Curiosidad.~ [Privado/Black]

Una vez más saliendo de la oficina del “director”, estúpida escuela y estúpida vida, ¿por qué me hacían esto a mí?, muchas veces le dije a madre y padre que no quería venir, que no tenía nada que hacer aquí y aun con todo eso estaba de manera obligada a morirme de aburrimiento en este sitio. El señor Kliff más de una vez me había preguntado cómo era posible que alguien como yo fuese hermano de dos artistas famosos, un cantante y una actriz, la verdad ni yo lo sabía pero ciertamente preferiría ser uno más de la multitud, alguien sin hermanos famosos ni riqueza, extrañaba cuando éramos de la clase media, no había escuelas caras ni gente viéndome a cada momento, no tenía que lidiar con cada cuchicheo a mis espaldas ni con chicas molestas que a veces solo se querían acercar no por mi sino para que les presentara a mi hermano, maldita sea la sociedad en la que me han metido. Llegue al sitio donde se supone iba a tomar la siguiente clase, tuve que hacerlo porque de no venir aquí estaría una hora en un salón escuchando a un profesor hablar de la historia de la música y eso me mataba.

Al menos afuera podía fingir prestar atención cuando no era así, el otoño estaba presente y eso ni me molestaba ni me importaba, para mí era indiferente, este sitio era como cualquier otra cosa en mi vida, es decir, molesto y sin objetivo. Avance con las manos en los bolsillos, no traía mi libro y me daba lo mismo, total no pasaría de que el profesor me regañara y después todos se burlaran de mi como siempre. Aparentemente había adelantado mi marcha pues apenas llegar una chica me hablo de manera firme, ¿acaso todas las niñas de este sitio se sentían dueñas del mundo?, aparentemente así era -¿Tonto?, si claro, siempre soy el tonto…- dije en una forma desinteresada, total sabía bien que muchos me llamaban así, el tonto hermano de un artista famoso, el hermano perdedor de una actriz destacada, el inútil sin oficio de una familia adinerada, el chico cuyo único talento no valía nada para la sociedad donde nos desarrollábamos. No dije mucho más y pase a tomar asiento en el mismo sauce pero a un costado, sin hacer contacto ni físico ni visual con la otra estudiante.

En ese momento dos chiquillas de edades menores se acercaron a mí y como siempre, con voces ingenuas preguntaron emocionadas si yo era hermano de Blake -el tonto nombre artístico que se puso- hice una mueca de desprecio y solamente negué, ellas insistieron pero yo me quede callado hasta que de una maldita vez por todas se fueron -Odio este lugar…- mencione en voz baja mirando a todos los demás alumnos, tan diferentes a mí, todos tenían “habilidades” que sus familias apreciaban, todos venían de hogares artísticos, pintores, músicos, escritores, actores, pero yo…yo no era nadie aquí, solo la sombra de un hermano famoso…es lo que siempre he sido y aparentemente es lo que siempre voy a ser.

Me quede ahí sentado, tomando algunas hojas y rompiéndolas entre mis manos, era más interesante que ver a las chicas y chicos pasar de un lado a otro hablando de cuando iban a dar un concierto, de cuanto pagaron por alguna pintura suya o de que libro estaban leyendo, tonterías nada más. Me sentí observado y mire a la chica del otro lado por un momento, pero no dije nada, seguramente ya estaba viendo quien era yo y pronto comenzaría como todas las demás a preguntarme por Blake o cuando menos por mi hermana, maldita sea mi suerte.

No me esperaba que me hablase, pero al menos en esta ocasión lo hizo de forma más suave, lo que dijo al inicio ciertamente fue una gran sorpresa, pero de inmediato cerré mi mente a cualquier idea que fuese en esa dirección, siempre que alguna chica se acercaba a mi diciendo cosas agradables era por mi hermano o en todo caso mi hermana, además su pregunta muchas veces me la hicieron y la respuesta al igual que ahora siempre era la misma -Porque me obligan- suspire con cierto enojo -Y aunque agradezco tu “halago” mejor guárdatelo, no te voy a presentar a mi hermano ni a mi hermana…- mire al frente de nueva cuenta -Hasta tengo suerte de que me hablen una vez al año…- si, así era mi vida ahora, antes hablaba con ellos dos, hasta jugábamos juntos, ¿ahora?, bah…ahora yo era el perdedor, el inútil, el tipo que vivía mantenido por sus padres y sus dos hermanos, el que siempre era rebajado por su hermano que tenia de novia a súper modelos mientras yo no encontraba a ninguna, el que no tenía carisma ni mucho menos aptitud de artista, ciertamente yo era la oveja negra de la familia.

Observe a unas niñas riéndose, seguramente de mí, como siempre, que más me daba, estaba bien solo, que ellas se quedaran con su mutua compañía inútil. Lo último que dijo ella me molesto un poco pero tenía razón -Si, aparentemente es así- me cruce de brazos -Aunque en opinión de mis padres y de la gente de aquí yo no valgo nada…- cerré mis ojos y después los abrí lentamente viendo a la chica, era muy bonita, pero por lo mismo creía que mantener la distancia era lo mejor, yo no tengo suerte con las mujeres y es mejor no tentar la fortuna, porque si lo hago terminaría como muchas veces antes…siendo un completo idiota -¿Acaso ese estúpido profesor no va a venir?, no tengo su maldito tiempo…- mencione enojado para mí, aunque no me importaba mucho que alguien más me escuchara.

La chica respondió de manera descortés, para lo que me importaba, ahora realmente lo único que esperaba es que acabe esta maldita idiotez para volverme a casa y molestar a Luma un rato, así al menos podría desquitarme -Si, estoy aquí contra mi voluntad- le respondí en el mismo tono agresivo -¿Importancia a mí?, ¿para qué demonios?- hice un ademan con la mano -No valgo nada en este sitio y sinceramente me da lo mismo- estaba ahí, sentado discutiendo con una chica que aparentemente seguía el régimen de todas, caprichosa y encima alocada, ¿acaso las mujeres de hoy en día eran meros estereotipos de las novelas y eso?, que molestia. Su mirada de ira no me afecto en lo más mínimo, si supiera que en casa me miran como un estorbo entendería cuán lejos estaba de llegar a afectarme. Otra vez dijo mucha de la basura que día con día me decían en este sitio, que si el arte esto, que si el arte lo otro, ¿a quién mierda le importaba el arte?, mi hermano nunca tuvo contacto con escuelas de niños fresas como esta y aun así era un éxito, desde mi punto de vista el arte era una tontería.

-Ya, ya…deja eso para todos los chicos que te persigan- bufe un poco pero de un momento a otro vi como ella tomaba asiento frente a mí -¿Qué diablos haces?- pregunte alterado haciéndome un poco hacia atrás, después de todo eso ya no pude concentrarme en sus palabras, al contrario, sentí un leve rubor emerger por mis mejillas y comencé a tartamudear, como siempre me sucedía cuando quedaba solo con una chica, principalmente si esa chica era extraña para mi -Bu…bue…es…yo…no…ya…- no pude decir nada ni medianamente coherente hasta que ella se alejó, suspire entre aliviado y enojado, me daba mucha rabia no poder controlarme cuando estaba en una situación como esta, había quedado como un completo imbécil de nueva cuenta, no es que me importara mucho pero a partir de eso seguro que la chica tendría herramientas para burlarse de mi de una manera aún más efectiva. La mire un momento ya cuando estaba en su posición -Maldita sea…- mencione bajo mirando a otro lado y recordé algo de lo que me dijo -Tu también tienes buenos rasgos…pero no diré nada más…- le dirigí sin querer meterme mucho más allá en ese tema, no me sentía cómodo.

Escuche la campana pero me quede sentado, vi que la chica se puso de pie y me alegre un poco, se iría y todo ese incomodo momento habría terminado, por ende me recosté un poco en el tronco de aquel árbol y chasquee un poco la lengua pues la chica estaba ahí parada como si esperara que yo hiciese algo -Se te va a hacer tarde…- sonreí un poco y cerré los ojos.

Estaba ahí recostado de lo más feliz, la chica se iría y yo podría dormir un rato, faltaría a clase, me regañarían, me pondrían un castigo que no iba a cumplir, le darían la queja a mis padres, ellos me dirían que soy un inútil y me castigarían sin dinero una semana, lo típico, ya nada de eso me afectaba en lo más mínimo, por ello emplee mejor mi tiempo en pensar nuevas formas de evitar a mis hermanos, dentro de poco vendrían para saludar a mis padres, lo mejor sería decir que tenía un partido de baloncesto en otra ciudad, siempre funcionaba.

De un momento a otro sentí como alguien me picaba en la mejilla, supuse que era ese niño pequeño hijo del cuidador, siempre hacia eso, era un poco molesto pero debo admitir que me agradaba mucho, por alguna razón los niños pequeños me caían mucho mejor que los adultos o los tipos de mi edad -Oye chico…hoy no tengo dinero, mañana te daré unas monedas lo prometo- abrí un ojo y cuando vi que era aquella chica tan cerca de mi casi me da un infarto, me agite golpeándome la cabeza contra el tronco y después rodé alejándome como pude de ella totalmente rojo como un tomate y fuera de mi -¿Ble…yu…hare…ah?- mi tartamudeo era tal que ni siquiera podía articular palabra, lo que verdaderamente había querido decir era “¿Que estás haciendo?” comencé a hiperventilar porque aún no se me pasaba la sorpresa, no dejaba que las chicas se me acercaran a tal punto, bueno salvo Luma pero eso era otra cosa -¡Hua…si…ata….tuto!- eleve un poco mi voz en una frase no entendible que originalmente significaba “¡Casi me matas de un susto!” estúpido tartamudeo no podía siquiera articular una simple oración, era una locura.

Poco a poco me fui calmando, aunque el rubor se mantuvo al menos un tiempo más, cuando finalmente estuve calmado suspire levemente y la vi un momento ante sus palabras -¿Qué?- me puse de pie sin molestarme en limpiar las hojas y tierra acumulada en mis ropas -¿Y porque juntos?, tu puedes ir a clase, no te voy a esposar ni nada- guarde ambas manos en los bolsillos de nueva cuenta, no entendía porque ella dijo aquello, ¿acaso quería pasar tiempo conmigo?, no lo sé, pero no, eso era tonto, nadie quería pasar tiempo conmigo, seguro solo lo hacía para molestar -¡Como sea, me da lo mismo, a mí me castigan una vez al día cuando menos en este sitio, que hagan lo que les de su gana!- le dije enérgico pero no agresivo -Ahora vete o te van a castigar y tú no pareces de esas que merezcan castigo- hable con sinceridad en ese sentido, ella se veía como una buena chica, no tenía por qué compartir mi suerte y seguro que ella si tenía habilidades para algo.

La chica se comenzó a reír, como siempre, lo típico, bueno que más daba de todos modos ya me había acostumbrado a eso de la gente, creo que todo ello empezó desde que mi hermano fue ganando fama, al principio él era como cualquier hermano, pero cuando hubo un cambio entre los dos de “estatus” comenzó a burlarse de mí, al principio no era hiriente pero ahora vaya, a veces decía cosas tan fuertes que me asombraba que mis padres solo le diesen la razón, solo me hermana a veces le miraba mal, pero que va, dos segundos y se encontentaban, siempre se llevaron bien. Ella abrió enteramente su boca y próximamente adopto una postura algo lúgubre, yo eleve una de mis cejas y retrocedí solamente un paso como si me preparase para recibir una bofetada -tic que me quedo de las bofetadas constantes que me daba mi hermana cada vez que estaba molesta- pero en cambio solo la escuche hablar, me dijo que era mi culpa, si claro, yo siempre tenía la culpa de todo, hasta de los fracasos de mi hermano, como aquella vez que no le salió bien una canción durante un concierto y llego a casa diciendo que era mi culpa por no haberle deseado suerte, ¡que se vaya al carajo!. La última parte me causo una gran impresión y ante eso solamente me encogí de hombros -Vaya lógica que tienes, prefieres quedarte aquí a hablar con un extraño que correr para evitar un regaño y en contraparte prefieres que te regañen junto a alguien que poco le importa…- mostré una sonrisa burlona, la verdad es que la chica no tenía la más mínima lógica o en cambio… -Sabes, para mí que no quieres entrar a clase- le mire un momento -Quieres ser desobediente por una vez…¿no?-.

Ahora que la miraba bien parecía una niña bastante educada y estricta, mas no una de esas que están hablando todo el día de su “papi”, más bien una que aparentaba algo que no era, que se yo, a la mejor estaba sacando conclusiones erróneas. Cuando elevo la cabeza sus ojos mostraban una especie de añoranza, no estaba seguro si era porque de verdad temía llegar sola y ser regañada o si solamente estaba burlándose de mí, como sea, cuando ella hablo bufe un poco de nueva cuenta, hoy sin duda era muy extraño.

-Ya…ya…iré contigo- comencé a caminar pero a unos metros de ella, como si creara una línea imaginaria entre ambos -Pero ni creas que lo hago por ti o por esa mirada de gatita que pusiste- mencione de manera un tanto altanera -Lo hago porque ya me aburrí de este lugar, es todo- hasta cierto punto era cierto, no lo hacía especialmente por ella, pues ni siquiera la conocía, más bien decidí ir con ella porque era lo “correcto”, creo que era lo único bueno que tenía, siempre buscaba hacer lo correcto a mi modo de ver y además ayudarla en un momento desesperado era lo indicado.

Estaba avanzando cuando ella me rebaso aparentemente enojada “¿Quién la entiende?” pensé algo enojado, primero me decía que viniese con ella para que no la regañaran sola y ahora pasaba de mi como si no le importara, vaya niña más extraña, pero qué diablos todas lo eran al menos para mí, nunca les entendí ni la más mínima cosa -Sabes, si hubieses hecho esto en lugar de perder tu tiempo conmigo estarías ya en clase- le dije sin darle mucha importancia, me daba lo mismo esta escuela y la enseñanza del arte, basura, yo nunca iba a sobresalir en ninguna de estas tonterías así que solo perdía mi tiempo, era más probable que algún día mi hermano o hermana me volviesen su estúpido ayudante para lavarles la ropa y pagarme por ello, seguro que eso les encantaría a mis padres pues según ellos al menos estaría “ayudando a los triunfadores”. Mis pasos eran lentos y pronto la distancia que me separaba de aquella chica era considerable, ni siquiera entendí para que vine con ella si a fin de cuentas me iba a dejar atrás, como sea el salón no quedaba muy lejos pero la hora ya se nos había pasado.

Cuando finalmente llegamos ahí estaba ese molesto profesor calvo, con cara de oveja a mi parecer, no entiendo como un tipo así puede ser considerado un maestro, para mí que debería estar en un zoológico. El profesor al ver a la chica parecía algo impresionado, como si no se esperase eso de la rubia, justo cuando abrió la boca para decirle palabra logre darle alcance y elevando la voz con mi típica actitud desinteresada mencione -Ahórrese el sermón, ella llego tarde porque yo la empuje y se cayó- era mi típica excusa, nunca hacia eso con las chicas -salvo Luma- pero siempre funcionaba de excusa.

El profesor me miro intercaladamente con la rubia y claramente creyó en mis palabras, era bueno mintiendo y con mis “antecedentes” no tenían duda que era posible que yo hubiese hecho aquello -Ella tuvo que ir a arreglarse y por eso llego tarde, vine aquí para eso, ahora si me disculpa tengo que ir a dormir o algo- en ese momento el profesor me tomo del brazo y me metió al salón, como de costumbre me llevo a una esquina y me puso de espalda junto con una especie de sombrero “vergonzoso”, ¿quién en estos días seguía haciendo eso?, este tipo debió vivir hace unos mil años atrás; en fin, los y las alumnas comenzaron a reírse de mí, otro día normal podría decirse, todo por ayudar a esa chica…bueno al menos mi acción del día ya estaba hecha, ahora debería esperar a que la estúpida clase terminara para irme.

Comencé a tararear una canción en mi mente, no era bueno para la música pero si me sabia una que otra balada, no sé cuánto tiempo pase así, la verdad me había desconectado de la realidad hasta que escuche al profesor algo irritado cuando gire un poco para ver la chica rubia estaba levantándose y dirigiéndose a una esquina para ser castigada igual que yo, entrecerré un poco mis ojos ante tal escena “¿Y por ella estoy aquí?, diablos de haber sabido que de todos modos la iban a castigar no habría hecho nada” suspire algo enfadado, me molestaba pensar que hice todo en balde, pero allá ella total a mí que más me importaba, no era mi problema. Todos comenzaron a reírse y hasta yo me permití reír igualmente, pues de todos modos era divertido, tan apurada y tan modosita que se veía, sin embargo cuando me gire para verla allá en su sitio tenía la cabeza gacha, pero su aura era bastante diferente, como si estuviese a punto de llorar, aquello me hizo dejar de reír y ver a todos los demás con cierto enojo, encima el profesor aparentemente no había hecho nada para evitar eso.

Aquello me hizo enojar, ¿pero porque?, ni siquiera yo lo entendí pero algo en esa chica me causo compasión…o podría ser…¿identificación?, quien sabe, lo cierto es que me quite el estúpido gorro que me había puesto el profesor y lo tire al suelo, después aprovechando que estaba de espalda atendiendo a una alumna me acerque y le propine una patada en el trasero haciéndolo caer al suelo alarmando a todos los alumnos de primera instancia pero poco después las carcajadas estallaron en contra de aquel profesor -¡Para que sepa lo que se siente que se burlen de uno!- me eche a reír de igual manera y me acerque a donde estaba aquella chica -¡Hey tú!- grite casi pues las carcajadas omitían mi voz -¡Puedes quedarte ahí como una tonta o puedes venir conmigo!, ¡es tu decisión!- la hubiese tomado del brazo pero no, de por si para mí era difícil tocar a otra persona, podría decirse que lo más cercano a ello fue dirigirle aquellas palabras. De un momento a otro escuche el grito encolerizado del profesor y mirándole con desinterés me despedí como burla para después echar a correr divertido, no mire atrás aunque esperaba la chica hiciese lo mismo.

Llegue a esconderme a un pequeño jardín trasero que muy pocas veces era visitado pues ofrecía muy poco espacio para moverse y además muy poco sitio para “inspirarse” según los alumnos que apreciaban el arte de esa academia, quizás por ello yo lo frecuentaba tanto, no lo sé. Trate de retomar el aire -Espero que después de esto me expulsen- dije en voz baja, realmente quería eso.

Escuche una voz baja y la mire un momento, al parecer me había seguido, debo admitir que por dentro me agradaba saber que tomo la decisión correcta, pero ahora viéndonos a los dos solos en un espacio reducido nuevamente comencé a ponerme algo nervioso, retrocedí lo más que pude y me moví a otro lado para estar a una distancia más o menos a donde no me causara tanto nerviosismo -Ah…si yo…te lo dije…no sirvo para nada en este sitio- guarde ambas manos en mis bolsillos y eche un pequeño vistazo notando como el profesor corría por todos lados bus cando y llamando a la vez a unos cuantos ayudantes para que le echasen una mano “Imbécil” pensé hasta que escuche un agradecimiento muy bajo -¿Qué?- vi a la mujer un momento y ella se notaba un poco apenada, ¿por un simple gracias?, vaya quien diría que eso era tan idéntico a mí que me causo algo de gracia, por ende mi nerviosismo bajo -No tienes por qué agradecer nada- pensé en decirle que no lo había hecho por ella pero habría sido una gran mentira, incluso para mí, por lo que solo anexe -Me caía mal el profesor…- me encogí de hombros.

Tome asiento en una pequeña banca de roca que estaba ahí -Aunque no deberías actuar de manera tan “apática”, una joven como tu necesita amigos- era casi como estarme hablando en voz alta, los consejos que siempre me había hecho internamente pero que nunca seguí por una o por otra razón -Creo que no me he presentado y en vista de que me expulsaran cuando sepan esto creo que es justo hacerlo- sonreí un tanto mirándole con cierta confianza -Me llamo Roy, Roy Mustang, como ya sabes soy el hermano menor de Blake- la última parte la dije sin ganas.

Escuche los gritos de aquel profesor que aún estaba concentrado en buscarnos pero sabía de antemano que aquí no nos encontraría rápido, a la mejor ni nos iba a encontrar -Y…- mire a otro lado -No deberías llorar por cosas sin sentido, que esos chicos se burlen de ti no importa, eres una…- me trabe pues no se me facilitaba mucho decir cosas agradables, por lo tanto busque lo más cercano a eso -Una…buena chica…- fue lo más coherente que pude decir sin llegar a ruborizarme como un tomate -Si no quieres decirme tu nombre está bien- finalice, pues si ella no me lo quería decir lo entendería.

-Tu nombre es más complicado que el mío- le respondí inmediatamente, la verdad es que los nombres no se me quedaban mucho cuando eran tan “elaborados” -Así que te diré Dani, eso es más simple- además mencionaba tener otro nombre en Japón, no entendí bien a qué diablos se estaba refiriendo, ya que pese a estar dentro de una familia muy adinerada yo nunca había viajado fuera de Inglaterra, ¿por qué?, es sencillo, siempre que se iban de viaje era para ver a mi hermano o mi hermana en uno de esos países que ellos visitaban y siendo yo un “perdedor” preferían dejarme para ver si podía hacer algo de mi vida, mejor para mí, no imaginaba cosa peor que ir hasta un lugar molesto para convivir con gente más molesta. -No entendí tu segundo nombre, solo que tus padres son de distinta nacionalidad, creo que con eso me basta- me encogí de hombros un poco sin darle mayor relevancia al asunto, la verdad es que aunque estaba siendo algo amable con ella lo respectivo a su familia poco me importaba, quizás porque no me agradaba mucho hablar de ese tema siendo que yo ahora mismo no tenía una propia.

-Sí, sirvo para no estorbarle a la gente- suspire un poco escuchando aun los gritos encolerizados del profesor que seguía buscándome, si no estuviese con Dani ya habría dejado que me atrapara, pero como ella estaba aquí presente sería un problema, tendría que esperar a ver que se me ocurría -¿Qué?- la mire pues escuche que dijo algo aunque de manera muy baja y prácticamente no se le había entendido algo -¿Dijiste algo?- ladee un poco mi cabeza pero después lo deje pasar por alto, seguramente no fue nada.

Pronto un sonido me hizo ponerme a la defensiva, pero aparentemente no había sido nada, solo un estúpido pájaro que salió volando de repente -¿Tú tienes algo familiar famoso?- le pregunte acomodándome más en el sitio, seguramente no tardarían en dar conmigo pues cada vez quedaban menos lugares por revisar, así que lo mejor era pasarla bien al menos este momento hasta que me llevasen a dirección y me expulsaran definitivamente, lo que a mi parecer sería lo mejor del mundo -Sabes ahora que lo pienso, siempre he querido visitar Japón…- mire un poco al cielo -Creo que ahí podría perderme…desaparecer…- susurre para mí, que extraordinario seria eso…simplemente desaparecer.

Mire a Dani mientras tomaba asiento frente a mí, no entendía porque, quizás estaba cansada, no obstante después menciono que si quería modelar para ella pues era fotógrafa, eso no me lo esperaba, a decir verdad esperaba más que me dijese alguna cosa a que me pidiese algo como eso, arquee una ceja y después me retire un poco topándome con la pared -¿Qué?- nadie nunca me había pedido cosa similar y la verdad esto no sabía cómo responderlo, claramente no quería aceptar pero por la forma en que ella lo había pedido me daba algo de…cosa, no sabía bien como describir el sentimiento, solo me era totalmente extraño. Me quede en silencio unos cuantos segundos y tras pensarlo bien respondí -No- cerré mis ojos momentos, mi tono de voz era suave, casi como si quisiese tratarla con la mayor delicadeza posible -Yo no soy modelo ni nada de eso, no tengo aptitudes para modelar y no me interesa tampoco - me encogí de hombros pero no me atreví a mirarla porque probablemente eso le causaría una gran desilusión -Encontraras muchas personas más aptas para eso que yo y seguro que si eres fotógrafa tienes buenas cualidades, no las desperdicies en alguien como yo- aunque a veces me subestimaba un poco estaba seguro que las cosas que decía era verdad, muchas veces me dijeron lo que ahora yo estaba refiriéndole a ella, no tenía aptitudes artísticas de ningún tipo y por lo sucedido con mi familia adoraba no tener nada que ver, no quería pertenecer a ese mundo, no quería ser nada de ese círculo social, prefería ser el perdedor de siempre, el inútil de la familia, la oveja negra de todos, todo eso para mí era preferible, antes de convertirme en Blake era preferible hasta morir.

Cambiamos al tema de Japón, dijo que era hermoso y lo demás sinceramente no lo entendí, muchas cosas “refinadas” de la gente de alta clase no la entendía, como eso del urbanismo, la verdad es que para mí solo era una ciudad más, una que se presentaba como un sueño inalcanzable, un sueño de libertad, de miles de personas viviendo de una forma que a mí me gustaría, de una ciudad donde cualquiera podía perderse y donde nadie es importante, donde bien podía hacerme invisible, una sombra, pero ya basta de fantasear, aquí y ahora estaba en el estúpido colegio que pronto me iba a lanzar de una patada.

-Se escucha bastante bien- suspire un momento y por alguna razón, de forma espontánea me salió una pregunta -¿Tu eres feliz?- y apenas emano de mis labios me arrepentí de haberlo dicho -No, no quise decir eso, no hagas caso solo fue una tontería- afortunadamente para mi antes de que otra cosa pudiese suceder el profesor finalmente dio con nosotros, estaba seguro que culparían también a Dani si no reaccionaba rápido, por lo mismo tuve que hacer lo único que se me da perfectamente, mentir y librarla del castigo -¡Ja!- reí un poco -¡Defiendes a un inútil!- le dirigí a Dani fingiendo una conversación -Eres una niña fresa…como todas- mire de reojo al profesor que estaba agitado y totalmente encolerizado -Hola profesor, sabe, Dani vino para tratar de hacer que le pidiese una disculpa, al parecer lo aprecia mucho, ¿acaso no es tonta?- me reí con fuerza y el profesor junto a un sujeto de seguridad me tomo con fuerza enviándome a la dirección, antes de desaparecer de la vista le guiñe un ojo a Dani, al menos ella no recibiría castigo pues todos pensarían que estaba aquí defendiendo a su profesor.