabía que habían jugadores que se dedicaban a pedir duelos a otros, sin embargo no veía a Lyud como uno de ellos; por lo tanto podía fiarme de él. Me sobresalté un poco al ver a un chico de la edad de mi acompañante, quizá un poco mayor. Llevaba su espada alzada apuntando a Lyud; parecía que tenía mucha experiencia con el uso de espadas, ya que su posición era bastante elegante. "Como la esgrima" pensé con tranquilidad, miré al recién llegado con curiosidad.

-Baja tu espada Lyud, por favor- pedí con sencillez, dudaba que un jugador que quisiera atacarnos utilizara primero una posición defensiva antes que aprovechar la vegetación para un ataque sorpresa. -Él no va a hacernos daño- murmuré sin apartar la vista del chico como si lo analizara. La seguridad que demostraba significaba que podía tener más experiencia que nosotros, pero de cualquier forma intentaba mantener la guardia en alto. -Me llamo Harumi- me presenté haciendo una reverencia, intentando hacerle comprender que no teníamos intención de causar algún daño.

OFF:

Todo estaba calmado, nadie había atacado y al parecer tampoco pretendían hacerlo, lo que sin duda dejaba ver que esos sujetos no tenían intenciones de hacer daño; sin embargo, no se podía confiar y bajar la guardia. Los ojos de Hei pasaban rápidamente de uno a otro, como a la espera de que algo sucediera y le indicara que debía actuar; pero toda esta tensión se disipó un poco cuando escuchó a la pequeña hablar y hacer que su acompañante bajase su espada.

- Él no va a hacernos daño - era lo que aquella chica había dicho

¿Como podía estar tan segura de lo que iba o no hacer el joven Hei? No lo conocían en absoluto, pero su manera de actuar delataba que no era de esos que iban por ahí atacando ni retando a duelos a los demás players. Y si bien el joven esgrimista de cabellos castaños aún no lo sabía, haber salido de los arbustos sin más, en este mundo se podía considerar un grave error.

De inmediato la joven se presentó e hizo una clase de reverencia como saludando a Hei, resultaba que se llamaba Harumi y le había llamado al otro Lyud, lo que corroborado a los pocos segundos por el otro joven allí presente. Tras haber dicho sus nombres, Lyud le dijo a Hei que no pretendía hacerle daño y que se tranquilizará...

- Mi nombre es Hei - respondió de manera seca mientras daba un par de pasos hacia atrás y soltaba su espada para cogerla nuevamente con el fin de que el pomo de la espada quedara mirando hacia el hermoso cielo azul y la punta apoyada en el suelo, de forma que si necesitaba hacer un rápido movimiento para cubrirse le fuese más fácil.

Solté un suave suspiro de alivio al ver que Lyud no había ignorado mi sugerencia, sabía que podía haber cometido un error enorme si me basaba en las apariencias. Pero la forma de actuar al recién llegado parecían más defensivas que ofensivas, por lo que las probabilidades de que fuera un player asesino bajaban de forma considerable. Al igual que yo, Lyud se presentó y aclaró que ninguno de los dos tenía intenciones de hacerle daño. Sabía que mi apariencia era un tanto engañosa, pero lo que veían ambos era lo que había…ningún skill especial, ninguna intención oculta…absolutamente nada; yo era solo una player más y punto.

Hei era el nombre del chico, a pesar de su forma poco amigable para presentarse, pude terminar de confirmar que él no iba a hacernos daño. Sus movimientos con la espada me sorprendieron bastante, no cualquiera manejaba un arma como esa en tan solo unos días. –Es un placer- dije dedicándole una dulce sonrisa, no creía que fuera a ayudarme para ganar su confianza, pero al menos sabría que nuestras intenciones no eran dañinas. Las ropas de Hei estaban sucias, lo que indicaba que había pasado varias horas en los bosques; lo que me llevaba a preguntarme qué hacía él por allí, pero soltar aquella pregunta podría considerarlo como un ataque. No conocía la personalidad de Hei, por lo que no podía predecir sus reacciones.

La curiosidad me estaba matando con respecto a un detalle, -¿desde hace cuánto manejas espadas?- pregunté con mi usual tono sereno de voz, la curiosidad destellaba en mi mirada, simplemente no podía evitarlo; esperaba que a Hei no le molestara mi pregunta. A cualquiera le hubiera llamado la atención su manera de utilizar la espada, ya que sus movimientos eran firmes pero a la vez elegantes y fluidos. “Quizá él fue un Beta” mi imaginación en ese momento comenzaba a apoderarse de mi mente, muchas teorías distintas salieron pero no quería sacar conclusiones rápidas y sin sentido.

Aquella chica le había sonreído, estaba completamente seguro de eso. Esto sin duda era algo un poco fuera de cuadro por estos días en los que muchos seguían golpeados por el asunto de no poder salir; sin embargo, al parecer había gente que se esforzaba en poder llevar una vida lo más normal posible, sin olvidar lo que eran antes de Aincrad, y ejemplo de esto era la sonrisa de aquella chica.

Hei quedó algo sorprendido y como respuesta respondió esbozando una media sonrisa, ya que el era uno de los que no quería dejar nada de lo que era y lo que pretendía ser una vez terminara todo esto.

- ¿Desde hace cuánto manejas espadas? - preguntó Harumi

El joven de sucios ropajes bajó la mirada un segundo y la enfocó en su espada mientras que por su mente surcaba la idea de que mientras menos supieran de el, podría ser mejor en un futuro, ya que su información le serviría como un as bajo la manga. A pesar de estar convencido de eso, volvía a cometer el error que tuvo al salir de los arbustos, la inexperiencia.

- Antes de esto solía practicar un poco de esgrima... - dijo mirando a Harumi fijamente a los ojos - ...supongo que se me debe haber quedado un poco

En parte, Hei hablaba con la verdad también al estar convencido que estaba frente a plyaers normales, sin ninguna intención de atacarlo, por lo que el hecho que supieran cosas de el no representaba nada.

Hasta ese momento Lyud había demostrado ser una persona calmada y algo confiada, ya que había envainado su espada y se encontraba sentado sobre el suelo mientras seguía la pequeña conversación por más que no participara mucho en ella, lo que dejaba ver de alguna forma que era alguien prudente que a lo mejor estab midiendo las cosas.

Vi a Lyud sentarse en el pasto luego de haber formulado mi pregunta a Hei, tenía la impresión de que el ambiente se había calmado un poco haciendo que el primero también se relajara un poco. La reacción de los tres había sido completamente normal desde donde yo lo veía, era lógico creer que si alguien aparecía en zonas con una cantidad casi nula de jugadores…no debía tener buenas intenciones. Sin embargo, los tres nos encontrábamos allí. Lyud con su personalidad transparente me daba la confianza suficiente como saber que él no tenía interés en hacer daño a nadie, además ya me había dicho que buscaba la guarida del Boss; sabía que estaba siendo honesto conmigo. Mientras que Hei, con su forma un tanto cuidadosa para comportarse no me infundía tanta confianza como Lyud, pero su forma de aparecer frente a nosotros decía que tampoco tenía propósitos dañinos.

Me sentí aliviada cuando vi a Hei sonriendo levemente, aquello me hacía creer que mi pregunta no le había molestado...eso era bueno. A veces bastaba una pregunta mal formulada para iniciar una pelea, por ello su reacción me había tranquilizado. Su respuesta fue sencilla y bastante lógica, -que afortunado eres Hei- dije desviando la mirada al ver la suya sobre mis ojos, “¿es que nadie puede hablar sin mirar a los ojos?” pregunté para mis adentros con cierto nerviosismo. –Tu experiencia en la realidad te ayuda en el juego, debió ser más fácil para ti…-escuché que algo había caído entre los arbustos a mis espaldas, me giré para ver que había sido, -acostumbrarte- terminé mientras caminaba hacia los matorrales con curiosidad.

Busqué entre las hojas y ramas por unos segundos, hasta que encontré lo que había caído. Era un pichón de algún ave que había en estos sectores, aún era muy pequeño como para saber volar. Podía sentir los latidos del corazón del pequeño, miré a los chicos y les mostré a la criatura. –Creo que se cayó de su nido- comenté mirando hacia la copa de los árboles, “no puede estar tan arriba, habría muerto desde esa altura” pensé mientras buscaba algún nido en ramas más bajas. –Bingo- murmuré para mí misma luego de que encontrara la rama donde se posaba el nido, no eran más de ocho metros de altura. Quizá a Lyud y Hei no les interesaba ayudar a aquel pichón, sin embargo eso no me detendría. Tenía un lazo en la cabeza que hacía que mi cabello no me molestara tanto. Me lo quité y até al pequeño animal mi cinto con la fuerza justa y necesaria para que no cayera mientras trepaba el árbol hasta el nido, si lo amarraba con mucha fuerza podía asfixiarse y tampoco quería eso. Caminé hasta la base del árbol y comencé a treparlo con relativa facilidad, ya que este a diferencia del primero tenía unos cuantos agujeros donde podía agarrarme mejor. –Por cierto Lyud, ¿cómo crees que será el Boss?- pregunté sin dejar de trepar, quizá él había escuchado algún rumor interesante por allí.

- No me considero un persona afortunada - respondió ante lo que había dicho aquella chica - No si esto servirá aquí en Aincrad

Tras haber dicho esto, metió una de sus manos en su bolsillo mientras que con la otra aún sostenía la espada; pero de pronto fue sacado de sus pensamientos y demás al ver que Harumi se dirigía hacia unos matorrales que estaban tras ella, al parecer había escuchado algo en ellos.

– Por cierto Lyud, ¿cómo crees que será el Boss?

Ante esta pregunta no pudo evitar levantar la mirada hacia Lyud, y mirarlo fijamente... ¿Sería posible que el solo estuviese buscando al jefe de piso por su cuenta, o en la compañía de tan solo Harumi?... Al parecer se había topado con alguien realmente fuerte, quizás un beta,o la otra opción era que solo fuese un plyer normal algo irresponsable por hacer la búsqueda solo.

Hei permanecía apoyado ligeramente sobre su espada, y se limitaba a observar todo si es que no le hacían algún tipo de pregunta. No sabía de que iban estos tipos, pero lo bueno era que no eran agresivos, lo que le daba un poco de tiempo para descansar y poder respirar tranquilo en las zonas exteriores.

-Me hubiera gustado haber aprendido algo de esgrima antes de venir aquí…me habría sido bastante útil- solté un suspiro, -pero no se puede hacer mucho ahora- cada centímetro que subía era más fácil que el anterior, sin embargo sabía que no debía confiarme. “Quizá me termine convirtiendo en una bird-player” pensé entre asustada y divertida, me imaginé viviendo entre los árboles junto a las aves y otros tipos de animales.

Mientras trepaba el árbol escuchaba las descripciones de Boss que planteaba Lyud, parecía que tenía mucha experiencia en juegos. No pude evitar dejar escapar una suave carcajada al oírlo hablar tan inspirado, parecía que aquello lo hacía feliz de sobremanera. A veces olvidaba que estaba rodeada de personas que les fascinaban los videojuegos, para estas alturas la mayoría se estaba acostumbrando a la nueva realidad que vivíamos…¡hasta el vocabulario que usábamos era diferente! –No tienes que disculparte, al contrario…es agradable escuchar a alguien hablar con tanta fascinación sobre algún tema- dije con sinceridad.

En más de una ocasión estuve a punto de caerme, pero lograba recuperar el equilibrio sin mayores dificultades. Una vez que llegué a la rama donde se encontraba el nido me senté sobre ella y comencé a deslizarme con sumo cuidado, a la altura a la que me encontraba una caída podría significar un daño realmente serio a mis PS, cosa que no quería que ocurriera. Por algún motivo, gracias al cielo, no sentía vértigo si miraba hacia el suelo…aquello me facilitaba mucho mi pequeña travesía. Una vez que llegué al nido tomé al pichón y lo desaté para luego dejarlo con suma delicadeza junto a sus hermanos y hermanas. –Misión cumplida- dije desde arriba a ambos chicos con una sonrisa radiante en el rostro, me gustaban los animales y ayudarlos me hacía sentir muy feliz.

Miré hacia los lados con cierta fascinación, la brisa corría entre las ramas de los árboles provocando un sonido muy agradable. Cerré los ojos disfrutando aquel momento, era realmente relajante. Me acosté sobre la rama como si la abrazara, de pronto me saltó otra duda con respecto a Hei. -Hei, ¿por qué tienes tus ropas tan sucias?- pregunté con curiosidad, creí que Lyud preguntaría antes...pero ya que no había surgido la largué sin preocuparme mucho por las consecuencias. "De cualquier forma estoy aquí arriba" pensé despreocupada.

Todo permanecía calmado como desde hacía rato, :Lyud sumido en sus pensamientos, los cuales al parecer algo agobiantes, ya que si la vista no engañaba, una lágrima había rodado por su mejilla, pero al parecer Hei no había logrado verla. Por otro lado, Harumi actuaba como aquel hilo rojo de aquella leyenda japonesa que decía "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper". Según como Hei veía las cosas, aquella chica con la que se había topado, actuaba como la conexión entre ellos tres, ya que los hacía interactuar quieran o no; era algo extraño que el joven de cabellos castaños y de ropaje sucio pensara justo en eso en estos momentos, pero Harumi resultaba especial.

- Ehhhh... - pronunció ante la pregunta que le había lanzado Harumi hacia unos segundos - ...porque andaba de caza, pero como verán no me fue muy bien que digamos - dijo Hei mientras esbozaba una sonrisa y se frotaba la nuca

Después de aquella intervención de Lyud sobre como sería el Boss de este piso, al joven Gianluca le había surgido una inquietud, ya que le parecía algo sorprendente que supiera o tuviera una idea de las cosas de Aindrad, por lo que había decidido que ni bien tuviera la oportunidad le preguntaría, si es que Harumi no lo hacía antes.

El canto de los pichones y otras aves que se ocultaban en el follaje de los árboles hacían que el ambiente resultara ser completamente relajante, además estaba ayudando a relajar la tensión que había entre Lyud, Hei y yo. Mantenía la vista puesta sobre el nido de las crías, parecían estar inquietas por algo, aquello me causaba cierta inquietud…esperaba que ese presentimiento fuera solo una alucinación. Debido a ello no pude notar la actitud entre angustiada y reflexiva de Lyud, de haber notado la lágrima caer por su mejilla, probablemente habría comenzado un análisis exhaustivo sobre lo que podría haberle hecho sentirse de aquella forma.

La respuesta de Hei hizo que desviara la mirada de las aves para dirigirla a él, su actitud más relajada me hacía sentir mucho más cómoda. -¿De cacería?- pregunté entre extrañada y divertida, -¿acaso si matas algún animal en especial se convierte en carne comestible o algo así?- aún era principiante en lo relacionado con juegos y más aún en SAO, pero si no era capaz de preguntar entonces tampoco podría aprender mucho. “La curiosidad es la clave del aprendizaje” las palabras de mi padre resonaron en mi cerebro en ese instante.

Las palabras de Lyud, o mejor dicho su forma de describir al boss, me hicieron recordar a dos personas: la primera, a mi hermano Ryusei, quien era un verdadero profesional cuando se trataba de video juegos de todo tipo. Y la segunda, mi compañero de grupo Oga; quien además parecerse mucho a mi hermano, era un beta tester…lo que le daba una ventaja considerable por sobre otros jugadores. ¿Acaso Lyud también era un beta?, aquella idea me parecía bastante interesante. Ya me había visto envuelta en un ataque desenfrenado de jugadores por información que proviniera de Oga…definitivamente no tenía ganas de verme en otra situación como esa en la vida. Pero el hecho de que estuviéramos solo los tres en este lugar, me daba la seguridad de que no habría peligro de multitud loca aproximándose o algo parecido. –Si no te molesta mi pregunta Lyud- usé un tono de voz delicado, -¿eres un beta tester?- no sabía si aquello podía incomodar al chico, esperaba que no fuera así. Le sonreí de forma dulce para darle un aire de inocencia a mi pregunta, había oído rumores de que muchos de los beta testers estaban trabajando para encontrar la habitación del boss; cosa que encajaba perfectamente con sus motivos para estar en estos lares.