Historia de familia [Privado]

Desperté lo más temprano que pude ese día, incluso si no me gustaba hacerlo ya me había acostumbrado, a fin de cuentas mi trabajo lo demandaba y dado los resultados que había adquirido, no me podía quejar. Pero esta ocasión era diferente, todo el día lo tenía libre, completamente libre para poder convivir con mi familia; el motivo era simple pero a la vez muy importante para todos, el cumpleaños de Blake. Además de mi propio cumpleaños, esta era una de mis fechas favoritas, ya que la familia se reunía y podía estar con mis dos queridos hermanos mayores a quienes por motivos de trabajo, ya sea de parte de ellos o mío, no podía ver tanto como quisiera y como hacíamos cuando éramos más pequeños.

Pero no pensé tanto en el momento, tenía que vestirme, peinarme, maquillarme; todo lo necesario para estar impecable ante todos, así que no tenía tiempo que perder, y tomando el atuendo especial escogido para la ocasión, y esta vez sin ayuda de nadie me puse manos a la obra. Me tardé lo justo y necesario para poder verme al espejo y encontrar la imagen perfecta para el momento, no había más que hacer, la fiesta aun empezaría en unas horas así que tenía tiempo libre.

Salí de mi habitación, todos estaban ocupados, los sirvientes corrían de un lado a otro con sillas, manteles, flores y demás parafernalia preparada para el gran evento; era lógico todo el show que se montaría, Blake sería la estrella de la noche y se lo merecía; sonreí con satisfacción al ver todo el movimiento, y dejando hacer su trabajo a los encargados decidí alejarme para no estorbar. Aun así toda la casa estaba vuelta loca, no había sitio tranquilo en el cual poder estar y no quería encerrarme en mi habitación, caminé por pasillos, abrí puertas, nada. Fue entonces que recordé un lugar al que entraba muy de vez en cuando, el jardín botánico.

Aceleré el paso, entré, el lugar era muy hermoso y pacífico en realidad, me adentré observando las plantas y flores que rodeaban el lugar, fue entonces que vi a Roy recostado en el césped. Mis ojos se iluminaron de alegría, era él con quien menos convivía de mis dos hermanos aunque lo tuviera más cerca y no quería desaprovechar la oportunidad de estar con él. –¡Roy!- lo llamé mientras me acercaba a él. Respondió algo desanimado y se puso de pie, me hizo una pregunta, pero eso no importaba ahora. –Ha pasado mucho tiempo.- dije alegre y no contuve mis ganas de abrazarlo, sabía que esto le incomodaba, Roy era una persona seria y reservada, no mostraba mucho sus emociones, pero estaba segura que era un hombre amable y cariñoso si se proponía a serlo. –¡Oh vamos! Así saludas a tu hermanita después de tanto tiempo sin verla.- le dije con un tono de molestia, di un paso hacia atrás y le di la espalda. – Sí he estado ocupada, pero este día es solo para mis dos queridos hermanos.- Lo miré de nuevo y sonreí. –Eso es mucho más importante que cualquier película ¿no?-

Sus muestras de “efecto” eran tan simples como un par de palmadas en la espalda, no podía pedir más aunque lo quisiera así que no dije más antes su demostración, después comentó que me veía a diario, era cierto y era genial verme a mí misma en tantos anuncios, revistas y demás, no me molestaba en lo absoluto aunque ya no pudiera salir a la calle con normalidad. Aún así, aunque él pusiera verme a diario como él decía, no era lo mismo de mi parte, creo que él no se creía mucho mis deseos de verle y el cariño que le tenía, lo cual en vez de molestarme me entristecía un poco en realidad ya que en cierto punto entendía el por qué de su actitud. Bajé la mirada. –No es lo mismo… aunque me veas, yo no te veo a ti. Y cuando estoy libre y te busco nunca estás…- Sabía que me evitaba y a Blake.

Habló sobre la “novia” de Blake, escuchar hablar de ella sí me molestó. No me agradaba la idea de que las mujeres asediaran a mi hermano, todas eran un montón de falsas cazafortunas que solo les gusta presumir. –¡Ja! Supermodelo, ella es una simple aprendiz que se quiere ganar fama, Blake solo está con ella por ser bonita y porque le gusta alardear, ya lo conoces- Suspiré y hablé tratando de no darle tanta importancia al asunto. Aun así no pude ocultar tanto como quería mis característicos celos.

Contestó a mi última pregunta y se alejó un poco recargándose sobre un árbol, lo seguí e hice lo mismo a sus espaldas, busqué su mirada girando la cabeza hacia el lado del árbol donde él se recargaba. –Lo es, es obvio ¿no? Son mi familia.- Hice énfasis en la palabra “familia”, volví mi mirada hacia el frente y después observé la copa del pequeño árbol en el que estábamos. –Sí, es gratificante ya que me consideran buena en lo que hago.- dije orgullosa ante su último comentario. –Pero más vale que no se los des ¿eh? .- Dije algo burlona y solté una risita. –O… bueno tal vez… si son lindos.- Dije en broma y me paré frente a él esperando su reacción. –Dime, ¿cómo son eh?- Ladeé mi cabeza sin borrar la leve malicia en mi sonrisa.