La Cacería del Chef! GRUPO 3

El acontecimiento de hacía poco tiempo había sido conmocionante. Encerrados? en SAO? en un Juego?. Parecía una broma de mal gusto! No podíamos salir, si nos desconectaban desde afuera estábamos muertos y si moríamos dentro del Juego, nos freían el cerebro. Era algo muy difícil de procesar. Por suerte, mi mente y mi experiencia previa en el juego me había salvado de la peor desesperación que muchos había caído. Había sentido que algo se quebraba dentro mío cuando dieron el aviso, pero casi inmediatamente me había recuperado para indicarle a Agnon que saliéramos de la Ciudad y que comenzáramos a trabajar. Si debíamos sobrevivir, teníamos que aprender como valernos por nosotros mismos.

Así era como marchaba junto a mi compañero con rumbo a la ciudad Torubana. Según recordaba, allí había una misión un poco sencilla que te enseñaba a cocinar lo básico. Si, así era. Cocinar era importante, y más ahora que no sabíamos cuanto tiempo estaríamos encerrados en SAO y, por raro que pareciera, tambien sentíamos hambre en el juego. Miré de reojo unos segundos a mi amigo mientras llegábamos a la Ciudad Torubana. "Según recuerdo, ésta era la ciudad de la misión, pero deberíamos averiguar bien donde está al pnj que la otorga, porque no lo recuerdo para nada..." dije mientras me rascaba la cabeza concentrado. Miré un guardia de la Ciudad que era un Pnj y me dirigí en su dirección para sacarle información y volví a Agnon con la data. "Ya está, vamos a ello..." aseguré mas convencido.

La mirada de Agnon se mostraba vacía, sin ninguna expresión visible. Su cabeza daba vueltas en todas direcciones. Pensaba en su vida, en lo que pasaría si simplemente muriera, si su tía llegaría a sacarle el casco mientras estuviera cazando dragones, si sus amigos se preguntaran donde demonios estaría, o si simplemente pudiera morirse de hambre... hambre, eso era lo que sentía ahora mismo. Unas horas luego de entrar a SAO había comido aquel bocadillo gris que le había aparecido en el inventario como un simple aperitivo, pero la verdad era que su hambre no había desaparecido.

Camino en silencio junto a Gabranth mientras se tomaba la panza, su estomago hacia ruido... algo extraño en un mundo virtual. Sin saber si volvería a ver a su tia, Agnon mantenía su mente firme. Aquella pequeña de pelo negro había dicho que la única manera de salir era derrotando al ultimo jefe del ultimo nivel, y lo único que podía hacer para volver a su vida era sobrevivir... si.. sobrevivir.

Sonrió al pensar en que podría hacerlo, superaría este maldito juego en el que se encontraba encerrado y convertiría a este mundo suyo, no se rendiría.

Ya con sus ideas aclaradas, miro hacia el frente esperando a su compañero, Gabranth había pasado ya por este juego unos meses atrás como beta-tester, no era una decisión tonta pensar que al estar a su lado podría subsistir y ganar fuerza, por lo que no perdería esta oportunidad.

- Vamos por favor, me estoy muriendo de hambre... si eso es posible aquí. - Comento Agnon soltando un resoplido por su nariz, con una mano al estomago camino hacia el PNJ que los llamaba.

Aroma de mar y música de violines se cortejaban en los pasillos blancos del pueblo costero, y particularmente un aroma fuerte y caliente se pasea por sus narices por más extraño que les parezca, e instintivamente el estómago se les retuerce con violencia ( indistinguible si es su PJ o en verdad su persona postrada allí afuera del juego ). Si siguen ese olor de camarones, arroz, ajo y azafrán los llevará hasta una multitud de gente que se apasiona por servirse de un bocado.

La verdad es que está bastante lleno, y una risa prominente se escucha en su centro, seguido del sonido de unas cuchillas y la exclamación del público con el silencio del asombro. Con cierta dificultad por la muchedumbre que se amontona en la zona, hay un holograma desprendido desde un cartel, que difícilmente se entiende por el cuerpo atravesado de un jugador que definitivamente ignora o desconoce de tal cosa atravesando sus muslos y cintura.

Esta será la OST de la quest :

Varios olores se entremezclaban en la calle del Pueblo Torubana. Levanté la cabeza y la nariz al reconocer un olor en particular... Comida... mas parecido al olor de una paella. Mis ojos se aclararon un poco al reconocer la cercanía con nuestro objetivo. Creía recordar que la quest estaba en un lugar que olía a paella, por lo que me detuve entre la multitud para divisar bien el lugar de donde provenía. Lejos de nuestra posición, se veía un tumulto de gente arremolinada ante lo que parecía ser un puesto de comida.

Toqué a Agnon en el hombro y señalé dicho lugar con la cabeza. "Parece que encontramos comida..." aseguré mientras sonreía. Y me dediqué a correr hacia la turba y el olor a comida. Demasiadas personas amontonadas no dejaban ver el centro del lugar, de donde provenía una voz alegre y prominente... seguido del ruido de cuchillas. Tanta gente había que había un jugador que estaba atravesado por un holograma. Me abrí paso a los codazos, indicándole a Agnon que me siguiera, y llegué al centro para observar de que se trataba tanto amontonamiento... y de paso le eché una mirada al holograma...

Los ojos de Agnon se volvieron dos esferas negras cuando un aroma de comida digna de dioses perfumo suavemente su nariz. Sus músculos se retorcieron al sentir a su estomago gritar de agonía, debía comer algo...

Gabranth no logro a terminar su comentario cuando notó la mirada asesina en el rostro de Agnon, ya no era el mismo. - ¡¡¡Córranse mierda!!!- Se le escucho exclamar mientras se abría paso a las patadas y empujones. Cuando al fin logro llegar al centro apartó de una patada en el rostro a aquel que se encontraba obstruyendo al holograma, su estomago grito con mas fuerza.