TRAMA GLOBAL

Serika, que seguía observando el cielo esperando que algo sucediese, frunció el ceño ligeramente cuando aparecieron las señales de advertencia por todos lados. Un escalofrío recorrió su fina espalda repentinamente y el pulso se le aceleró un poco. ¿Debían hacerlo todo tan tétrico? ¿Como podía a alguien gustarle algo así?
Igual que a ella, los nervios se extendieron entre muchos de las personas que llenaban la plaza. Los murmullos volvían a propagarse, haciéndose exactamente las mismas preguntas que ella. Esta vez, a diferencia de la anterior, pudo ver como uno se acercaba a la barrera, como fue repelido pese la fuerza que había utilizado para romperla y como se destruyó en mil pedazos brillantes. Aun no comprendía las consecuencias de ese gesto, igual que no imaginaba lo tentada que se sentiría ella misma en hacerlo, pero si creyó que le añadía un toque más escalofriante a la situación que estaban viviendo. Esperaba que ese evento no durase demasiado, empezaba a sentir la imperiosa necesidad de marcharse de allí.

Delante de ellos apareció la pequeña figura de lo que para ella era tan solo una niña. Pese su presentación y darse a conocer como un programa de terapia para la salud mental, la seguía viendo tan solo como eso. ¡Ah, pero que terrible resultó ser cuando descubrió que se trataba de la portadora de noticias más negras de toda su vida! Se le heló la sangre, se le detuvo el corazón y su rostro palideció tan solo con la idea. Rodeando su propio cuerpo con los brazos, miraba incrédula a la niña mientras intentaba asimilar lo que había dicho. ¿Que estaban atrapados? ¿Que no podría regresar a su hogar? ¿Que era todo eso de que debía ganar el juego? Y lo más importante... ¿Que podía morir allí? Debía tratarse de una broma, una de muy mal gusto. Las reacciones de los demás no tardaron en llegar. Algunos parecieron asimilarlo sin ningún problema, otros se empujaron para alcanzar la barrera e intentar salir de allí. Ella, en cambio, desplegó de nuevo su menú para comprobar si la opción de desconectarse no habría vuelto. ¿Para que engañarse? El terror la poseyó cuando recordó al hombre de antes, el que había intentado salir y que acabó desapareciendo en pedazos brillantes. ¿Sería eso el primer ejemplo de muerte? ¿Se habría acabado la vida para ese hombre?

Se acumularon las lágrimas en sus ojos y, con suaves movimientos de sus manos, intentó retenerlas allí. Su mente, conmocionada, era incapaz de asimilar toda esa información tan de repente. Se sintió pequeña, muy pequeña entre tanta gente, hasta que escuchó los gritos de un hombre de aspecto bastante rudo intentando subir los ánimos de los que estaban a su alrededor. ¡Que fácil era hablar! Probablemente él también se negaba a aceptar algo que parecía inevitable. Aun así, su corazón se contagió un poco de esa luz que su voz desprendía y se repitió a si misma que así era. "Nos sacarán de aquí, nos sacarán de aquí... mi familia... él... alguno encontrará la forma.", pensaba con todas sus fuerzas, casi como un reclamo o una súplica. "No puede ser tan difícil, alguien logrará vencer el juego" ¿Pero que podía hacer ella que ni tan solo sabía como empuñar un arma? Se quedaría allí, en la Ciudad de los Inicios sin correr ningún riesgo.
Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, pero no en un llanto desconsolado y ruidoso, sino tranquilo y silencioso. Conteniendo el dolor mordiendo su labio inferior. "Nos sacarán de aquí pronto.", volvió a pensar.

Las palabras de aquella niña dejaron atónitos a la mayoría de jugadores de SAO. Otros se intentaron revelar contra ella pero sus esfuerzos de reveldia no servían de mucho. Bikutoru se encontraba paralizado por ver todo lo que estaba ocurriendo, quería que todo esto no fuese real pero no era así. El mayor riesgo de este juego era que la barra de la vida llegase a cero, concluyendo así la vida en el juego y en la realidad. Por lo que observaba intentar salir de aquella barrera era imposible, como la acción de intentar atacar a aquella niña. Estas dos acciones eran riegos muy altos de padecer así que intento tranquilizar a la mayoría de jugadores a los que sus mentes no dejaban pensar con claridad.

-¡¡¡¡¡PARAR!!!!!

-Pensar bien vuestras acciones, pueden ser mortales para vosotros. No sabemos que nos pasara de ahora en adelante, pero lo mas seguro sera superar los 100 pisos a los que nos enfrentamos. Es cierto que nos llevara bastante tiempo hacerlo, pero siguiendo los pasos correctos podremos conseguirlo entre todos.

Muchas personas miraban a Bikutoru, pero otras no escucharon ni media palabra. Bikutoru estaba preocupado de que mas gente corriera el riesgo de morir, así que espero la siguiente acción de la niña que nos atrapo.

Había estado observando a la niña en silencio, cada palabra que escucho de ella resonó por un momento en sus oídos, ignorando al resto del mundo. Poder morir, fue lo que dijo ella, y no era mas creíble, acaso ¿ pasarían por alto en el mundo semejante tontería? Como poder permitir tal cosa, todos, personas inocentes, de un momento a otro en un mundo desconocido, sin idea de como escapar.

-Tiene que ser una broma

Un poco irritado por la situación, un evento de bienvenida para nada agradable para el, así fuera una broma dejaba de ser divertido al escuchar a toda la gente comenzar a murmurar asustadas. Podia oír claramente a aquellos que permanecían incrédulos, a los que enojados reclamaban, y aquellos otros que comenzaban a entrar en pánico poco a poco. hizo un gesto de molestia.

Prácticamente la aparición de la niña había llamado la atención de todos los allí presentes, algunos parecían maravillarse, otros despertaban su curiosidad latente y otros como yo…observaban silenciosamente en espera de noticias. Muchos jugadores habían desaparecido tras morir a causa de la barrera pero no veía ningún signo de que fueran a revivir en algún lugar cercano, probablemente se hubieran desconectado, sin embargo mejor esperaría a ver las noticias que traía la pequeña cuya presencia atraía la mirada de todo el juego. En medio de su discurso una sola palabra resonó en mi mente…”esto no es un error…”No pude evitar esbozar un gesto de precaución al escuchar esas palabras, de allí en mas tenia toda mi atención. Al parecer solo podíamos salir si completábamos el objetivo original del juego, sin embargo lo que realmente me llamaba la atención era esa ultima frase ¿muerte? A tal extremo nos querían hacer llegar…al final la realidad lo ocupa todo.

Muchos comenzaron a gritar y a dejarse caer en el suelo en un nerviosismo total, riendo o llorando pase a través de ellos con indiferencia, como me encontraba cerca de la barrera pase por allí con total naturalidad y patee a un par de extraños que hacían presión a unos tres que se encontraban pegados al muro invisible, entre ellos una chica que si seguía así perdería todos sus PS, la tome del antebrazo y la saque de allí para mirarle unos segundos y seguir mi camino hacia el centro de la plaza. En mi camino oía a algunos maldecir y a otros expresar su ira, no tenia sentido…al final solo éramos piezas cuyo objetivo era único

Todos se quedaban quietos o corrían hacia los bordes de la plaza pero yo me dirigí tranquilamente hacia donde se encontraba la niña, no me quejaría en vano, yo no podría cambiar las reglas así como así, solo tenia una pregunta, una mísera pregunta que calmaría mi curiosidad. Pude ver a un sujeto furioso amenazando con abalanzarse sobre ella, algo patético ¿Qué se creía que todo terminaría así como así? Por otro lado algunos se maravillaban por tal extrañes, realmente la gente estaba loca. En medio de mi camino una chica comenzó a llorar, no podía hacer nada más que rozar sus cabellos con mi mano como un gesto de apoyo mientras seguía atravesando la gran plaza de piedra.

Una vez estuve en al base del edificio en donde se encontraba la aparente inteligencia artificial llamada Yui, pude observar su rostro perfectamente humano, no por su definición grafica, si no por esa preocupación que se asomaba en su rostro. Antes de que pudiera reaccionar el sonido de un idiota lanzándose contra la Game master interrumpió mis pensamientos, venia rápido, pero no lo suficiente, podía intentar ser un héroe, pero no ahora. Interceptando su trayectoria me antepuse ante el recibiendo la apuñalada de su espada quedando cara a cara con el- No seas idiota, hay gente preocupada que quiere respuestas…además te recuerdo que para nosotros sigue siendo una zona segura, te recomiendo guardar esa energía para salvarlos a ellos…- exclame safandome de su espada y dándole la espalda para saltar entre varios niveles del edificio y acercarme hasta donde estaba la niña. Sin odio ni remordimiento por mi acción, me acerque hasta encontrarme con ella y me agache hasta quedar cara a cara con la pequeña- ¿Realmente tu elegiste esto?- fue mi única pregunta con una expresión vacía que intentaba comprender los sentimientos ajenos.

Una diversidad de personas salía a flote, entonces. La enorme cantidad de jugadores que se había registrado a Sword Art Online para disfrutar de las maravillas que brindaba un juego de realidad virtual completa, ahora confundían aspectos de la realidad con lo virtual. No los culpaba, sin duda. El pelinegro entendía todas y cada una de las reacciones de los sujetos que le rodeaban, y a pesar de actuar toscos, brutos, ahora resultaban ser más frágiles que desde aquel momento en que ingresaron con su maravillosa cuenta. Kage ignoró por completo la pregunta de Kurae y esperó unos momentos, esperando a que algo pasara. Sin duda, algo pasó. Ahora sí que era un evento en primera fila. Qué afortunado se sentía en ese momento. -Kurae-san… Supongo que tendremos que comer panecillos juntos, un poco más… Un poco…- Le puso algo de dependencia a esa frase y un suspiro como acompañante. Con su mano hábil, pues con la derecha mantenía el lazo físico entre ambos, se rascó la cabeza y miró a la chica de cabello negro.
Algo le preocupaba sin duda. Aunque ya estaban todas las respuestas disponibles a flote, él quería saber más y mucho más. La chica de tés blanca que regía sobre los jugadores, ahora posible sistema del mismo juego, anunciaba lo que para muchos sería una sentencia de muerte; hasta para sí mismo. La preocupación fue evidente. En reacción de desconfianza, apretó la mano de su compañera un poco más, hasta tal punto en que una persona normal se quejaría, sin embargo, el dolor había sido suprimido en este juego, pues. Además, solo duró por un instante. Ella seguro pudo notar el esfuerzo y tal vez la desconfianza que la situación producía. Además de una infinidad de cuestionamientos, Kazuma prestaba atención a lo que los jugadores hacían de repente, a penas escuchada la noticia y sin siquiera dejar que el infante posado sobre ellos terminara con su “anuncio”. Algunos se atrevían a gritar como bárbaros a lo que podría ser simplemente una cantidad inmensa de vida virtual compuesta por códigos y datos. Por otro lado, algunos mostraban más la estupidez y se atrevían a actuar agresivos. Dicha agresividad les costó la vida y el anuncio, ganó mucha credibilidad. ¿Cómo era posible morir en un juego? En el Beta ningún jugador moría porque su HP llegase a cero. ¿Era algún tipo de modificación drástica o algo por el estilo? ¿Qué planeaba entonces Kayaba Akihiko? Un centenar de cuestionamientos surgieron, llenándole la cabeza y como reacción, Kage actuó infantil una vez más, llevando su mano hábil a la cabeza y quejándose con un suspiro.

-¡Qué desafortunado! Quería llegar para el postre…- Dijo irónico, mirando a Kurae con una sonrisa y tratando de indicarle que todo estaba bien, aunque no lo estuviese de verdad. Ni él, ni los jugadores, ni el mismo juego estaba bien. Ya hasta se estaba imaginando a él mismo abriendo el refrigerador y sacando un poco de tarta. En ese instante, palabras sencillas retumbaron en su cabeza. Rebotaban y chocaban con todas las paredes de su caja central. Ignoraban colisión y entraban al núcleo como un proyectil, directamente diseñado para impactar allí. Giró su cabeza un poco y miró a Kurae con cierta curiosidad. Sin decir una palabra, le miró a los ojos. -Sin importa qué… Tú sobrevivirás… No me decepciones, ¿eh?- Una sonrisa como respuesta y el vínculo se separó. Kage soltó su mano y simplemente se quedó a su lado, mirando hacia arriba, concentrándose en la niña que se hallaba allí. No entendía que le sucedía, pero al ver sus ojos, sintió como su mundo se llenaba de fuerza y su valor se duplicaba. ¿Cómo podría contra eso? Ella sin duda tenía madera para ser una gran líder, y aunque Kage fracasara, le vería completar hasta el más complicado de los escenarios.
Algunos otros valerosos también se mostraron. Unos que se mostraban confiados y otros que intentaban aclarar el asunto con sentido común. Ya nada de eso era válido. Un sujeto había muerto y nada podría cambiar a partir de ese momento. No veía a Kayaba como un idiota que simplemente se dedica a bromear con sus creaciones. También, las acciones de otros, eran bastante apresuradas y torpes en muchos casos. Arremeter contra una niña que decía claramente ser el sistema, era algo tonto. Kage se mantuvo silencio, inexpresivo, aunque examinando todo el escenario, posando su mirada sobre los jugadores más llamativos y propensos a salir victoriosos en el juego de la muerte. Podía ver todo tipo de avatares. Algunos de complexión delgada, otros de una gran musculatura como armadura. Le llamaron mucho la atención unos simples sujetos con avatares algo inusuales, lo cuales demostraban que no tenían miedo a nada. Actuaban despreocupados, o eso demostraban por fuera; lo más probable es que fuese diferente por dentro.

-Aquí aún hay esperanza. Y como dices, solo nos queda luchar.- Añadió, con su típica sonrisa burlesca y con ambos brazos posados detrás de su cabeza, simulando el uso de una almohada. Sus ojos se cerraron, inconscientemente. Debía pensar en algo. Había tenido muchas posibilidades en el evento Beta, sin embargo, algo como esto no se asemejaba a lo que estaba viviendo en estos momentos. ¿Cómo podría reaccionar, entonces? Si el propósito era completar el juego, obviamente eso haría, entonces. Aún si moría en el intento, disfrutaría al máximo el juego que tanto amó y que en un instante reemplazó por su vida real.
-Ah y… Sí. Estuve en el beta. Me alegra saber que puedo estar junto a personas taaaan fuertes.- Una leve carcajada y se mantuvo en silencio con la sonrisa dibujada en su rostro. De nuevo, estaba nervioso. Tomó la mano de Kurae nuevamente y posó su mirada en el cielo, algo desconcertado. ¿Cuál sería la mejor opción? Ya todo dependía de lo que sucediera de ahora en adelante. Por el momento, entonces, esperaría a que el infante del anuncio diera su veredicto final y dijera algo como: “Su sentencia a muerte es inminente”.

El joven miro notoriamente intrigado cuando un líquido rojo, tal cual sangre, formo la figura de una ya conocida niña.

-.Yui?.-

Antes de que pudiera evitarlo aquella pequeña palabra salió en un susurro apenas audible por parte de un anonadado jugador. No es que le sorprendiera mucho que esa niña finalmente fuera un NPC (Era algo más que previsible), pero si le sorprendió que fuera quien iba a anunciar aquel extravagante evento inaugural…


El joven con una celeridad propia de la desesperación desplego su menú con la clara intención de corroborar aquello…


El joven elevo su rostro en busca del de Yui, con una clara pregunta escrita en todo el rostro “¿Estas hablando en serio?”

Reiter bajo su rostro y cerro sus ojos con fuerza, negando con la cabeza, buscando despejarse un poco, buscando tranquilizarse y pensar con la mente fría.


Una sonrisa sarcástica a más no poder decoraban las facciones de su avatar. Luego el joven negó con la cabeza

El novato espadachín levanto el rostro mientras inspiraba una gran bocanada de aire, en un gesto claramente extravagante…luego al momento de expirar bajo el tronco y las manos. Reiter, al levantarse, lucia un poco mejor, más tranquilo, serio, pero al menos lo suficientemente calmo como para no hacer una estupidez…como aparentemente muchos otros estaban haciendo.


Nervioso y angustiado, al parecer aquel que llevaba por apodo el titulo del jinete aun no iba a desmoronarse, no tan fácilmente al menos.

En aquel momento, el cielo se tornó de un color rojo, formando una clase de panal de abejas en donde al centro de estos hexágonos estaba escrita la palabra ''DANGER''. '' ¿Q-Qué está pasando aquí?'' . No me podía mover. Estaba atrapada entre la multitud. Con más desesperación comencé a buscar a mi Onii-Chan, pero con tanto movimiento y por mi estatura, me era imposible. Estaba a punto de colapsar hasta que algo caía del cielo, como si fuese una masa de color carmesí que daba forma a una pequeña niña. No más de 10 años a mi parecer, la cual nos miraba con una forma tierna pero inexpresiva.

Nos dio la bienvenida al juego. Su nombre es Yui, el Programa de Terapia de Salud Mental. Todo esto me parecía extraño. Pero ... Comentó sobre el botón para desconectarse y que no era un error del juego.

Mi respiración se comenzó a agitar. Puse mis manos en el pechos, apretando los ojos y rogando que no dijiese nada más. Pero ... Ya era tarde. La pequeña niña de cabellos largos y de mirada despreocupada decía que este era un juego en donde la condición para poder salir, era vencer al último jefe del piso 100 y que si moríamos acá, moriríamos en la vida real.

- Ah ... Ah ... - Mi respiración se agitaba más y más. Por un momento, sentí que me desconectaba de la situación. Todo me parecía que se movía de forma lenta. La cara de los jugadores era nula y mi cuerpo estaba paralizado. - O-Onii ... - Y sin decir más caí al suelo, con ambas manos en mi rostro. No sabía si reía o lloraba. '' Ojalá esto sea una broma''.

Esto no estaba bien en realidad nada parecía estarlo y mas al ver como del cielo parecía que comenzaba a caer sangre, gracias al ponerme casi en los primeros lugares tuve la “dicha” de ver el primera plana como aquel extraño y perturbador fenómeno pasaba cerré mis ojos con fuerza y tape mis labios con mis manos asqueada, tenia que ser un sueño, un mal sueño… un sueño del que pronto despertaría otra vez atrapada en su jaula de oro y vivir aun como el pajarillo encerrado que era por su abuelo desde que comenzó a vivir en Japón, entre libros, sus artes marciales, poesías y cosas ancestrales de ese país que su abuelo siempre le enseñaba, pero con todo el dolor de mi alma no era un sueño.. no lo era.. y tomas? Donde estará? Aun que en ese momento el no fue la llamar pregunta.
Una niña? Si por mas que me sorprenda esa cosa asquerosa y perturbadora había tomado la forma de un inocente angelito de morada adorable pero... Inexpresiva... que pasaba aquí? Y que asía esa niña allí? Estaría bien? Aquella pequeña niña nos dios la bienvenida con la cual de cierto modo me calmo un poco y una parte de mi se enterneció y preocupo por su bienestar aun siendo simples datos, aun que una exclamación de sorpresa no se hizo esperar de mis labios al saber que no fue un error, pero… como? Y Yui Programa de Terapia de Salud Mental? Eso significaba que ni era el Master Game ni algún Moderador, en realidad solo un simple e inocente programa que no tenia que ver seguro con lo que paso en la ventana de menú pero... porque ella y no el game master? Eso era raro, extraño y poco lógico, lentamente di unos pasos quedando en frente a la fuente con la cabeza alta para ver a Yui [como así ella se proclamo] mientras entrecerraba mis ojos con un leve aire preocupado, esto tenia mala pinta… y como odiaba que sus teorías fueran ciertas de verdad Odio eso.

-como???- susurre para lentamente palidecer, sentí algo similar que cuando me desmayaba, la ligerees en las piernas, el frio en mis manos y sentí mi cuerpo tan frio como el hielo, mis ojos cristalinos y una expresión de horror desfiguro la cala de mi rostro, no podíamos salir sin antes terminar el juego, quedaríamos acá atrapados asta que lo pasemos todo o nos maten los monstruos de aquí y no quede ni uno solo, simplemente perturbador, pero eso no fue lo que me golpeo si no el que Morir aquí era morir de verdad lentamente comenzó a agitar mi cabeza mientras una expresión desgarradora de dolor y culpa inundo mi rostro, mi cuerpo me dolía, mi corazón dolía, estaba siendo comprimido por un fuerte dolor, ya ni podía respirar de este, sentía que me iba a morir del dolor pues yo… yo.. Y-yo… es que Y-yo… Y-o…
Acabo de Mata a mi mejor amigo, lo e matado, lo e matado!!! Lo mate lo mate!! Por Dios que e hecho?!?! Lo mate.. por eso yo odiaba los Game online, psp, asta un simple cartuchito, lo volví a hacer… Hace 4 años jugué un juego que era un vejestorio de viejo y resulto que el muy desgraciado estaba Maldito y simplemente me escribió “Tu Madre Morirá Hoy” y efectivamente antes que pueda apagar esa consola, mi madre ya no respiraba, lo intentamos… lo intentamos todo pero ya era muy tarde y yo.. no importaba cuanto intentaba votar ese maldito juguete regresaba “mágicamente” a mi cuarto era como una tortura… el recuerdo eterno de mi ignorancia y el decir “es solo un simple juego” y e aquí… tres años después vuelvo a perder a alguien a quien amo, jamás le dije a mis hermanos y familiares de ese juego que me persigue solo el abuelo que decidió quemarlo pues botarlo no era una opción… soy tan estúpida… porque acepte venir? Porque no lo ayude?? Porque fui una mierda de cobarde y ni un hilo de mi cuerpo moví?? Tenia mas Stas de Fuerza que el además… 6 vs 1 es injusto.

Antes de que mi mente y cuerpo reaccionaran solo me vino algo a la mente yo los mate… había matado a mi madre y a mi mejor amigo, el primero que tuve al llegar acá con el alma rota y mi corazón desgarrado, había matado a quien me conocía mejor, mis dolores, mis felicidades… era Casi mi Hermano, no sabia como pero me mantenía de pie ya quieta, con unos ojos melancólicos y llenos de culpa ahora tapados por aquella melena roja de mi avatar, era lamentable era un dolor tan fuerte pero no como para matarme… pero yo merecía mas la muerte, soy un monstruo… yo.. se supone que yo era casi como su conciencia, era quien evitaba que algo le pasase a el o a cualquiera, por ello me inspire en eso para Crear a “Metis” la titanide hija de los oseanides, madre de Atenea y madre de un daimond, ella era el consejo o el “truco” para no caer las desgracias… porque? Porque? Un pequeño hilo color carmín se deslizo por mi mejilla con lentitud mientras lentamente miraba a todos, tan mal.. tan tristes… tan dolidos… pero nadie estaba solo incluso habían los inspiradores y quienes mantenían la cabeza alta, mire a yui mientras posaba una mano en mi pecho.
Ella no tenia culpa de nada, me era imposible odiarla solo nos informo aun cuando eso por según su nombre no era su prioridad así que… le agradecía a pesar que mi mirada y esa lagrima roja dijeran lo contrario, me costó con todo lo que paso y el susto que sentí al ver como un joven muy Ridículamente iba por ella, era un programa no era ni el master ni un boss pero que… mal debe estar como todos, como yo… lentamente gracias a este suceso mi mente entro en un estado neutral en el cual, no sentía nada… todo esta vacío y ya… no entendía ni porque esta lagrima en mi mejilla tal vez por el estado de shok que seguro tardaría algo en salir de el me sentía que… en realidad nada sentía, era todo tan… indiferente.
Vi quien la defendió y pude oír como algunos clamaban que sus familias lo sacarían, familia… el nerve Gear, de golpe mi cabeza empezó a hacer lo que mejor sabia.. pensar; si esto era ahora un Death Game eso significaba tres posibilidades, una era que si nos quitaban el casco despertaríamos sin problemas, dos era que tuviera un dispositivo que nadie pudiera quitárnoslo y así obligarnos a jugar, Tres… parpadee levemente y mire a Yui casi como si me hubiera dado cuenta de algo y luego a todos preocupada… el Nerve Gear estaba hecho para que manipularas con descargas eléctricas los sentidos, el cerebro… pero… es que acaso? No eso No que no sea esa teoría No no no no!!

- Akihiko Kayaba dijo… para Crear una realidad en todos los sentidos... los cascos funcionan con hondas eléctricas… podría ser que… si nos quitan el cascos podría tener una trampa y matarnos?- susurre recordando esas palabras en su libro, si había creado algo como esto… la tercera teoría era… que les costaría diseñar una trampa que nos mate al intentar desconectarlo? Si no podíamos salir… tal vez… había hecho eso para asegurarse, rápidamente mi mente empezaba a intentar formar una telaraña de teorías con eso, asta que recordé.

Hace mas de dos siglos, se hizo un experimento con el cadáver de un preso y descargas eléctricas, el prófugo asía expresiones y movimientos para los espectadores, resulto que descubrieron que todo el cerebro funcionaba a función de esas descargas mas tarde se supo, una descarga fuerte o un corto de estas pueden matar celular… y… que pasaría con una mucho mas fuerte o una descomunal? Comenzó a sentir migraña de solo pensarlo y mas al pensar que su onii estaba acá por ella.. esto… Dios por favor que mis teorías sean Erradas.
siempre me llamaban sabelotodo o ChibiGenio pero... de verdad Hoy Odio saber.

Todas esas imágenes captaron la atención de todos los presentes quienes de inmediato comenzaban a moverse empujandoce entre si, algunos chocaban contra las barreras causando que su vida se disminuyera.

En un reflejo, intento caminar entre la gente en busca de alejarse de las multitudes que se empujaban entre si, pero era casi imposible, todos tenían pánico, y algunos al usar el espejo y verse entraban en histeria al ver su cuerpo cambiar al real.

No quiso mirarse en el espejo, no quería ver su imagen y probablemente si el juego durara mucho atrapándolos, menos querría ver su cuerpo deteriorarse.... Podría morir en la vida real de una manera u otra, todo parecía conspirar en contra de todos allí adentro.

Necesitaba salir de esa multitud de gente gritando, hablando, moviendoce, aturdía sus sentidos, necesitaba aunque fuera un lugar mas calmado.

No se dio cuenta cuando por error, empujo a otra jugadora, Kurae. quien para el era una completa desconocida, que termino en golpear la barrera con su cuerpo, Alvaro intento tomarla del brazo para evitarlo pero le fue tarde.

El miembro 'Yui-MHCP001' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'D8' : 8

La novena después de dirigirse a la niña de esta manera y ver que ella no respondía, decidió mantenerse sumergida en sus propios pensamientos mientras se hacia preguntas de todo tipo como:¿aquellos guerrilleros del campo en el que estaba cuando me puse el nerv gear si me mantendrán viva?,¿las autoridades estarán buscando al creador del juego?.La novena se dijo a si misma después de un momento mientras se movía el cabello fuera de la cara:"Lo mejor es que preste atención a lo que dice esta niña,si lo hago tal ves obtenga información que me sera útil para salir de este juego,pero pensándolo mejor no era un juego ahora SAO era una nueva vida, una segunda oportunidad para empezar desde cero Aquí nadie sabe quien soy puedo ser quien yo quiera",Luego de esto rió desquisiadamente un momento,pero esta euforia no le duro mucho,ya que yui menciono que en el inventario de cada uno había un espejo,la novena un poco nerviosa pensó:"para que un espejo cada uno sabe como es su personaje y los demás nos pueden ver entonces ¿porque en este momento un espejo seria tan relevante,tal vez sea un simbolismo?".
Sin mas reflexión sobre ello la novena saco el espejo un poco asustada y al verse en el se dio cuenta de que no era su avatar el que se veía reflejado en el espejo,era ella la uryuu minene de la realidad la temible terrorista con quien nadie quería estar esto en verdad la deprimió, su plan de iniciar una nueva vida acababa de comenzar y ya acabo.
Después de secar las pocas lagrimas que le habían salido la novena vio aquellos recuadros con noticias adentro eran como los que aparecían cuando ella cometía un atentado,eran reales 211 personas habían muerto esto no la impacto mucho pero la hizo dudar un momento sobre si lograría salir de allí,pero inmediatamente gracias a su determinación recobro la confianza en si misma y volvió a retar a yui diciéndole:
-No te olvides de lo que te dije-
después de esto acomodo su parche y sonrió a yui mirándola fijamente .

La chica no solo no respondió a su amenaza sino que la ignoró totalmente como a todos los demás players que habían osado dirigirle la palabra. Fue entonces que logró comprender la situación, aquella chica era parte del programa y por ende tenía una limitada gama de respuestas lo que se traducía en que si no usaban la pregunta adecuada jamás recibirían la respuesta pertinente. Entonces no había más que hacer sino escuchar todo el anuncio antes de pensar siquiera en alternativas. Frunció el ceño y con un gesto pesado y molesto se limitó a escuchar a la enana, haciendo caso omiso de la gente que se movía a su alrededor como si de alguna manera hubiese olvidado totalmente que había más personas. La verdad empezaba a molestarse de sus reacciones y del alboroto que estaban armando pues bien sabía que no llegarían a nada con eso.

- Tenía razón al final... - Musitó al escuchar como el ser desconectado terminaría en una mala jugada, en aquel instante dejó de preocuparse un poco, no por que no tuviera miedo a ser desconectado sino por el hecho de que ya estaban en todas las noticias. Bien sabía que tanto su hermana como su padre hacían lo posible por seguir las noticias, la primera porque gustaba de los chismes y el segundo debido a que su importante linea de trabajo se lo exigía, entonces todo indicaba que no solo no corría peligro de ser asesinado por su familia sino que tampoco tendría que preocuparse por que su hermana fuese a quedarse sola en el hogar. Al menos era un peso menos de encima, pero... - 211 Jugadores y aun ni inicia el juego. - Sus puños se cerraron con fuerza, la ira parecía recorrer su cuerpo dentro de su sangre alborotando cada uno de sus músculos al punto que parecía estar listo para arrojarse a golpes aunque bien sabía que solo terminaría como los demás, con su barra de vida reducida - Estos hijos de... - Musitó a punto de soltar el insulto cuando la noticia del Item lo tomo totalmente por sorpresa haciendo que sus ojos se abrieran y un gesto diferente invadiera su rostro. ¿Sería algo peligroso... o intentarían ayudarlos?

No pudo esperar, enseguida abrió el menú y usando su experiencia localizo en un instante el inventario para ver como había un artículo nuevo en este. Al equiparlo vio como en su mano derecha se materializaba un espejo, este no tenía ninguna gracia, no aumentaba stats ni tenía una skill agregada, parecía un espejo ordinario sin mayor utilidad, cosa que era demasiado preocupante ya que solo podía significar una trampa o algo. Levantó su mano derecha e intento verse en el espejo, lo que sus ojos captaron lo dejó totalmente boquiabierto. Esperaba ver la imagen del coloso nórdico que había elegido de apariencia, en cambio podía identificar su rostro real, el de un joven de 22 años de complexión fina y una cabellera roja acomodada en puntas hacia atrás con sus dos típicos mechones a manera de antena y los ojos ámbar haciendo alarde de una combinación que en Estados Unidos era considerada "extravagante y llamativa". De la misma forma su grande y corpulento cuerpo se redujo hasta ser lo de un humano real, hasta ser lo que le correspondía. Si, era alto por cuenta propia y tenía músculos trabajados y marcados, como los de un atleta profesional de basquet y natación, deportes que en vida real practicaba mucho, pero no eran nada comparados a los que su avatar poseía. Si bien resaltaba entre la mayoría de los players por tener un físico demasiado alejado de los videojuegos lo cierto es que su cambio no era nada comparando a los sujetos raros que en el juego fingían ser chicas, o a las mujeres mayores que realmente eran niñas. La gente finalmente estaba viendo quien estaba realmente detrás de sus amigos ficticios y eso, también era un ataque psicológico.

Tiró el espejo enseguida viendo como este se destruía y se convertía en pequeños destellos, datos en realidad, que se perdían en el aire al haber cumplido su única utilidad. Xandros con la apariencia de su verdadero ser volteó para encarar a la niña con la misma mirada fiera que había evocado antes. Seguía pareciendo un león enfadado y no había perdido ni un ápice del valor que había demostrado antes, aquellos juegos no significaban nada. Regresaría con su hermana.

Dichas acciones desembocaron en incertidumbre y crearon en los jugadores temor. Por otro lado, Raizel se mantenía observando desde su ángulo perfecto. Un caótico carmesí se desvaneció y el telón se levantó. Ahora, sin duda, el mundo virtual era la realidad. Serían condenados a una cicuta que les mataría lentamente y a la cual deberían resistir, esperando a librarse o que otro les librase del castigo. Todo era desfavorable para Raizel en ese momento, pero ya sabría qué hacer; siempre tendría una solución, y en caso de no tenerla, nunca desistiría. Una voluntad y un pensamiento que pasó de generación en generación entre los del sexo masculino en la familia Di Stéfano. Entonces recordó lo que su abuelo le comentó en el Dojo antes de partir: “Aquellos que se aventuran sin conocimiento, son solo necios”. Él no buscaría entonces mediante un acto imprudente alcanzar gloria y salir como un héroe en la película. Actuaría natural, como siempre lo ha hecho y buscaría alternativas. -Aunque… ¿Qué pasaría si no las habían?- Toda esperanza fue derrumbada. Simultáneamente soltaba dichas palabras cuando un cielo natural apareció en reemplazo al rojo ya visto antes. ¿Significaba eso entonces que no había forma de escapar? Confiaba en que su padre o tal vez la mujer con la que compartía su apartamento le salvase del martirio oscuro del que estaba siendo objeto. Como un devoto cristiano, se mantuvo observando a la niña, la cual les confiaba gran información acerca del mundo exterior.
No podía estar sucediendo. Confiaba en la posibilidad de que alguien pudiese retirarle su casco, sin embargo, todo parecía indicar que quitarlo sería una muerte inminente, actuando como un tostador, reaccionando agresivamente sobre el cerebro y destrozándolo por completo. Desconfiado, abrió sus ojos un poco, para ver con claridad. Probablemente también era un gesto de sorpresa, algo poco inusual en él.

Tomó el mandoble que llevaba en su espalda del mango, sin siquiera retirarlo. No pretendía hacer nada estúpido. Simplemente quería sentir la empuñadura de su espada, como si pudiese almacenar todo el odio en ésta y luego, a la hora del combate, desatar la ira de los tres Dioses. Atónito, dejó caer su brazo con flojera. Parecía un maniquí. En cierto modo se podría considerarle alguien derrotado, que había desistido. Por el contrario, Raizel estaba más vivo que nunca. El hecho de que le despojasen de su libertad, obviamente le enfureció, sin embargo, recordó que era algo que él había pedido. No se quejaría de ninguna forma y mantendría la calma, esperando a que por lo menos le liberasen de la plaza principal y pudiese moverse en ese “mundo”.

Receloso, echó un vistazo a las imágenes en tiempo real y escuchó con atención las palabras del sistema, tratando de ignorar los reclamos y gritos de los jugadores que simplemente no podía comprender lo que estaba sucediendo. No culparía a nadie. Algo como eso podría doblegar a Raizel, si este no hubiese tenido un plan desde el principio.
Destituido de su trono de lujos y comodidades, tendría que ingeniárselas para conseguir todo lo que pudiese en el inicio. Un comienzo impecable desataría prosperidad abundante en un futuro, sin duda. Ya tenía todo planeado y sus ideas eran claras. No veía la hora de poder salir de aquella plaza.

Doscientos once. Dicho número retumbó en su cabeza como un resorte. ¿Cómo podía permitirse el creador semejante masacre? Era inhumano, sin duda. Y sin duda, era muy cierto, teniendo en cuenta las pruebas. Luego de afirmar aquello que Raizel ya había deducido, la niña pareció haber terminado su maravilloso discurso; una cálida bienvenida, por cierto. Como gesto de solidaridad, o algo parecido, le confió a todos y cada uno de los jugadores un objeto, el cual fue retirado de sus inventarios inmediatamente por cada uno de los jugadores, al unísono. -“¿Un espejo?”- Pensó Raizel cuando retiró de su menú dicho objeto. Era bastante peculiar, pues podía ver su rostro verdadero y, al igual que su estatura y otras características, todo parecía concordar. ¿Cuál era la explicación a algo como eso?
Mientras mantenía el espejo en su diestra y miraba fijamente el material del que estaba hecho, una luz azul cubrió completamente su cuerpo. Aquel sujeto de mediana edad con cabello rizado y aspecto de ebrio, fue sustituido en un instante por su apariencia convencional. Luego de haber pasado por tantos eventos extraños y sucesos desafortunados, eso le parecía lo más normal del mundo. Aún así, se alegró un poco. El hecho de llevar el avatar de un sujeto totalmente diferente era molesto. Solamente intentó cambiar su apariencia para sentir algo de emoción, aunque hubiese sido nula. El sujeto de piel pálida, cabello negro como la noche, altura notable, y su característica más notable, sus ojos de color carmesí, de repente se vio rodeado por una infinidad de usuarios confundidos, los cuales a medida que pasaban los segundos, obtenían su apariencia normal.
Los conflictos y el caos no paraban. Realmente ya era molesto y para Raizel, algo tan insolente como un niño chillón, no tenía más cabida en su mundo. Comenzó a abrirse paso entre la multitud, la cual ya parecía haber sido duplicaba por hombres y donde faltaban mujeres. Se dirigió con cierta molestia empujando y casi arrollando a los que se encontraba en su camino, aunque estos también le respondían con un gesto tosco y hostil. De repente una fuerza mayor le movió, provocando que se ladease un poco y soltase un gesto de ira algo flojo. -Tsk. - Notó que se trataba de una muchacha de cabellera roja, bastante hermosa, aunque esta estuviese afligida por lo que estaba sucediendo. Aunque intentó ayudarle, no pudo, pues ya se interponía un sujeto y comenzaron los empujones de nuevo.


Finalmente, llegó a un extremo de la plaza. Estaba justo en frente de la barrera que les impedía salir. Si fuesen liberados, ya se daría cuenta y podría emprender su camino al bazar. Había sido un día duro, sin duda. Antes de comenzar, preferiría equiparse un poco y eso lo lograría con algo de col. ¿Esto último como lo conseguiría? Ahí estaba la cuestión.

Quería que Yui se marchase, que desapareciese de la misma forma con la que había llegado hasta allí y los dejase salir de esa plaza que cada vez le resultaba más pequeña y asfixiante. El corazón le latía rápidamente y temía, no de forma literal, que acabase por darle un ataque o perder los nervios, como a muchos otros les había sucedido ya. Cada vez se sentía más desorientada y conmocionada, pues su mente asimilaba poco a poco lo que les contaba la niña de pelo oscuro. Pero... ¡Que feliz habría sido si tan solo fuese eso! El pequeño rayo de esperanza que le quedaba se desvanecía lentamente hasta quedar cubierto en su totalidad por una nube negra de malas noticias. ¡Ni siquiera podían quitarle en NerveGear sin correr un riesgo mortal! Ahora ya no solo temía al juego y a todo lo que debería hacer si quería salir, sino que además temía la forma en que podría reaccionar su pareja al ver que no regresaba. ¿Y si intentaba desconectarlo al ver que tardaba tanto? Al fin y al cabo le había dicho que tan solo estaría unos minutos allí.
Yui se encargó de explicarles que no existía esa posibilidad, alejando un poco más esos miedos repentinos de la joven. Ni más ni menos que 211 jugadores habían perdido la vida ya, por motivos del juego o porque sus familiares habían intentado liberarlo. Aseguró que se había anunciado por todo el mundo esa advertencia y no pudo evitar pensar en su familia. ¿Como reaccionarían al escuchar semejante noticia? ¿Que harían al saber que ella estaba dentro pese que jamás le habían gustado estos juegos? Era probable que Roy golpease a su pareja, siempre se dejaba llevar por los sentimientos más negativos, pues se veía superado por ellos. ¿Pero que harían con su cuerpo? No podían dejarla eternamente en esa cama. ¡Todo parecía tan confuso...! Las dudas la asolaron, las preguntas sin respuesta empezaron a acumularse en su cabeza, pero no pronunció ninguna, pues la voz parecía haberse enmudecido por completo.

Al parecer, la macabra bienvenida que les habían preparado, además de todas las malas noticias, les daba un pequeño ítem. Serika tenía la esperanza de que se tratase de algo realmente útil, un objeto con el que poder "rendirte" o quizá algo que te protegiese del peligro.
Antes de desplegar su menú, Serika observó a lado y lado y comprobó que los demás también lo hacían. Quizá buscando un poco de apoyo o quizá porque ya no recordaba todo lo que le habían explicado. Poco a poco, con la mano ligeramente temblorosa, empezó a buscar el inventario para encontrar el objeto que debían tener. Antes, para su desolación, comprobó que la opción de desconectarse seguía sin aparecer. - ¿Un espejo? - Susurró para si misma observando como se materializaba en una de sus manos. Lo miró a lado y lado, con cierta curiosidad y preguntándose de que le podía servir tener uno, hasta que se encontró con su propio reflejo en el cristal. ¡Menuda sorpresa al averiguar que ya no era la joven que Sword Art Online había diseñado aleatoriamente para ella! La melena pelirroja caía sobre sus hombros y su cuerpo ya no tenía las formas distintas de su personaje, sino las de ella misma. El espejo resbaló entre sus dedos, los cuales aplicaron menor fuerza por culpa de la sorpresa. Antes de alcanzar el suelo, desapareció entre pequeños trozos luminosos, igual que lo había hecho el chico que intentó cruzar la barrera. Se miró los brazos, las piernas y acarició su cara comprobando que todo era tal y como debía ser. Aunque por una parte podía sentir la comodidad de sus movimientos y la facilidad con la que se adaptaba de nuevo a su propio cuerpo, por otro lado le resultaba inquietante pensar que podían saber cual era su forma real.

A medida que volvió su mirada hacia el resto de personas que la rodeaban, se dio cuenta de que todos vivían una situación similar, ya fuese con mayor o menor aceptación. Las apariencias que habían usado para jugar empezaron a desaparecer por completo, dejando paso a sus rostros reales y sus cuerpos. Muchas de las chicas que habían desaparecieron y resultaron ser hombres. Muchos en los que se había fijado a lo largo del ese terrible suceso, demostraron ser todo lo contrario a su personaje. ¡Que desconcertante era todo para ella! Lentamente, se llevó las manos al rostro y lo cubrió durante un instante antes de deslizarlas por encima de la piel y terminar apartando su pelo. - Quiero salir de aquí... - Masculló entre dientes, todavía con la esperanza de que no le llevase tanto tiempo como realmente sucedería. Segundos después miró a su alrededor. Quizá le iría bien pedir ayuda, pues ni siquiera sabía como debía empezar.

Bikutoru quedo sorprendido con las palabras de la joven niña, no se lo podía creer todo esto era algo totalmente loco y no entendía el porque. Derrepente Bikutoru revisa el inventario para ver el item que les da la niña. Esperaba algo mas útil como una armadura, una espada, pero lo que se encontraba en el inventario era un espejo. No entendía el porque regalarnos un espejo hasta que vi mi cara reflejada en el. Mi aspecto del personaje había desaparecido siendo sustituido por mi cara en el mundo real. Cuando mire a los demás todos habían cambiado a lo que parecía ser su aspecto en el mundo real. El joven que tenia a mi lado paso a ser una joven chica la cual estaba asustada.

Todo esto estaba pareciéndose al mundo real cada vez mas, del cual no se tiene escapatoria hasta que no se superen los 100 niveles. Estaba deseando que terminase esta reunión para comenzar con mi camino. Raramente mi estado anímico estaba cambiando, me estaban aumentando las ganas de comenzar esta aventura la cual sinceramente no se si podre contarlo en el otro mundo.

Seguía sin entender el porque los jugadores seguían intentando atacar a la joven la cual no servia de nada, bueno si, servia para bajar sus barras de vida. Así que espere a que aquella niña nos dijese todo lo que la queda por decir y que nos deje comenzar con esta aventura.

Si la cosa podía ponerse de alguna forma peor... pues lo hizo. Ví personas atacar a la niña y seguir golpeando los muros invisibles. Estupidos. No se dan cuenta que está todo planeado? Por favor! Como era de esperarse fueron repelidos y recibieron daños por ello. La niñita no pareció inmutarse, pero siguió hablando en cambio. Allí fue cuando mis últimas esperanzas de escapar de forma "ilegal" se desvaneció.

Si nos quitaban el Nerve Gear, moríamos por una descarga eléctrica al cerebro. O sea que nuestra familia y amigos también estaba condicionada. Mis pupilas flaquearon un segundo, y las piernas me temblaron. Podía ser una trampa!.... las imágenes que la niña nos mostraba de los jugadores muertos dentro del juego podían ser falsas... Pero estaríamos dispuestos a averiguarlo? Además... no había botó de deslogueo y los pjs que desaparecieron no volvieron a aparecer... Era real, debía aceptarlo y rápido.

Yui aseguró que se le había informado a las familias que no retiraran el Nerve Gear, por lo que no sabía si sentirme aliviado o peor. Miré a Agnon para ver su reacción. Pero más atención me llamó un personaje que estaba unos metros alejado de nosotros. El nick decía "Halbred" y la apariencia del mismo era extrañamente familiar. Pero no tuve tiempo de reconocer el rostro. Yui nos indicó que teníamos un ítem especial. Extrañado, abrí el inventario y me encontré con un espejo. Lo miré y mi imagen customizada se distorcionó y se transformó en mi aspecto cotidiano. Ése acontecimiento me llamó tanto la atención como la frase de la niña haciendo referencia al comienzo del juego en sí. Así era como todo comenzaba.

El peli negro se habia alejado ya hace unas horas de la chica con la cual habia tenido una platica en aquellos paramos el tenia la intencion de querer subir un poco su nivel rapidamente por lo que se alejo de ella, pero algo habia ocurrido.
Pero tenia asuntos que hacer en la vida real, por lo que simplemente en su menu busco la forma de acceder a la parte de hacer un off, pero no dio a esa opcion pero que diablos pasaba, el pelo negro comenzo a molestarse gradualmente.

-Hummm-

Miro el menu aun era raro aquello que ocurria, talvez un bug pero eso seria molesto para los administradores aveces tardaban dias en otros juegos en reparar los mismos, incluso meses eso seria molesto no podia quedarse atras para esas cosas, si no se deconectaba quedaria tirado en aquella cama durante primero uno o dos dias en lo que hacian la limpieza.

-Problemas... es obvio que caeran cabezas cuando esto acave... tsk malditos herbívoros de administradores-

Reviso la hora era algo tarde, pero que mas daba dio un paso hacia atras, la noche cairia pronto por lo que seria ideal ir a buscar una posada, por lo que decidio ir a la ciudad principal, por hoy seria suficiente.

-Pero que...-

Fue lo que alcanzo a decir pero su cuerpo se movio de un lado a lado, fue dispersado en lo que seria un millar de codigos y cuando logro abrir los ojos su cuerpo estaba mareado pero a diferencia de muchos podia seguir en pie, las golpizas que daba y le daban era prueba de que no caria tan facilmente, pero algo sucedio, el cielo.

-Sangre...?-

Se inquirio el chico, pero no todo lo contrario habia sucedido una pequeña niña se aparecia, escuchaba lo que decia con atencion pero que mas pasaba escuchaba demasiados murmullos, sus nervios, sus emociones comenzaban a desbordarse lentamente, no por el hecho de tener miedo, simplemente no soportaba las masas odiaba como la gente se juntara a hacer escandalo como sucedia ahora, pero no podia hacer mucho, no habia necesidad ellos mismos comenzaban a golpearse y huir eso era tranquilizante para hibari, pero a lo lejos el se encontraba en una zona sin gente, escuchando atentamente lo que decia la chica.

En la mente de hibari se escuchaba lo mismo una tras otra, tras otra vez, solo queria destruir a esa chiquilla, la culpaba de todo lo ocurrido en estos momentos, tambien de igual forma queria patear y morder a los que estaban arriba de la misma, si todo era un programa, mataria a esos programadores, ira a la compañia, pero al momento escucho lo que decia piso 100...

-Hecho...si llego a ahi hare pagar a cada uno de los herbívoros que me han hecho enojar, incluyendote-

Digo refiriendoce a la chiquilla que estaba a lo lejos con sus largos cabellos, hibaria sabia que no podia si quiera mover un dedo contra ella no por el hecho de que controlase el juego, si no por el hecho de que un nivel uno no era nada, eso le daba mas coraje y por eso odiaba ser debil y estar en las mismas condiciones que los demas, odiaba tener que estar con los herbivoros pero todo eso cambiara cuando subiera unos niveles apenas lo hiciera iria tras ella la haria pagar.

Le miro a la niña no con una mirada asesina, si no con una mirada de un animal que cazaria a su presa no importa cuanto le llevara de tiempo, el lo haria y la con ello se llevaria a todos los involucrados.

-Los mordere hasta la muerte-

Fue lo que dijo el chico de pelo negro, pero al instante un espejo aparecia en su inventario, lo examino detenidamente, mientras dio una sonrisa burlona, no jugaran con los avatares, sus mismas vidas estaban en juego.

-Mejor para mi a si sabran quien los golpeara-

Se dijo a si mismo mientras ya estaba frente a una salida, puso la mano delante de la misma y aun sentia esa barrera invisible pero tangible, solo estaba esperando el momento para salir, que la chica terminara de hablar su basura, el no le importaba si la unica manera de regresar a casa era matando a cada escoria que se pusiera enfrente eso mismo haria no importaba que sucediera, el ya lo que menos queria es seguir con los que lo rodeaban ahi, pero algo en su mente resono.

-Turururu... ese sonido, esa herbívora maldita sea...-

Se dijo de nueva cuenta a si mismo y con una velocidad rapida se giro y comenzo a buscarla, ahora seria mas facil tenia su apariencia normal, por lo que no batallaria para hacerlo, finalmente dio con ella, ahi a un lado de la fuente, corrio hacia ella, y le profecio a hablar.

-Alumina... Metis-san vamos...-

Le extendio la mano y le miro fijamente, si la chica comprendia hibari la llevaria a otro lado donde no hubiera en si tanto peligro las crisis existenciales y los proximos problemas que ocurrieran en ese lugar se verian en cuestion de segundos.

-vayamos juntos a casa-

Le digo de ultimo mientras le miraba seriamente, no expresaba muchas emociones pero era obvio que no lo haria en mucho tiempo a si era el, serio hasta el grado de que si moria lo haria con esa cara.

“Fuerza” esto era algo que ella no poseía en lo mas mínimo. Con la broma de su acompañante, los hechos recientes, y su pasado, quedaba mas que claro el que ella no era alguien fuerte.

Pero…

Aunque fuese débil, al menos debía luchar. Eso era todo lo que tenia claro.

Aun si tenia miedo, o estaba aterrada, si no luchaba por sobrevivir nada tendría sentido. ¿Qué podía hacer?, ¿Sentarse a llorar y esperar a ser salvada? No era orgullo, a si pensaba en lo mas profundo de su corazón. Ganar sin pelear era posible, cierto, pero en esta situación en la que inevitablemente estaba forzada a cambiar ella prefería pelear para mantenerse a si misma lo mas que pudiera. De otra manera, si tan solo se resignaba y moría por causas del destino, entonces su vida así como su muerte no tendrían sentido.

¿Era eso lo que quería, una muerte sin sentido?

Por supuesto que no.

Cuando la niña volvió hablar, Kurae dejo de prestarle atención a su compañero unos segundos. La niña… no, el programa representado como una niña menuda y frágil, confirmaba sus teorías mientras el cielo volvía a su característico azul calmado. Entonces, con una cálida sonrisa, el programa conocido como “Yui” soltó como si nada que ya 211 habían muerto, completamente ignorantes de que al hacerlo realmente estaban condenados a un final absurdo y de mal gusto como lo era, básicamente, ser freídos por las hondas de un microondas directo en sus cerebros.

Esto realmente parecía una cruel broma.

Pero desgraciadamente no lo era, y comenzaba asimilarlo.

Miles de imágenes hicieron su aparición, reportes, noticias, y demás. El mundo ya era consiente del problema en el que estaban metidos. Por lo que deduciendo que como su abuelo conocía el NervGear —ella misma le había mostrado como era y para que servía— y era fiel seguidor de las noticias, entonces estaba mas que claro que él ya sabia que bajo ninguna circunstancia seria bueno quitarle el casco.

Esa era una preocupación menos.

Tenía muchas dudas, incógnitas, y por supuesto que en el interior ella también tenia temor de morir. Pero por lo menos una de sus posibles causas de muerte había sido descartada, cosa que era buena y le ayudaba a tener algo por lo cual pensar de manera optimista.

Después de anunciar esto, Yui declaro el juego iniciado y les pidió que revisaran su inventario donde supuestamente un nuevo Item había sido añadido.

Solo por curiosidad abrió su menú de jugador y hecho un vistazo.

No reviso si el botón de desconexión había aparecido mágicamente, sabia que era mas que estúpido hacerlo a esas alturas.

No se pregunto si había algo de especial en el Item, porque viniendo de Kayaba, el captor de todos los allí presentes, seria un tanto idiota confiar en que algo dado en tan bizarra introducción podría darle una ayuda extra.

El Item era un simple espejo, que indudablemente tenía un truco, solo que no sabia cual era… todavía.

Advirtiendo que era mas que posible que se arrepintiese, selecciono el Item. Karen tan solo quería saber que uso podría tener eso, y la curiosidad era uno de sus peores defectos; se miro, pero no vio al avatar pelinegro de cuerpo menudo, no, ella vio a Karen Arita. Vio a su yo real.

Y como si fuera poco, el espejo desapareció, y dedujo lo que había sucedido al sentí un ligero… mentira, un gran cambio.

E-Este cuerpo, otra vez… –Murmuró la ahora, y originalmente, pelirroja con cierto aire depresivo. –

Aunque la sensación no le duro demasiado, pues a poco de esto Kurae fue empujada contra la barrera.

Fue, simplemente, como dar contra una pared invisible y rebotar de bruces en el suelo. Fue bastante sencillo en términos de hechos, pero esto indudablemente hizo que su corazón diera un leve brinco.

Sus puntos de vida disminuyeron, aunque poco, pero fue más que significativo para ella.

Tenía que ser positiva.

Ella pudo haber muerto, pero no lo hizo.

Todavía estaba allí, eso era lo que importaba.

Suspirando en un intento para guardar la compostura, Kurae se puso de pie mientras intentaba tranquilizar su respiración… y alejarse de la barrera, obviamente, no fuera a ser otra vez empujada por otro jugador.

“No estoy muerta, así que tranquilízate….” –Pensó. –

Yui aun no terminaba sus anuncios, aparentemente, por lo que aun les faltaba para poder iniciar el juego.

Ella había perdido de vista a Kage con el repentino impulso, sumado al hecho de que todos a medida que se observaban en el espejo tomaban su apariencia real, esta tarea era un tanto problemática. No estaba demasiado lejos, por lo que no debía moverse mucho, tan solo era cuestión de preguntar al azar o a quien mas se pareciera al avatar de su compañero; en algún momento tendría que dar con el.

¿…Kage? –Pregunto al jugador mas parecido entre todos los presentes con al que seguía siendo su compañero de Party. –

El fatuo camino de resignación le hizo comprender la situación y por ende, no darle más vueltas al asunto y aceptar su condición actual. No había nada que pudiese hacer. Aquellos deliciosos Muffins y Panqués que había preparado para la merienda, luego de que se desconectase del juego, tendrían que esperar, y por obvias razones. Un suspiro y fue su clara aceptación a dicha situación a la que era sometido, viéndose como un completo idiota, por igual a las personas que rodeaban el lugar y además, se quejaban y lloriqueaban. Aún así, Kage era diferente. Él asumiría su posición con firmeza; aunque fuese algo vago para entender una situación así del todo, entendía su relación con dicho mundo, dependiente. Una sonrisa se dibujó en su rostro y se perfiló, así mirando a Kurae. Sostuvo su mano con ambas de su propiedad y le miró a los ojos con una sonrisa. -Bleh. ¡Todo estará bien! Si seguimos así, tendremos más tiempo para entrenar nuestras habilidades de cocina. A lo que me refiero… ¡Ahora no habrá necesidad de desconectarse y podremos mejorar, y mejorar, y mejorar…!- Pudo continuar con una infinidad de palabras, pero decidió que era demasiado repugnante esa actitud suya y recuperó su postura normal, manteniendo su mano con la diestra, únicamente. Luego de unos segundos, miró el cielo nuevamente y dijo con cierta seriedad. -Si algo debe suceder, que suceda. Pero si hay alguna forma de evitarlo, comprenderé cuál es.-
En dicho instante, el sistema contribuyó nuevamente. Sin duda se estaban esforzando por dar un excelente espectáculo. La bienvenida a la versión beta no había sido tan… apasionada. Acerca del Nerve Gear, conocía bien su mecanismo. Era bastante inusual, pero algo que le llamó la atención fue esa afirmación. ¿Significaba que no había forma de salir? Ahora empezaba a preocuparse. Habían sido aprisionados como ratas en un juego de la muerta que consiste en matarse para conseguir un objetivo. ¿Qué clase de juego era ése? ¿No se suponía que los juegos eran para divertirse? Definitivamente se quedaba con su mundo perfecto en el beta. Esto era una calumnia que no soportaría por mucho tiempo.

A punto de explotar, cerró su zurda con fuerza y se ahorró unos cuantos insultos inútiles que probablemente no tendrían cabida allí o no serían tomados en cuenta. No estaba calmado, sin duda. Que tantas personas murieran, resultaba ser un acto atroz. -211… El juego ni siquiera ha sido abierto…- Alarmante el hecho de que solo en el inicio ya hubiesen muerto tantos. Sus ojos se abrieron a más no poder y atónito, miraba hacia arriba como un idiota esperando a que le dieran su condena final en un juicio. En esos momentos, Kage podría tener la peor de las reacciones. No sabía cómo reaccionaría y mucho menos, si fuese capaz de soportarlo por mucho tiempo.
El cielo apareció de nuevo. ¿Habían sido liberados de la maldición? No. El sistema quería jugar un poco más con ellos. Al observar las imágenes, inmediatamente reafirmó su situación. No solo estaban atrapados, ahora también sus seres queridos sufrirían el mismo tormento del que eran objetos. Al momento de colapsar, observó a Kurae. Ella tenía cara de tarta. Se alegró y dejó de lado su agonía.

El juego había comenzado por fin. Era un alivio sin duda, para él. No soportaba ni un segundo más en esa endemoniada plaza que solo le traía malas noticias y problemas. Luego de que la chica terminase de hablar, soltó la mano de Kurae. Con destreza, se movió hasta el inventario y extrajo el espejo que se le había confiado. Al mirarlo fijamente, podía ver su rostro real, el cual no difería mucho del que tenía como avatar, pues había tratado de hacerlo idéntico, obviamente mejorando unos aspectos como el color de sus ojos, los cuales en el juego eran de color cobre; su altura, y aunque en el mundo real era bastante alto, no le vendría mal unos cuantos centímetros de más; su musculatura, no era algo que tuviese muy desarrollado, sin embargo, no era el típico desgarbado jugador de videojuegos o el gordo obeso que vivía de eso.
Sus habilidades como beta Tester y como buen jugador de videojuegos que era, le conducirían al paradero de su hermano. De ninguna forma dejaría que su hermano muriese. Necesitaban un equipo y qué mejor que Kazuma y su hermano. Kurae también sería incluida por obvios motivos. Era inusual que alguien compartiese su afición por la dulzura.
Al mirar el espejo por unos segundos, notó como algo cambiaba. El cambio no era muy notable, pero se guió por sus ojos. ¡Eran grises! ¿Qué había sucedido? El espejo había desaparecido y su apariencia normal había sido recuperada. No se quejaría, pero en primer lugar no hubiese sido necesaria la creación de un avatar, entonces. Sonriente, volteó a ver a Kurae. ¿Qué había sucedido? Un ligero movimiento brusco le hizo alarmarse. Había sido arrollada por un jugador. Kage, corrió a socorrerla, esperando que se encontrase bien. Se llevó una gran sorpresa. No se trataba de la chica pelinegra hermosa, sino de alguien muchísimo más hermoso. La reconocía, aunque todo, absolutamente todo de ella hubiese cambiado, pues era la única que estaba en el suelo, posada allí tratando de recuperarse. Sin duda no moriría, pues era más fuerte de lo que pensaba y aunque hubiese recibido mucho daño, sabía que resistiría. Luego de cederle la mano para que se levantase, volteó hacia el sujeto que le había arrollado. Le había visto, pues no estaba tan distraído del todo con el espejo. Nunca lo estuvo debido a que ahora debía permanecer siempre en guardia. El sujeto era alguien no muy masculino, como Kage y definitivamente no tenía pinta de haberlo hecho con intención, sin embargo, el pelinegro sintió furia misma en dicho momento. Sus ojos grises fueron cubiertos por su abundante cabello, y a medida que se acercaba a él, la furia era aún más notable. -Quiero… que te disculpes, ahora.- Llevó su mano a la empuñadura de su espada, la cual yacía en su cinturón, enganchada a éste. Era una espada normal, sin mayor habilidad. Convencional, sin duda, pero lo que estaba detrás, era aún más feroz.

Sus movimientos eran seguros. Liberó su espada y repitió un corte al aire hasta tomar la espada con sus dos manos. Perfilado de tal forma que pensase en una batalla, Kage levantó su rostro y le regaló su mirada más poderosa. Por un instante lo pensó, pero ya no había vuelta atrás. Los jugadores a sus alrededores estaban atemorizados y habían formado un círculo, permitiendo a Kage y al sujeto, luchar en un escenario más o menos amplio. Sin duda eso era lo que quería Kage, luchar. Y ahora que todo había empezado, no habría vuelta atrás, mucho menos en el instante en que la tormenta había comenzado.
Los jugadores todos reclamaban, otros se lanzaban contra la barrera y morían. Algunos lloraban y otros comenzaban a luchar, como el caso de los dos pelinegros. En un gesto de gentileza, esperó a que el sujeto le diera alguna respuesta, sea cual sea la inclinación de ésta. Miró hacia atrás por un segundo. Sin duda, dicha pelirroja resultaba ser Kurae, pues le buscaba exhaustivamente por entre todos los jugadores. No pasaría mucho tiempo hasta que por fin se diese cuenta de que estaba por librar una pelea. Ella que recibió la ayuda de Kage al momento de levantarse, probablemente no divisó su rostro, no muy cambiado, y no le reconoció. Sin embargo, podría reconocerlo ahora. Solo si en verdad encontraba en sus ojos, el mismo fuego ardiente que yacía con firmeza desde que le conoció.