Ciudad de los Inicios

Saito ya estaba en casa, había regresado de la universidad de entregar unas notas de sus informes acerca de unos trabajos, estaba algo cansado y solo decidió ir a su cuarto al cual se fue en un silencio sin igual.

Cuando le chico llego quedo en silencio miro que había una caja sobre una mesa donde suele hacer sus trabajos, se acerco tenia una pequeña nota sobre la misma, un regalo al parecer de sus padres, no le vio el lado malo y decidió abrirlo sin demora, tal vez algo que le ayudara a sus estudios podría estar ahí.

Saito miro lo que estaba dentro un casco y una copia de un juego, sonrió sabia que era lo que estaba dentro, había escuchado sobre ese invento y los rumores que había de el, simplemente leyó las instrucciones y después de eso procedió a conectarlo con sumo interés, una vez terminado los preparativos Saito se recostó en su cama cómodamente para comenzar con el afamado invento que habia recivido esta tarde.

-Link-Sart-

Fueron las palabras de Saito y al momento sintio como su cuerpo en si se desconectaba de aquel mundo, en sus ojos varios tonos comenzaron a verse mirando como es que los colores se movian alrededor, pero finalmente llego a un menu, lo configuro para el, eligio su nick y su contraseña y despues de eso quedo en suspension unos cuantos segundos mas, cuando finalmente se digitalizo en lo que era el nuevo mundo.

-Esto... es real...-

Fue lo que digo mientras se vio como incluso no era el si no su avatar, un chico alto de cabellera larga y suelta hasta la cintura, a diferencia de la de saito que era cortada en capaz y acomodada en una coleta, un traje azul, y su clasica piel palida.

-Es facinante como es que esto es tan real-

Miro sus manos aun no podia creerlo todo eso se sentia sobre real, simplemente se quedo examinando todo con la vista era lo que mejor podia hacer en momentos asi, era como una habilidad que tenia.

Había salido. Después de cuatro meses. De aquella habitación tan acogedora y calentita. La gran cantidad de oxígeno que había en el ambiente me asfixiaba. La mirada de la gente me ponía nerviosa, y mis cortas piernas no podían abarcar tampoco mucha distancia, por lo que tardaría el doble que una persona de mayor envergadura en atravesar todos los recovecos que la ciudad me ofrecía para alcanzar mi objetivo: comprar SAO. Necesitaba ese juego, y lo necesitaba en ese momento. No quería seguir en la calle, sintiendo cómo todos los compañeros de su instituto que pasaban a su lado dejaban escapar risitas o cuchicheos desenfadados, sin siquiera poner atención a que ella estuviera presente. No les importaba nada ni nadie. Iban a comerse el mundo, iban a ser personas con un futuro asegurado. Personas a las cuales no les pedirían el carné de identidad al entrar a algún pub solo porque parecieran más pequeños. Suspiró, acelerando el paso, casi comenzando a correr…o a volar, según cómo se mirara, pues sus pies apenas parecía que rozaran el suelo. Simplemente se había puesto sus converse negras y no se había molestado en cambiarse. Hacía un calor horrible. Sus cabellos rubios, recogidos en dos largas coletas, golpeaban la parte trasera de sus rodillas al compás de sus pisadas rápidas y de su respiración sobreacelerada. Como único atuendo, llevaba puesta una anchísima camiseta blanca con algunos ideogramas caligráficos japoneses que había comprado su madre para obligarla a cambiarse de ropa. Sin embargo, aquella camiseta se había convertido ya en su indumentaria habitual, la más cómoda y la que mejor le quedaba…a alguien que apenas salía de casa.

Llegó a la tienda después de unos cuarenta y cinco minutos de sufrimiento…para “deleitarse” con aproximadamente dos horas de cola, donde el sufrimiento se culminó al llegar al final, cuando los vendedores comenzaron a tomarla el pelo por su corta estatura y subestimándola porque no sabría jugar a aquel juego tan complicado por falta de habilidades. Enfadada, compró SAO y corrió de nuevo de vuelta a casa, murmurando entre dientes. Cuando llegó, por primera vez en cuatro meses, se sentó a comer con su familia, y tanto su madre como su abuela, algo sorprendidas, asustadas y felices al mismo tiempo, comieron tranquilas por primera vez desde hacía cuatro meses. Sí, todos estaban contentos y en armonía. Mei, muy decidida, miró a sus parientes a los ojos y les confesó que quería volver a vivir con ellas de nuevo como normalmente había hecho, sin importarle la opinión de los demás, pero que necesitaría ayuda. Ambas la abrazaron fuertemente, estrechándola entre sus cuerpos, y ella, ya en un estado de absoluta plenitud sentimental, anunció que subía a su cuarto para probar aquel nuevo videojuego. Tanto su madre como su abuela le desearon buena suerte y salieron a comprar carne para la cena, preparadas para celebrar “la vuelta” de Mei.

Se tumbó en la cama después de desconectar el Nerve Gear de la corriente, donde lo había dejado cargando. Se mordió el labio inferior, nerviosa, y se lo colocó en la cabeza, a modo de casco. Con el corazón latiéndole a mil por hora y escuchando el sonido de su respiración, abrió la boca, un poco seca a causa del nerviosismo, para pronunciar las tan esperadas palabras que llevaba tanto tiempo queriendo decir. - ¡LINK START! – Y finalmente, todo empezó a dar vueltas, y su cuerpo cayó con un golpe sordo sobre el suelo del nuevo mundo donde se encontraba: Aincrad. Sorprendida, se puso en pie y se miró las manos…¡las manos virtuales! Era impresionante. Todo aquello que la rodeaba no era verdad…pero en sí era tan real…tan palpable que parecía incluso que el mundo donde ella estaba tumbada en la cama era el de mentira.

Emocionada por el hecho de estar allí, pensando qué tendría que hacer ahora, le aterró la idea de no saber muy bien adónde ir o qué armadura comprar, qué skills elegir…-¡Oh, no importa! ¡Vamos allá! – Exclamó, fortaleciéndose con sus propias palabras, y levantó ambos brazos, saltando para despejarse un poco. Entonces, pensó que lo primero que tendría que hacer sería buscar un equipo con el que subir de nivel más rápidamente. Se mordió el labio inferior y colocó su mano encima de sus ojos para tapar el brillante sol que se derramaba sobre todos los jugadores. Pensativa, se fijaba en la sonrisa de cada uno y la clasificaba rápidamente en su escala personal. Sí. Mei era una de esas personas que tenía una escala para clasificar a las personas. En este caso, ella lo hacía dependiendo de la sonrisa que tuvieran y el impacto que causara en ella dicha sonrisa. De hecho, ninguna de las que estaban cerca le gustó, por lo que comenzó a correr con un suave trote por el lugar, buscando al chico o chica que tuviera la sonrisa perfecta para ser su compañero.

Cuando iba a darse por vencida atisbó un brillo naranja cerca de ella, y volviéndose hacia ese lado, consiguió vislumbrar a un jugador de bastante altura pero que tenía una sonrisa resplandeciente. Abriendo los ojos a causa de la sorpresa, apuntó en su mente que aquel chico debía ser su compañero. ¡Menuda sonrisa! ¡Eso sí que era reír! Apresurada, corrió hacia él y cuando fue a detenerse, a causa de que él se había parado de repente, chocó contra su espalda, haciéndose daño en la frente, y cayó al suelo, frotándose la zona dolorida sobre su nariz.- …Au…- Se empezó a acumular agua en sus ojos y se mordió el labio para aguantarse.- …S-s-sé…`-su voz estaba gangosa.- …c-chico de la bandana n-n-naranjgjgja…d-de mgmgi equipo…--Le pidió de una forma un tanto extraña, aguantándose.

-A ver...¿Por dónde puedo empezar?- dijo, mientras volteaba de lado a lado, observando a toda la gente a su alrededor en su rango de visión hacia adelante, buscando un mercadito...alguien que regale guías, lo que sea para comenzar -...Bah.- dijo casi en un suspiro, mirando hacia adelante -A mi nunca me hicieron falta esas cosas.- comentó cruzándose de brazos para proseguir hablando -Aunque éste lugar es muy grande y no entiendo un pomo...- terminó de decir alzando la vista al cielo con una clara expresión de confusión, algo pensativa y dudativa...hasta que, ¡THUMB! -¿?- algo le empujó la espalda y, obviamente, generó un movimiento casi de espasmo sobre el muchacho de cabello amarronado y extenso, al igual que sus ojos revoleados hacia el cielo pasaron hacia adelante, con una expresión notable de sorpresa y un faltante -¿Qué caraj...?- y al girar su cuerpo, aún con los brazos cruzados, observó a una niñita de extensa cabellera rubia tirada en el suelo mientras que sus ojos se tornaban cristalinos repentinamente...incluso, algunos seseos y palabras extrañas podían oírse de los labios de la niñita tumbada en el suelo -...Pero qué le pasa.- pensó fugazmente mientras la miraba directamente, aún demostrando una expresión aunque serena, atenta y casi neutra -Oye- comentó, para ponerse de cuclillas justo frente a ella -¿Te perdiste, niña?- le preguntó con una simpática sonrisa que estaba dibujada en todo el contorno de su rostro sin mostrar los dientes, observándola a una distancia ligeramente prudencial.

-¿Entraste con tu hermano mayor o algo así? Me da un poco de mala espina dejar a una chiquilla tan pequeña como tú por aquí...- dijo mientras viraba el cuello hacia uno de los lados, con expresión bastante apacible -...Aunque, ¿Quién dice- volteó a ella fugazmente, mirándola a los ojos -que no eres un asqueroso pervertido viola-pulpos que está detrás de una frágil niña rubia?- dijo ahora...casi con seriedad, pero con un notable aire de broma al igual que esa final sonrisa que le dedico, y una pequeña risita liberada de sus labios mientras le miraba, atento a lo que ella sería capaz de contestarle a continuación...claramente, dependiendo de su reacción, sabría si era o no lo que aparentaba ser.

Off:Sigue por acá, así que tanto yo como Mei nos vamos del temauuuiuiu

El Nerv Gear.... tenia ya horas solo viéndolo solo en mi cuarto, esperando que fuera hora de que abrieran la entrada a SAO al publico en general. Ya había realizado todas mis necesidades basicas, me bañe, comi, me arregle y por supuesto fui al baño, todo en un meticuloso orden que no era diferente al de mi vida diaria, de cualquier forma, esta vez era con un propósito diferente.
A la 1:00 pm en punto me coloque el casco e inicie el sistema -¡Link Start!-.... la primera interfaz era algo curiosa, tenia que crear mi avatar en una especie de sueño muy vivdo.
-mmmm veamos, hay muchas opciones como para que todos seamos diferentes, pero aun asi son algo genericas...... cabello casi de mi tono, no lo hay tan oscuro....... ojos casi iguales si hay....... tez un poco mas palida, tampoco hay exactamente de la mia....... la altura tiene sus intervalos, no puedo elegir 1.86...... 1.85 sera entonces..... creo que asi esta bien-
No era necesario hacer un avatar inventado, de las pocas personas que me conocian ninguna estaria en SAO, ni se imaginarian que yo pudiera estar ahi.
Una vez dentro todo era justo lo que esperaba, habia muy poca diferencia con el mundo real, con excepcion de un cierto brillo que lo cubria todo, y la extraña sensacion de estar en un lugar totalmente nuevo y de que cualquier cosa podia pasar.
Me observe bien y comprobe que me veia realmente muy parecido a mi, mire el inventario -Como lo imagine, equipo basico y generico, no es la gran cosa pero servira por lo pronto- este era solo el inicio, por fin estaba aqui y todo era justo como imagine que sera, no se habian equivocado al diseñar este juego, solo esperaba poder lograr mi cometido.....

Ya eran las 1 pm había esperado días este ansiado momento, pronto mi mama volvería al trabajo después de su hora de almuerzo, estaba desesperado los minutos se me hacían horas pero guarde la calma, de todas formas no quería que me preguntara nada. Habian pasado unos minutos de las una y mama dijo.

-Muy bien debo irme, deséame suerte hijo-

-Claro mama!-
dije con una amable sonrisa en el rostro.

Vi como cerraba la puerta mientras sonreía.
Ya se había ido, al fin estaba solo no podía aguantar mas siempre me habían gustado los videojuegos, y este era uno completamente revolucionario. Subí hacia mi pieza tranquilamente aunque realmente hubiera deseado correr.

Una vez en ella podía apreciar el extremo orden de como la había dejado hace 2 días, realmente no soy muy activo y paso la mayor parte de mi tiempo en videojuegos, por esto la pieza duraba días eh incluso semanas limpia y ordenada.
Rápidamente tome mi casco y me lo coloque en la cabeza, estaba nervioso, pero nunca pensé en arrepentirme, recordé las instrucciones (las cuales ya me sabia casi de memoria) y dije la tan esperada frase.

-Link Start!-

Podia observar como miles de ideas, emociones, imágenes y demás entraban en mi mente. Después de configurar todo de manera extrañamente mental procedí a una pantalla blanca la cual me decía

"Bienvenido a Sword Art Online"

Hay estaba lo que ahora era yo, un muchacho perfecto física y mentalmente parecido a mi... no... El... Soy yo...

Emocionado me puse a mirar a todos los lugares que pude, veía gente feliz, gente eufórica y gente relajada. Eso me demostraba que ya no estaba en ese horrible lugar que llaman "Mundo real".

"Bueno vamos a ver que ofrece este mundo"
pensé

Mientras corría sin rumbo hacia donde parecía haber menos gente.

La Ciudad de los Inicios resultaba realmente tentadora, todo se veía rústico, incluso medieval. Los PNJ que se encontraban detrás de sus tiendas, los herreros e incluso las ropas por defecto del juego resultaban muy adecuadas para un juego al estilo Final Fantasy. La verdad es que no había elegido un avatar muy distinto a mi, quizá me había hecho un poco más bajita... pero quitando eso era una copia a mi yo real.

Lo único que era una lástima es que mi grupo de amigos nerds y yo no podríamos jugar juntos. Sólo teníamos un NerveGear y yo había ganado la apuesta. Así que el primer turno lo había ganado yo, igual... con el trabajo habíamos quedado en comprar otro y rifarlo de la misma manera, es decir, si es que volvían a salir NerveGear.

Caminé admirando todo, y decidí finalmente sentarme en una banca para admirar el paisaje.

Uno de los lugares que mas le agradaban era la ciudad de los inicios, tenia un sentimiento extraño este lugar, pero le resultaba agradable. Ya que el BT había terminado, estaba ansioso por empezar el juego real, cosa que no tardo mucho en suceder. Y con la noticia dada, el servidor abierto oficialmente, se apresuro a terminar sus deberes escolares y llegar a su departamento, sin dudarlo dejo su mochila a un lado y la caja de materiales en la mesa, para luego acostarse en su cama y colocarse el casco del videojuego

- LINK START

Y se encontraba de nuevo allí. en la ciudad de los inicios, no dudo en buscar si había algún cambio, mirando cada detalle, a los jugadores, era una inmensa cantidad de personas allí, y todo se sentía mas real. No pensó dos veces antes de caminar entre la multitud mirando los items que los NPC ofrecían, mientras en su mente trazaba que seria bueno, mirar un rato mas la reacción de los usuarios, o aventurarse directamente a buscar misiones y tal vez matar monstruos.

Todo comenzo una agradable mañana en la que se apreciaba el cielo azul sin nubes lo que hacia que los rayos de sol entraran por la ventana y al tocarte te diese una ligera calidez. Hoy era el gran dia, el dia mas esperado por mi, hoy estrenaria el SAO despues de haber esperado tanto y haber conseguido una copia de pura suerte ya que no quedaban casi.

Me puse a conectar todo y a configurar mi internet para que no se colgase y fuese a la maxima velocidad para el funcionamiento perfecto del juego. Este no era el primer MMO al que jugaba, pero si el primero en el que te adentras con tu cuerpo, era increible. Cuando lo conecte todo me puse el casco y me tumbe en la cama y dije:
- ¡Link Start!
y espere las instrucciones de que pasos seguir. En cuanto conecto y dio todos los OKs seleccione el lenguaje del juego y me dispuse a crear mi personaje.

Derrepende apareci en una ciudad la cual se llama: La Ciudad de los Inicios. Toda la ciudad estaba llena de otros jugadores los cuales estaban tan emocionados como yo al ver el juego por primera vez.

Setsu acababa de llegar del instituto, estaba cansado de soportar a sus compñaeros y sus quejas acerca de él, de los profesores y de sus charlas acerca de fiestas, “chicas”, etc. Ya no tenía baterias en su MP3.

Se sacó lus audífonos y los despositó encima del escritorio. Se tiró sobre su cama. Estaba lloviendo fuera, estaba de buen humor. Observó su NerveGear que estaba apoyado sobre la pequeña mesita de luz que estaba junto a su cama. Lo tomó y se lo puso en la cabeza. Dio un suspiro y cerró sus ojos. Sword Art Online abría sus puertas oficailmente hoy, no quería perderselo.

-Link Start-

Las imágenes y colores volaron ante sus ojos y, finalmente, ante sus ojos apareció la imagen de la Ciudad de los Comienzos, su viaje a travez de Aincrad había comenzado. No sería muy apropiado quedarse solo en un mismo lugar, así que comenzó a caminar por las calles de la ciudad.

El rumor de cientos de almas en pena entró por la sala con una alborotada y aleatoria formación, no eran enemigos... no eran más que personas. Eso le había dado cierto tono de comicismo al asunto.Su tono grotesco parecía sacado de una de las representaciones teatrales de los libros, graciosos pueblerinos que intentaban refrenar el paso de la historia... Una lástima que la partida había terminado mucho antes de que ellos tuvieran noticias sobre ella, pero... aún así seguía siendo realmente divertido.

Los aires de misterio parecían agrandarse a cada paso que daba, y las palabras de sarcasmo de su acompañante sonaron como una brisa fresca en sus oídos, indudablemente... sería entretenido. Unas palabras de despedida sirvieron para separarse de la compañía, para momentos depues llegar a su piso con un objeto entre manos.

Con una sonrisa pésima llena de melancolía llegó al dormitorio y dejó caer el objeto sobre la cama.La memoria del dolor era impresionante, hacía que cada segundo se estremeciera con solo pensarlo; mas cuando se descubrió pensándolo bufó a modo de risa, nunca más sería una víctima... pero durante su corta e intensa vida muchas veces lo habían sido.

Se acostó en la cama y se puso el casco con la mirada perdida -Link Start- Las palabras escaparon de su boca como un poema.

Ya había pasado un rato desde que había comido y me encontraba en mi habitación. Había sacado todo lo necesario para el juego y lo tenía bien ordenado por el suelo. Cogí el casco necesario para poder jugar. Lo giraba para poder verlo con todo detalle. Lo dejé en el suelo, en el mismo lugar de donde lo había cogido. Tomé nuevamente las instrucciones del juego. Quería estar segura que lo hacía todo bien desde el principio, la preparación, la conexión y todo lo que hiciese falta para disfrutar de aquel juego.

Tras ponerlo todo correctamente me senté en la cama con el casco en las manos. Estaba algo nerviosa porque era la primera vez que jugaba a un juego online y nadie me acompañaba para, al menos, ayudarme en los inicios y explicarme cada cosa que necesitase. Tendría que aprender por mi cuenta y eso, en cierta medida, me aterraba. Cogí aire y me puse el casco. Tras colocármelo de tal manera que me resultase cómodo me tumbé e inicié el juego.

No sabría decir cuánto tiempo estuve creando mi personaje. No solo no me decidía, sino que con la mayoría de lo que le ponía como pelo o colores me gustaba, pero al final opté por tener un aspecto a mi para no sentirme extraña. Lo siguiente fue una mezcla de sensaciones entre sentirse muy liviana a sentir un gran peso en el momento de entrar en el mundo que el propio videojuego planteaba.

Allí estaba yo rodeada de multitud de gente. Seguía sintiéndome extraña, imaginé que se me acabaría pasando pero quizá era porque no conseguía moverme en absoluto.- ¿Cómo voy a jugar si no me puedo ni mover?.- Nunca había jugado a un mmorpg pero si el resto de personajes se podían desplazar, por qué yo no. Comencé a discutir conmigo misma quejándome de cada una de mis partes del cuerpo y llamándolas tontas. Al cabo de un rato comencé a poder mover mi cuerpo. Me sentía demasiado patosa y deseaba que nadie me estuviese mirando en ese momento y viese lo inepta que podía llegar a ser con este tipo de cacharros.

Cuando ya conseguí control sobre mi misma me miré la ropa y las manos.- [color=crimson]Podían haber dejado escoger una ropa algo más bonita[color].- Y sin saber cómo una pantalla apareció en mi mano. Con cara de asomo investigo lo que tenía delante.- ¿Qué es esto? A ver... hay una espada, algo azul y unas botellitas rojas.- Toqué lo que era el objeto azul y noté como se colocaba en mi cuerpo.- ¡Anda! ¡Pero si es ropa!.... aunque sigue sin ser bonito.

Subió corriendo a su cuarto después de entrar a su casa a toda prisa sin saludar a sus padres y a su hermanita. Por fin tenía en su adquisición el videojuego que tanto deseaba tener. Se apresuró a tumbarse en la cama y se coloquó el casco que sería capaz de llevarle a intentar a descubrir si de verdad su vieja amiga se encontraba allí...Estaba nervioso, sólo dos palabras podrían llevarle de la realidad a un mundo virtual...:

-¡Link Start!

De repente, abrió los ojos y apareció en un mundo virtual. Justo como había imaginado. -Esto es mucho mejor que el mundo real- Pensó, y sonrió con una media sonrisa, y se adentró en aquella extraña realidad virtual.
La Plaza de los Inicios, le pareció tan fascinante que cuando le habían contado unos amigos internautas que Kai tenía. Estaba lleno de gente, lo que le pareció realmente divertido y acogedor. Empezó a mirar a todos lados, pensando que ella se podría encontrar en alguna parte, en cualquier rincón de este mundo, y no se iba a quedar ahí para esperar, como si de un milagro se tratase, que la chica se paseara por allí. Sería demasiado fácil, y a K, que así era su nick, le gustaban los retos. Acto seguido comenzó a caminar por aquel espacio amplio y dio paso al empiece de su búsqueda.

En el momento que la novena llegó a SAO se asombro por lo real que se sentía en aquel mundo,pero no lo demostró como era costumbre de ella por su personalidad solitaria,y aunque todo la impacto y la atrajo no olvido su misión, ella estaba allí para reclutar nuevos integrantes para la guerrilla en la que ella trabajaba y no para jugar como todos aquellos que estaban allí. Después de estar un largo rato allí se sintió por un momento como se sentía cuando sus padres y su hermano aun estaban vivos,esto la hizo reflexionar sobre lo que estaba haciendo,sobre como se sentía al ser manipulada por aquellos guerrilleros por lo tanto en ese momento se dijo a si misma:"debo dejar de vivir de esta forma yo nunca e sido muy inclinada a recibir ordenes por eso no voy a reclutar gente para que obedezcan a otros lo voy a hacer para que me obedezcan a mi, y creo que se como es la mejor manera de hacer que me obedezcan voy a hacer que primero me admiren siendo muy buena en este juego y después los convenceré de que se unan a mi en el mundo real por eso dominare SAO y luego me vengare de aquellos que asesinaron a mis padres, y creare mi propia milicia, la mas poderosa del mundo outer heaven " después de pensar todo esto la novena se fue en busca de aquel poder que la haría alcanzar su nuevo sueño.